La guía muy básica de elegir una cerveza.

¿Se dan cuenta de lo complicado que a veces parece comprar vino? Pues bien, con la cerveza puede ser un proceso muy parecido: la diferencia radica que en el vino no tenemos “comercial” –aunque poco a poco se han ido sacando más vinos en tiendas de conveniencia, la clásica “tiendita de la esquina” con una selección de vinos de grandes Casas productoras de nivel internacional; esos son los vinos que podemos meter en ese contexto de vino comercial (y no significa que sean vinos malos)-.

Clara u obscura.


 

La visión básica de una cerveza empieza en el color: si te gusta más fuerte, con mayor astringencia y menos dulce puedes ir por las más oscuras. Las claras tendrán más acidez y suelen ser un poco más fáciles de beber para algunas personas. ¿Por cuál vas?

Aromas.


 

Si quieres algo con más aromas a café, chocolate, menta, lo ideal es irse por cervezas obscuras: parece broma, pero la cerveza suele tener aromas de lo que se ve, si se ve como chocolate, va a tener toques cargados de cacao, chocolate, café.

Mientras más clara, se va a aromas más tropicales; en algunos casos hasta lichi, mango, piña sin necesidad de tener esos sabores como aditivo.

Con algo extra.


 

Hay cervezas que están saliendo al mercado con sabores de frutas, verduras, especias que se le agregan para darle un sabor especial. Pocas son las cervezas con esa característica, pero puedes encontrar cervezas que tienen esas características.
¿Te interesan para probarlas? ¿Son tus favoritas? Algunas son la combinación entre las frutalidad y el sabor amargo natural de la cerveza; para los no muy aptos de beberlas, esta puede ser una opción: hay de coco, arándano, fresa y más (y tampoco son “micheladas de sabores”).

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