La pelea del vino.

Vendimia es añada.


 Fuimos al departamento y decidimos sacar vino. No estábamos seguros de cual e improvisamos. De los vinos que tenía repetidos, saqué tres botellas.

Las puse en la mesa y descorchamos dos. Éramos 8 personas más lo que llegarían.

Alguno se probó de una y otro del vino más próximo. Y empezó el problema

Uno, por un rincón comentó lo delicioso que estaba el vino. Otra, dijo que estaba horrible, al menos a ella no le gustaban tan ácidos. ¿De qué hablas?, preguntó Fermín (aquel que andaba encantado con el vino) ¿No ves que está perfecto, incluso en la temperatura?

Marina se excusó, que no, que era ácido, que estaba mal, que le faltaba tiempo.

Y ahí inició la batalla campal: unos alegaban que el vino estaba bueno, otros que faltaba tiempo. ¿Qué no se pueden poner de acuerdo con un vino? Tuve miedo que lo subieran a su Facebook o Twitter preguntando si el vino era muy joven o estaba en su punto.

“Presta” y agarré la copa de Fermín. En verdad estaba delicioso, tenían razón, estaba en su punto. Les dije que me encantaba y que como era mi departamento, tenía yo la razón.

Se acercó Marina sin querer perder la discusión.; “Prueba”, me dijo, mientras me metía la copa en la boca.  ¿Cómo es que el vino estaba así? ¡Este no era el mismo! “¿De dónde lo sacaste, qué le pusiste?

¡Es el de la mesa! Me dijo ofendida. Agarramos las botellas, eran iguales. Las compré el mismo día en el mismo lugar. ¿Qué fue, qué cambió?

Y otro amigo, Marco, agarró las botellas. Me dio un zape. “Son de diferente añada”.

No falta quien no entiende –como yo, en este caso- y Marco no pudo evitar explicarme que era el año en el cual se había vendimiado la uva.

Sí, un vino era del 2000 y el otro del 2005; le faltaba más botella a ese vino.

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