Los 10 mandamientos del WineLover

¿Qué debemos tener cuidado al tener un vino? ¿Cómo nos reconocemos si somos wine lovers?
Respetarás el vino ajeno.
Si a ti te gusta o no, es lo de menos: si ellos llevaron un vino que a esa persona le gusta, respetarás su gusto. No andarás por todos lados adulando lo mejor que es tu vino sobre el de los demás.

 
Tendrás apertura de vino.
Mirarás las opciones que un lugar tiene para ti; tratarás de comprender todo lo que puedas de un vino diferente a “tu vino” o “al favorito”.

 
Aprenderás de vino.
Por placer, gusto o simplemente para presumir: aprender de vino es necesario para ser un Winelover. No nos referimos a ser un experto sommelier enólogo; nos referimos a conocer más de cada uno de los vinos que se te presenten.

 
Con medida y sin exceso.
Cuidar lo que tomas como parte de la vida: una a dos copas al día alargan la vida; no queremos enfermarnos; no se trata de eso.

 
Respetarás la temperatura.
Aunque no sea de manera exacta, sabrás más o menos cuanto tienes que refrescar tu vino o a qué temperatura te gusta beberlo.

 
Nadie sabe todo de vino.
En verdad, no todos son los grandes conocedores del mundo vinícola que a veces parecen o presumen ser. Pueden ser los grandes amantes del vino, pero es un paso muy grande a conocer todo del vino… ¿Han visto las enciclopedias de vino? ¿Se imaginan una sola persona con todo ese conocimiento y aparte lo tenga actualizado a cada cambio?

 
Tus instintos para comprar vino.
Sigue tus instintos para comprar un vino: si quieres hacerlo por lo padre de la etiqueta, por la denominación de origen, por el grado de alcohol, por la recomendación que te dieron, que nada te limite a comprar ese vino.

 
Siempre probar.
Todo vino tiene una posibilidad, está en ti poder darle ese lugar en tu cava y en tu boca.

 
Los consejos no tienen costo.
Ni pedir consejo es pecado, ni darlo es muestra de soberbia. Recuerda que en el dar está el recibir y puede ser una forma de conocer más amigos winelovers.

 
Es un goce.
El vino de pose no sirve. En serio: vayan a su monumento favorito a posar con el vino y verán que realmente para eso no es. Sabe mejor de lo que se ve –y miren que se ve muy bonito-.

 

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