Los restaurantes temáticos de Asia llevan la gastronomía más allá del sabor

Restaurantes y cafeterías de Asia creen que una buena cena es algo más que llenarse la boca de comida y buscan nuevas experiencias más allá del sabor a partir de una oferta gastronómica inspirada en elementos temáticos.

La proliferación de estos locales por el continente amplía la oferta gastronómica y ofrece toda una variedad de experiencias curiosas que convierten un bocado en una inusual y memorable sensación, según recoge un rastreo efectuado por la agencia Epa, participada por Efe.

En el restaurante indonesio Hospitalis, en Depok, el nombre anticipa un menú con platos inspirados en términos médicos preparados y servidos por cocineros y camareras con uniformes de doctor o enfermera.

Entre las opciones a elegir salta a la vista la transfusión de sangre mexicana -en realidad, sirope de fresa-, en un postre llamado Helado de Cirugía de Órganos.

Tentempiés y champán agudizan la creatividad del Paintbar de Bangkok, en Tailandia, donde los clientes elaboran sus propias creaciones.

En el restaurante taiwanés Modern Toilet de Taipei, la clientela se sienta en un taburete con forma de inodoro antes de abordar la amplia gama de creaciones con un inquietante parecido a excrementos y que son presentadas en platos con forma de retrete.

Tomar un simple café puede resultar una experiencia más memorable si se acompaña de una tarta de chocolate adornada con una araña venenosa, una de las espeluznantes propuestas de la tetería y cafetería Kaethy the Witch de Bangkok.

Si se busca algo más refrescante, una opción puede ser el Castella Cafe, en el estado malasio de Perak, donde se puede poner los pies en remojo en el río Beruk mientras se procede con la cena sentado en la mesa.

Hay oferta incluso para amantes del sadomasoquismo en el restaurante Ke’er (concha) de Pekín, o del submarinismo, en el Ocean de Singapur, situado en un acuario con mantas y tiburones.

Uno puede cenar en un autobús en Vietnam, dentro de coches de época en Taiwán, en una casa al revés o de un Hobbit en Filipinas, o amenizado con la actuación de robots en el Robot Restaurant de Tokio.

También quizás relajarse con un capuccino mientras se acaricia a un gato en el primer café abierto en Rangún, en Birmania, que incluye en su oferta felinos de compañía.

Pero no todo es entretenimiento desenfadado del mundo moderno y algunos restaurantes apuestan por recuperar un legado cultural y tradicional que ha ido quedando arrinconado en la memoria.

En la capital de Camboya, Phnom Penh, el Cafe Dei se resiste a las nuevas tendencias con una oferta de comida tradicional preparada con viejas técnicas y utensilios, incluidos tubos de bambú o potes de cerámica utilizados por minorías étnicas de las provincias de Ratanakiri y Mondulkiri, en el noreste del país.

En Aceh Occidental, una provincia al norte de la isla indonesia de Sumatra, sus cafeterías sirven el café con pajita porque, según dicen los entendidos, no hay nada que intensifique más su sabor.

Las nuevas fórmulas gastronómicas se inscriben en la inventiva que siempre ha mostrado la cocina en Asia, donde se encuentran algunas de las culturas culinarias más respetadas e inspiradoras del planeta, y que ha detenido su espíritu de renovación.

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