Santa María la Ribera, tiene secretos por descubrir

El norte de la ciudad también merece una miradita y la colonia Santa María la Ribera es muestra de ello, nada tiene que pedir a otras colonias de moda porque entre sus calles conviven deliciosas cocinas, caserones antiguos y espacios de divulgación de ciencia y cultura.

No es solo por su famoso kiosko Morisco, que ahí tan estático como se ve, recorrió grandes distancias, la estructura data del siglo XIX y fue diseñada para participar en la Exposición Universal de 1884, en Nueva Orleans; luego, fue trasladada a Chicago y también representó al país en la Feria de San Luis Missouri.

Tras participar en esas dos exposiciones volvió a México y fue instalada a un costado de la Alameda Central, en el lugar en el que ahora está el Hemiciclo a Juárez, cuya construcción fue anunciada por el presidente Porfirio Díaz, por lo que el kiosko llegó en 1910 a su destino final, justo en la alameda de uno de los entonces nacientes barrios de moda.

De acuerdo con información del gobierno de la Ciudad de México, la colonia de coloridos tintes con incipientes toques cosmopolitas nació en 1861 de las entrañas del Rancho Santa María, propiedad de la familia Flores que buscaba construir una colonia moderna con influencias arquitectónicas francesas.

Ello, la convirtió en uno de los barrios más famosos de la capital mexicana, tanto que personajes como Amado Nervo, Mariano Azuela, el compositor José Alfredo Jiménez y el Doctor Atl vivieron entre sus calles.

En la actualidad, la colonia ha retomado un gradual impulso, un poco por la nostalgia de antiguas casas porfirianas y otro tanto por la oferta de actividades por hacer; ahí, se puede visitar el Museo de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, la construcción de tendencias eclécticas y art nouveau está ubicada en la calle Jaime Torres Bodet número 176.

Este barrio tiene entre sus secretos las delicias que se cocinan en el restaurante Kolobok, cuya especialidad es la comida rusa con toques caseros; ahí, es posible probar empanadas dulces de manzana natural, sopa borshch y befstroganov con arroz estilo campesino, el lugar se encuentra en la calle de Salvador Díaz Mirón número 87.

Otro tesoro que guardan las calles de la colonia Santa María la Ribera es el Museo Universitario del Chopo, también conocido como el Palacio de Cristal, cuya edificación data de 1902 para ser un cuarto de máquinas de metalúrgica, por lo que las estructuras del lugar situado en la calle de Doctor Enrique González número 10 tienen un aspecto industrial; el espacio, también fue sede del Museo de Historia Natural.

En esa misma calle vive el Teatro Lúcido, un espacio creativo que alberga no solo obras teatrales, sino que ahí también se presentan bandas y proyectos de música contemporánea, este singular lugar fue construído en lo que fuera una casa antigua a la que se le añadió un escenario justo en el patio, la habitaciones de la casa hacen la función de palcos, lo que le da un toque diferente.

El barrio, alberga también rincones alternativos como Casa Imelda, una residencia artística situada en avenida 5 de Mayo y Oriente 35, que comparte espacio con el taller textil Dos Coyotes, donde se practican distintas técnicas artesanales textiles.

En tanto, en Eligio Ancona número 79, se ubica Mi Casa Verde Morada, un huerto colectivo que busca dar a conocer distintas técnicas de agricultura urbana y que también comparte residencia con Enchulame la Bici, taller que pretende promover este medio de transporte ecológico.

Otro secreto bien guardado de este barrio es el Templo de la Sagrada Familia, situado en la calle de Santa María La Ribera 69 y cuya belleza radica en su arquitectura bizantina.

Vía Notimex.

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