Cuidar tu propio queso.

El queso también es un organismo vivo (como el vino, la cerveza y otros productos lácteos), por eso mismo, sigue un proceso de maduración, que desde hace siglos se ha cuidado, aprendido y controlado, lo que permite que existan diferentes tipos de quesos, dependiendo de sus sabores, olores y las texturas que se encuentran en él.
Por lo mismo, es necesario poder cuidar el queso y estos son algunos de los consejos para tenerlo en el mejor estado.

El queso no va directamente del refrigerador.
Una vez que saques el queso del refrigerador, espera un rato a que baje la temperatura; los quesos deben ser servidos a temperatura ambiente o lo más cercano para poder recibir el sabor y los aromas de la mejor manera. Después de sacarlo del refrigerador, lo mejor es esperar al menos una hora.

Y no por adelantar este proceso, lo temples en microondas.

El queso respira.
Cuando metas el queso, tápalo bien: debes ponerlo en la mejor forma dentro del refrigerador para evitar que se hagan hongos nocivos, pierda su sabor o cambie, así como se pueda endurecer.

Como envolver el queso.
El queso necesita respirar, no lo metas totalmente envuelto en plástico: usa papel para queso, papel pergamino o plástico especial para el queso; en caso de que no tengas, mételo en su empaque de origen y en una bolsa de plástico que no quede totalmente adherida al lácteo.

Mozzarella fresco sin refrigerar.
Ese queso es para comer el mismo día, no es necesario meter al refrigerador. En caso de que no termines tu queso, puedes guardar el queso y cuando lo uses, sácalo una hora antes y da un “baño” de leche tibia con un poco de sal (no es necesario dejarlo dentro de la leche, es sólo para que tenga otra vez algo de frescura).

Sin congelar.
Al congelarlo, el agua se perderá más, lo cual lo convierte en un queso duro y seco, que cambia el sabor y la estructura del queso. Evita a toda costa meterlo a congelación pues puede traer malos olores.
En caso de que no tengas más opción que meterlo al congelador, envuelve en papel, luego plástico y al final en papel aluminio.

Mantener la forma y textura.
Como te den el queso, mantenlo: si es redondo, redondo; si es en cuadros, cuadros; si es en triángulo, sírvelo así. En caso de que tenga corteza debes tener cuidado al cortar y no quitarlo porque quitas humedad y proteínas para mantener la textura y el sabor.

Rallarás tu propio queso.

Lo mejor es que compres tu queso y mantengas en el estado correcto… hasta el momento de servir o usar y lo puedas rallar directamente o al momento que lo vas a usar.

Limpieza.
Usa utensilios limpios y para cada queso: que no se contamine el sabor o el aroma de los quesos.

Sin echar a perder.
Si el queso se pudre, sácalo y tíralo. Pero antes de que eso pase, usa el queso, evita desperdiciar la comida y lo mejor es cuidar el queso con todas las recomendaciones para que no se pudra (nada de quitar ese pedazo, son hongos y puede ser dañino al organismo).

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