La primer experiencia con vino.

El momento de la primer copa.


 El primer momento en que nos acercamos al vino es clave para como lo tendremos el resto de nuestra vida.

Hay quienes descubren el vino a muy temprana edad: ver a nuestros padres, familiares tomarlo con naturalidad para acompañar las comidas, las pláticas o un buen momento nos da la referencia de que podemos consumirlo de manera sencilla y cómoda.

Muchos tendrán la mala suerte del Primer Cabernet. ¿Qué es eso? Cuando nuestro primer contacto es un cabernet sauvignon con barrica de 12 meses y nos dicen: “Está buenísimo, ¿Cómo no te gusta?”, e incluso nos llegan a llamar corrientes si hacemos cara de “fuchi”.

El problema es este: como en cualquier cosa, necesitamos la educación en nuestros paladares, no es lo mismo comer tacos al pastor –deliciosos, pero a los cuales ya estamos acostumbrados-, que ir por un poco de caviar o algún otro platillo que requiera más elaboración o condimentos.

Entonces pensamos que tras la mala suerte del primer cabernet, que nuestro mundo no es el vino. Y desistimos.

El punto: Saber que lo que a ti te gusta o "está bien" no es para todos.
El punto: Saber que lo que a ti te gusta o “está bien” no es para todos.

El detalle está en probar. Dejar ese absurdo elitismo que muchas veces tenemos ante el vino: si no te gustó esa astringencia, busca otros vinos que no tengan taninos tan potentes y mucha menos barrica: más florales, más frutales. O si sientes un vino “flojo”, al revés.

No tiene nada de malo que te gusten los vinos rosados o los blancos, como muchas veces nos han hecho creer. Casi parece una discriminación de uvas: Si no es coupage, si no es cabernet sauvignon, un vino francés o algún vino caro,  eres una persona que no sabe de vinos. Si no haces un correcto maridaje, también te hacen creer que te  encuentras erróneo.

Iniciemos como tomamos vino: de espumosos a tranquilos, de blancos a tintos, sin barrica a sus pasos.
Iniciemos como tomamos vino: de espumosos a tranquilos, de blancos a tintos, sin barrica a sus pasos.
Debemos entender la clave: El mejor vino es el que más nos gusta, aunque eso no signifique que sea el de mejor calidad.
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