De los bebedores de vino que he conocido.

A lo largo de este tiempo, conocer personas que toman vino, que catan cerveza y que disfrutan de mezcales, he aprendido algo y les traigo la experiencia personal.

Soy joven y al parecer por ello está mal que sepa de vino. Pero no para aquellos que saben de vino. Cuando en algún evento, una cata o un recorrido enológico descubren que a mis 25 años llevo al menos 12 tomando vino, se sorprenden. Al menos en México.

Lo que no logro entender es que mi edad tenga que ver con el gusto.

Me explico: Resulta que el otro día en una cata, una persona estaba con un vino. Pero de alguna u otra forma noté como me veía de manera despectiva ¿Qué pasaba?

Pasando la noche, este personaje hacía comentarios y “preguntas” para hacer notar que sabía de vino. Sabía más que los demás, pero no tanto como el enólogo.

Él pareció notar la situación y al final de la cata sentenció que todos los que gustábamos de un placer, debíamos disfrutarlo sin pensar en más.

Me he dado cuenta durante este tiempo, que las personas que más llegan a disfrutar el vino son aquellas que saben hacerlo sin presunciones y que no buscan más que tener un buen momento. Ese mensaje pocos podemos entenderlo.

No importa tanto el conocimiento que tengas del vino: si sabes como catarlo, servirlo o qué cepa es con sólo verlo u olerlo.

Si te das cuenta, esas son cosas que vas a ir aprendiendo con el tiempo y no es necesario más allá; no dudo que haya gente de mi edad y más jóvenes tomando vinos y al menos espero, no sean discriminados por esta situación o no saber tanto como otras personas, pero si me gustaría darles un mensaje a todos: no importa la edad, el momento, la situación: tomar vino no tiene que ser un protocolo, es una manera de vivir y disfrutar de una ocasión, una cena, una comida y una plática.

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Razones para escoger un vino blanco.

Si eres de los que siempre busca una excusa para tomar un tinto, te invitamos a probar con un blanco; para cambiar la costumbre.
 

  • Es fresco.

Por si hace calor o si el otoño viene frío, una opción es intentar un vino blanco; su frescura nos puede acompañar en cualquier momento.
 

  • Sabe bien.

En verdad es interesante la gente que dice que “no le gusta”; debería probar más. ¿O el primer tinto fue el qué les gustó? Por eso es cuestión de buscar uno que se adapte a nuestros gustos.
 

  • Los aromas son lindos.

Si no eres fanático de los aromas a frutos rojos o siempre encuentras las compotas, esta opción va a otros: frutas tropicales en todas sus variedades.
 

  • Las combinaciones de comida.

Como no estamos acostumbrados a hacer estos maridajes, será un reto interesante ver ¿qué vamos a ponerle? ¿Probarlo con carne? ¿Qué carne? ¿el pavo y el venado, podrían ir con uno?
 

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Hasta los pecados tienen copa.

¿Cómo te imaginas los pecados capitales?

En vino, la Bodega Ysios decidieron mostrar una pequeña exposición donde reinterpretan los siete pecados capitales, pero en copas de vino.

Esta Bodega de la Rioja Alavesa trajo con el nombre de “7 deadly glasses” firmadas por el inglés Kacper Hamilton.

El nombre Ysios es un particular homenaje a Isis y Osiris, dos divinidades egipcias íntimamente ligadas con el mundo del vino.

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Las 5 diferencias entre los vinos y los licores.

¿Se han preguntado cuáles son las diferencias?

Y no nos referimos al proceso (fermentación, destilación), sino a la manera de tomarlos o consumirlos.

1- Temperatura.

Los vinos tienen una temperatura de servicio a los cuales se van a servir: si es menor depende del vino: blancos, rosados o espumantes irán a una menor que los tintos o con barrica. A un vino no le vamos a poner hielo, como le podemos hacer a un  vodka o al whisky.

2- Vasos/copas.

La mayoría de los destilados y licores los puedes colocar en diferentes vasos y copas: la cerveza, por ejemplo, la puedes tomar desde la botella. El vino no. La preferencia en su caso es que lo tomes en las copas que van destinadas a él.

3- Grados de alcohol.

El vino con mayor graduación rondará el 15% de alcohol. Algunos mezcales, Whiskeys, vodkas están entre el 20% hasta el 45%. Tomando en cuenta que el vino blanco está casi a 10%, puede ser cerca del doble la cantidad de alcohol.

4- Coctelería.

Solemos ligar la coctelería de vino a un vino malo. Si no tiene calidad lo podemos hacer con refrescos, cerveza o jarabe y frutas. Con destilados no; incluso se nos hace normal; algunos más ortodoxos lo negarán, pero la verdad es que no está mal visto servir ron con refresco de cola.

5- La evolución.

Cualquier bebida llegará el punto que esté “mal”. Pero el vino es más susceptible: si hay sol, la cantidad de agua en el ambiente, las vibraciones que sienta pueden alterar a un vino. El licor no tendrá ese problema e incluso podrá evolucionar libremente en cualquier lugar, aún una vez abierto. Ojo, ninguno de los dos aguantará la luz.

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Qué vino va para tu humor.

¿No sabes qué vino tomar?
Estas son las recomendaciones que te dejamos para que disfrutes tu buen (o mal) humos con una copa de vino.

Tristeza.
Ya sientes que el mundo no te aguanta, que debes cambiar de aires; que tu novix no te quiere, que el perro te huye y que el jefe no anda a gusto con tus cosas.
Tranquiliza el ansia, haz unas bolitas de melón y agrega algo de jamón serrano; una buena copa de tempranillo, malbec o banarda para dar un buen momento y darte cuenta que nada es tan importante como disfrutar un espacio para ti.

Satisfacción/bienestar.
¡Todo es bello!
La calle es bella, la música es buena, la plática increíble, el amigo que te gusta te hace ojitos (o el novio y tú andan en esa racha sobre las nubes) ¡Felicidades! ¿Cómo completas con una copa de vino? Algo de pan tostado con un poco de queso mozzarela y un pinot grigio o un clásico sauvignon blanc. Festeja ese momento, esa felicidad, que nada más te importe.

Enojo.
¿De nuevo ese cliente? ¿En serio tu mamá sólo llamo para eso? ¿Cómo qué tu novix hizo qué?
¡Basta!
Toma los 5 minutos que te mereces, agarra una copa de vino; un espumoso y huye a tu rincón favorito. Siente las burbujas y deja que ese enojo se vaya: Sí, el cliente es así; sí tu mamá también; puedes cambiar de novio; el trabajo no va a terminar con tu vida a menos que lo permitas.

Cansancio.
Estas cansado, la semana fue pesada, el momento incómodo. Es más, es viernes, tus amigos van a salir y la verdad no puedes ni caminar.
Llega a casa, quita los zapatos (si eres mujer, el sujetador; si eres hombre, la corbata) y agarra una copa de merlot o malbec. Sólo ve y disfruta lo que Netflix tiene para ti.

Melancolía.
Lo extrañas, lo sabemos. Es necesario un cambio (siempre es bueno); esa lluvia no ayuda. ¿Qué sigue?
Una copa de cabernet sauvignon, un corte de carne y sentirte reconfortado.

Enamorado.
Sólo agarra dos copas, la mano de esa persona, una botella de vino y lo demás sale sobrando.

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5 recomendaciones para hacer una fiesta al estilo Apothic Red.

10Inspírate con Apothic Red.

1: El vino.

Ten la cantidad suficiente de Apothic Red; recuerda que se usa una botella por cada 4 personas.

2: Los colores.

Todo se irá entre negros y rojos (puedes agregar algo de blanco); las invitaciones (si las hay), el vestuario (pide código de vestimenta, de acuerdo a la formalidad del evento); las servilletas, los platos y manteles pueden ir acorde a esto.

3: La comida.

Piensa en bocadillos rápidos y sencillos: algo dulce como macarrones o chocolates que puedas mover por cualquier parte sin tener ningún conflicto.

4: El horario.

Vas a depender también del horario en el que hagas tu evento. Si es en la tarde, podrás hacer coctelería; en caso de que lo hagas en la noche, puedes dejar los vinos listos para servirlos junto a unas hermosas copas.

5: Decoración.

Antifaces, luces obscuras, algo místico; busca telas de los colores y diferentes tonos. Copas a la mano, puedes poner frases que te recuerden al vino: sentimientos, sensaciones o gustos que vayan de acuerdo a eso.

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Mi vida en vino.

Tomar una copa de vino no es un delito; a veces dos son un placer y tres es uno, pero culposo. Más si estoy en la soledad de mi casa. Cómodo, viendo televisión o comiendo algo. Si estoy acompañado y son menos de tres, es reunión, más de cuatro es fiesta.

Comer en cualquier lado incluye vino: tinto, blanco rosado. No, tampoco niego una cerveza, pero mi vino sigue siendo el favorito.

Como algo bueno, algo rico.

¿El punto de ser un WineLover?

Es que sin prisa pero sin pausa vas a conocer el mundo del vino; no hay crítica que valga la pena siquiera mencionar; no hay vino que no valga la pena probar y obviamente no buscamos las cruda moral al día siguiente. Tampoco la física.

Entonces nos dicen “elitistas” o incluso “falsos”.

Pero no, es más sencillo que eso: nos gusta el vino.

Tan simple como poder disfrutar una copa de vino y tener una copa en la mano, comer un corte de carne con un cabernet sauvignon o un pinot noir; disfrutar de la  tarde con un buen chardonnay o festejar con burbujas de un champagne.

La verdad no importa como, es nuestro estilo de vida.

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China: El vino que va para allá.

En los últimos años, el mundo del vino se ha abierto en China. Cada vez es más común escuchar sobre el alto valor de vinos que se encuentran allá y el crecimiento de su consumo en el país oriental.
¿Se imaginan?
De acuerdo al banco mundial, hay 1,357 millones de chinos en el continente asiático; si tomamos en cuenta que 1/4 de la población tomara vino, cerca 339.25 millones acabarían con viñedos del mundo. La demanda sería tal, que los suministros de vino en todo el mundo se quedarían ante la demanda del país.
El consumo en China ha crecido de manera acelerada en los últimos años y ha llamado la atención de los productores y consumidores y un ejemplo de ello es el documental “Red Obsession” que les dejamos aquí para conocer más sobre el consumo en el país.

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Su primer vino no era bueno.

La queja es la de siempre: no sabes beber vino.
¿Y?
Se preguntó ella. No le importaba que le dijeran eso. ¿Cómo es qué te gusta ese vino?
¡Pues muy mi gusto! Solía responder.
¡Qué mal gusto tienes! Alguno le dijo.
“Sí, pero mío”.

Criticamos a quienes no tienen el mismo gusto que nosotros.
Pensamos que si le agrada un vino y no el que nos dicen que es el mejor, el que cuesta más, el que tiene mayor reconocimiento, el de la revista, el del blog, el del crítico, está en un error.
Entonces, ¿dónde queda el gusto?

Deja de ser personal, lo volvemos un reto. Como si para saber de vino nos debería gustar el que dice esa revista, ese blog, ese crítico.

¿En serio necesitamos eso? ¿Por qué no dejarnos llevar?

Hemos tenido la experiencia de conocer gente que cata como si leyera: Fingen que aman ese vino (vemos esa cara de desagrado, no lo nieguen); algunos la disimulan más. ¿Pero qué necesidad, para qué tanto problema?
Empiezan: “este vino tiene una acidez vibrante, con un alto nivel tánico que le da esa redondez de la fruta”. ¿No es más fácil decir “me gusta, lo quiero” que aprenderse las fichas técnicas de memoria?

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Razones para pedir ayuda al pedir un vino.

Evita tener miedo o el momento de pena de pedir al sommelier, chef o hasta mesero la recomendación de un vino para tu cena.
¿Qué razón mala hay para preguntar? ¡Ninguna! (la excusa de que “son groseros cuando les preguntas” es muy mala, podríamos entonces preguntarles ¿Por qué vana un lugar dónde son groseros con los comensales?).

1. Si no conoces los vinos, podrán apoyarte más a disfrutar la comida que estás degustando.

2. No temas dar tu presupuesto. Si tienes 100 pesos, que lo que te recomienden sea de 100 pesos. No tiene caso que te den de todos los precios, si no vas a poder pagarlos. Limitarás tu búsqueda y encontrarás más rápido lo que quieres.

3. Evitas el estrés. El momento incómodo donde ves la carta, no conoces los vinos y no sabes qué pedir ¿qué haces? en verdad, los que están alrededor se dan cuenta…¿vale la pena estresarte por un vino para una comida?

4. Te concentras en lo importante.

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