Soneto del vino.

¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?
Con otoños de oro la inventaron. El vino
fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.
En la noche del júbilo o en la jornada adversa
exalta la alegría o mitiga el espanto
y el ditirambo nuevo que este día le canto
otrora lo cantaron el árabe y el persa.
Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.

Poema Soneto del vino por:

Jorge Luis Borges

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Inicio del vino: como tomarlo.

Nunca has tomado una copa de vino y no evitas pensar que los amigos que lo hacen no saben, inventan y ni les gusta pero fingen que si.

¿Eres de estos?

Pues bien, te tenemos la guía oculta para iniciar en el mundo del vino. ¡Shhh! Nadie sabrá ni como le hiciste.

1- Cabernet sauvignon es una uva.

Si a todos lados que van piden un cabernet, es una uva, no un vino. También pasa mucho con el syrah o shiraz; y últimamente el chardonnay y pinot noir.

2- No sirvas la copa llena.

Evita a toda costa llenar toda la copa. Es el segundo punto donde nos damos cuenta que no sabes de vino.

3- No toques la botella.

Cuando te la lleven, no “verifiques” la temperatura tocando la botella. Sentirás qué tan fría es la botella pero no el vino.

4- No devuelvas un vino al oler el corcho.

¿Quién les dijo qué eso es parte de la cata? El corcho no se huele más que para apreciarlo, no para desprestigiar un vino.

5- No decantes.

A menos que esté la indicación contraria, no decantes.

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La necesidad de un sommelier.

¿Para qué queremos un sommelier?

Al ir a un restaurante es importante saber qué es lo que vamos a tomar; la razón a esto es que no siempre conocemos qué es lo mejor de nuestros platillos.

Ciertos restaurantes se encargan de tener un sommelier para poder cuidar la carta, las botellas, tener la cava correcta para la comida que se sirve en el lugar.

En pocas palabras, el sommelier será el curador de la carta y de nuestros platillos: nos va a decir cual es la mejor manera de poder disfrutarlo.


 

En caso de que no sepamos como acompañar nuestros platillos, el sommelier nos puede ayudar a hacer el maridaje correcto, que lo pedido vaya con el vino que seleccionamos; en algunos casos, incluso con otras bebidas como destilados o fermentados.

También se encargará que la temperatura sea la correcta, verificará el vino y nos permitirá tener un buen momento sin preocupación, incluso si el vino necesita ser decantado.


 

Algunos lugares no cuentan con este servicio, sin embargo, con el jefe de meseros, gerente o chef podrás verificar cual es la mejor opción para la carta que tienen.

 
 

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La gran diferencia.

Entre comer y beber; entre catar y degustar hay una diferencia. La cata, por definición es la operación de analizar y apreciar los caracteres organolépticos de un producto; con esto nos referimos, especialmente a las características olfativas y degustativas de un producto.

Al probar, cuando lo comemos o lo bebemos, podemos hacerlo simplemente ingiriendo. ¿Se han preguntado cómo es que hay gente que coma de todo, aunque no sepa rico y muchas veces, ni siquiera le toma sabor? Va por aquí el asunto: no estamos siendo consientes de lo que ingerimos.

En cambio, catar en sí, es un acto voluntario donde vemos qué es lo que nos agrada o no de la comida o bebida frente a nosotros.

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Tomar vino ayuda a obtener agilidad mental

Para tu cerebro, parece que es mucho mejor beber vino que abstenerse de hacerlo. Así lo prueban cerca de 70 estudios científicos recientes que muestran cómo el consumo leve o moderado de vino mejora la función cognitiva y la agilidad mental.

Además, ingerirlo en pequeñas dosis previene la demencia, tal y como demostraba un estudio de la Academia Sueca Sahlgrenska basado en un seguimiento a 1.500 mujeres durante 34 años. Posiblemente se debe a que los antioxidantes del vino reducen la inflamación, impiden que las arterias se endurezcan (aterosclerosis) e inhiben la coagulación, mejorando así el riego sanguíneo de nuestro órgano pensante, tal y como concluía un análisis publicado en el Acta Neurologica Scandinavica.

Vía The Big wine Theory

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El equilibrio de un vino.

 
 

Equilibrio: cuando vamos a hablar de un vino, debe tener una constante; no debemos sentir el vino muy dulce, muy ácido o muy seco.

En cada uno de los casos, sea blanco o tinto, podremos ver como es un vino “equilibrado”; en caso contrario, no es que un vino sea mejor que otro, sólo van a ser características que vamos a preferir sobre otros vinos.

Cuando decimos que un vino es mineral se refiere directamente a que sea un “vino salado”. A los que no están acostumbrados al vino mexicano, en algún punto habrán probado un vino de Ensenada y sentirán el vino “salado”. No son todos ni en todos los casos, pero es común encontrar esto en un vino y viene desde la tierra en la cual se está cultivando. Lo preferible es no sentir el sabor.
vino-blanco vino-tinto

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Vamos a quitar lo solemne al vino.

En México y muchas partes del nuevo mundo no vemos la realidad de un vino. Lo vemos como algo más solemne: no lo podemos tomar en vaso, va en copa. No podemos hacer cocteles o te llaman “naco” o que desperdicias un vino. ¿Es en serio?

En tierras donde es común tomar “un buen champagne francés” no pasa eso.

Tienen la costumbre de disfrutar un vino y no les importa más.

Si es en vaso, que sea en vaso; si es de la botella, será así.

Dejan que el momento valga la pena para disfrutar un buen vino.

En México, los elitistas del vino nos han dicho que esta mal y es desperdiciado hacer esas cosas. No, no es para hacerlo a diario, tampoco es lo adecuado. Pero ¿por qué la necesidad de juzgar como toman los demás el vino?

Somos un país que se encuentra en pañales en eso llamado “enología”, seamos honestos. Por lo mismo, la recomendación es no limitarnos. ¿Le quieres poner refresco a tu vino? Se llama Calimotxo y tinto de verano y así lo venden. Y no es ninguna aberración.

Es de esas cosas que si no quieres hacerlo, no lo hagas, pero no debemos limitar a quienes lo están intentando. Esta es su manera de poder ir más allá.

Hagamos ese pacto: No nos vamos a frustrar ni vamos a descalificar a quienes se atreven a acercase al vino.

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