O al menos es lo que este divertido video nos muestra sobre la vida con vino.

El deporte y el alcohol no son la mejor combinación; a menos que sea yoga y vino, de acuerdo al sitio en Internet, Harold’S Planet, donde el ilustrador retrata con humor como sería hacer yoga con una botella de vino.

Se les conoce como vinos “calmos”, “tranquilos” o “naturales” a aquellos que se hacen del mosto del vino, y que son fermentados de manera natural o con algún aditio en cantidad controlada de levadura, azúcar o sulfitos.

Estos vinos tienen una graduación alcohólica de 10% a 15%. Son blancos, tintos o rosados.

En otras palabras: Son los vinos que solemos consumir. No tienen una segunda fermentación, por lo cual no son espumosos. Es el vino que solemos tomar sin importar el precio o la denominación y no tiene gas carbónico.

En México la ausencia de la creación de las denominaciones de origen del vino, se vinculan con la reciente elaboración de vino de calidad en el país. Poca gente conoce que en México existe la primera bodega de América, que hasta hoy sigue produciendo excelentes vinos, Casa Madero, fundada en Parras, Coahuila en 1597. La viticultura en México ha pasado por diversos obstáculos como las guerras de Independencia y de Revolución y diversos obstáculos económicos y políticos. Por suerte también hubo grandes impulsores y el esfuerzo de los viticultores mexicanos está siendo fundamental.

El resurgir de los vinos mexicanos no se volvió a dar hasta la segunda oleada de vinos del Nuevo Mundo que, junto con los neozelandeses y argentinos, empezaron a expandirse en los principales mercados internacionales.

Vino de calidad y enoturismo en México.

Aunque el consumo de vino en México es bajo, sobre todo si se compara con productos estrella como el tequila, lo cierto es que la calidad vitivinícola va en aumento. En México existen zonas geográficas reconocidas a nivel mundial y que de unos años a esta parte comienzan a atraer a un gran número de viajeros y visitantes con el reclamo del enoturismo.

Este es el caso de Baja California. Actualmente los vinos de Baja California han ganado más de 400 premios internacionales desde 1986 y en el año 2011 gano la mejor Ruta Turística de México. La Ruta del Vino ofrece al visitante una amplia gama de atractivos y servicios que van desde la más pequeña gama de atractivos y servicios que van desde las más pequeñas vitivinícolas familiares hasta los productores a gran escala; pequeños restaurantes campestres hasta la más fina mesa, así como sitios para acampar, balnearios, centros artesanales, museos comunitarios, un sitio misional, hoteles boutique, boutiques de vino, galerías de arte, cultura indígena y sitios naturales.

Fue en el año de 1860 cuando don Miguel Ferriño Lander proveniente del sur de Italia decidió establecerse en esta ciudad movido por la nostalgia de su pueblo natal, ese mismo año inició modestamente una vitivinícola con el nombre de “La Fronteriza” únicamente con la destilación de aguardiente de uva y brandy. En 1868 adquiere el edificio donde se alberga actualmente e inicia la elaboración de vinos generosos dando mayor impulso al hoy reconocido vino “Sangre de Cristo”. Los “Vinos Ferriño” se caracterizan por su elaboración con métodos antiguos y tradicionales, lo que les imprime un exquisito sabor y calidad.

Sobre la ausencia de las Denominaciones de Origen.

Como se puede ver, México si ha producido vino de calidad desde hace años en Bodegas escogidas, y tiene toda una infraestructura turística que vincula el vino al territorio. México posee una ancestral cultura del vino, es pionero en todo el continente americano en la elaboración y producción de vino; sin embargo, su industria vitivinícola no se desarrolló como lo han hecho otras. Los logros y éxitos en el sector vitivinícola aún no le están dando un impulso a la creación de las denominaciones de origen en vinos, tal y como si tienen productos como el tequila o el mezcal.

La Denominación de origen es un tipo de indicación geográfica aplicada a un producto agrícola o alimenticio cuya calidad o características se deben fundamentales y exclusivamente al medio geográfico en el que se produce, transforma y elabora. Quizás influya en retrasar su aplicación a los vinos mexicanos la variedad de producción.

Por ejemplo, México no cuenta con una cepa insignia como en el caso de Australia con Shiraz, Uruguay con Tannat, Argentina con Malbec o Sudáfrica con Pinotage, la oferta de las variedades de vinos dentro del mercado mexicano goza de mayores ventajas enológicas, con caldos provenientes de distintos microclimas, con filosofías de cada bodega y con las técnicas y fórmulas de elaboración de cada uno de los enólogos que trabajan en las empresas dedicadas a la viticultura en México. Pero toda esta variedad, que por un lado beneficia la enología, por el otro perjudica el establecimiento de reglas bajos las que agrupar los vinos bajo una Denominación de Origen Concreta.

México es considerado el productor más antiguo de vino en Latinoamérica, sin embargo, la industria de vinos de calidad en el país es relativamente reciente; y existe mucha competencia con Estados Unidos, Chile y Argentina. Quizás en un futuro se de impulso a los vinos de calidad agrupándolos bajo el paraguas de las Denominaciones de Origen que tan bien funcionan para la comercialización en el viejo mundo.

Información de Cata de vino.

En el caso de la vinificación, este cambio es uno de los más importantes y gran objeto de interés, ¿en qué consiste?

Este es un proceso microbiológico en el cual el ácido málico se convierte en ácido láctico; las bacterias lácticas que se encuentran de manera natural en la uva hacen el cambio en el ácido málico.

Este proceso sirve para evitar la acidez excesiva que tienen algunos vinos: el ácido se transforma en carbónico y se desprende; en segunda, el ácido láctico es más suave que el málico.

Por regla universal, el vino debe tener un PH menor que 3.5; en vinos con acidez muy marcada que ya no ayuda al vino, esto es lo deseable; no significa que los vinos ácidos sean malos, en algunos casos es parte de la característica del vino; sin embargo, este proceso si se controla, puede aumentar la calidad del vino, especialmente los vinos tintos.

Esto también se puede lograr en otras bebidas fermentadas hechas con frutas, como el caso de la sidra, que viene de la manzana.

La mayoría de los vinos pasan por este método, ya sea de manera natural o artificial.

Ojo: Los vinos ácidos poseen un carácter y potencia necesaria para soportar largos periodos de guarda y añejamiento en la barrica.