El prohibido del vino.

Permitir o no: el punto del vino es que algunas cosas las excluye y te tenemos una lista detallada de lo que tomar vino no incluye.


Una actitud snob.
Cuando tomas vino, no tiene que ver con la pose, sino con el gusto por una buena copa. Evita pensar en si es al pedir el vino pronunciaron bien beaujolais o no.

Ser presumido/mandón.
El vino no es una excusa para ser presumido y hablar a todos de los vinos que tomas, como los tomas y como deben hacerlo.

Evitar maridaje.
El vino significa que puede o no ir acompañado. Todos hablan de acompañar el vino como si fuera una obligación para saber beber vino. Y no; las opciones son abiertas y no es necesario comer algo con el vino.

Excederse.
Con cualquier alcohol es prohibitivo embriagarse; es innecesario y sólo sirve para corroborar que no se sabe tomar.

Juzgar a otros.
Si no toman un buen vino, si toman algo malo, si no lo hacen: déjalos. Es su problema, ellos se lo pierden, tú te lo tomas. No necesitas hablar del “mal gusto” que es no tomar vino.

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Uriel, Castillo de Jumilla y Duoma en primeros lugares.

Se han anunciado los ganadores del XXV Concurso Internacional de Ensenada Tierra de vino, dentro de los cuales, los primeros lugares fueron mexicanos, españoles y gringos.

Las Bodegas ganadoras del otro están Adobe Guadalupe, Bleda, Duoma, Justicia Wines, Hart Wines, Viédo las Nubes, San Pasqual Winery entre otras.

La lista no se encuentra dividida en tipos de vino (tinto, blanco, tranquilo, etc), sólo nos marca los vinos ganadores, el país de procedencia y la Bodega.

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La lista completa la encuentras aquí.

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Como cuidar las copas de vino.

Lo mejor de tener copas es que nunca te va a faltar vino: seamos honestos, como buenos bebedores de vino, nos importa tener algunas copas que sirvan al momento de consumir un vino, sino ¿cómo vamos a gustar de una buena copa de vino?

Pues bien, dentro de tener bonitas copas, es importante el mantenimiento de las mismas: por muy caras o baratas que estas sean, no servirán de la misma manera si no las cuidamos bien.

Ustedes pensarán que es sólo servir vino y lo demás no importa: lo cual es mentira, más si gustan de en verdad tomar buen vino.

No hablamos de la parte snob mamona de tomar un vino y parecer Ted Mosby (quien pueda entender la referencia; sino, les recomendamos ver Como conocí a tu madre, el capítulo Robots vs Wrestlers); hablamos de disfrutar realmente un vino y sus aromas.

No lavar las copas con jabón.

El jabón puede quedar en la copa, por lo cual la parte visual de la cata, no nos permitirá apreciarlo realmente. Por otro lado, pueden quedar aromas en la copa que sean molestos y “tapen” los reales del vino.

Las copas las vamos a lavar con agua tibia: estamos hablando de casa.

Siempre está el comentario de “que asco, ¿qué tal y alguien no se lavó la boca?” Lamentamos dar este consejo, pero den entonces copas de plástico para evitar contagiar posibilidades. Es poco ecológico, pero es una de las opciones.

Las copas las puedes tallar: no sólo es pasar por agua, se pueden tallar, pero lo mejor es evitar el jabón.

Si en verdad necesitas usar jabón, busca alguno especial y que no tenga aromas, hay algunos especiales de cristalería, los cuales son los necesarios para las copas.

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Déjalas secar: no es necesario ponerlas en una secadora o usar un paño (de hecho es peor, se pueden llenar de pelusa). Con unas horas escurriendo, las copas quedarán bien.

No en lavavajillas: se pueden llenar de grasa. No lo hagas.

Una maneramás “loca” de hacerlo, es en una olla –que sólo usarás para este propósito, no de barbacoa o mixiotes, no debe tener sabor ni grasa-, ponla en la estufa: tiene que ser vaporera para que puedas poner el agua y las copas arriba de la rejilla unos segundos, boca abajo, mientras hierve y sube el vapor. No las dejes “hervir”, sólo hasta que estén limpias. Al sacarlas, no las mojes, menos con agua fría, pues se pueden reventar.

Gotas de vinagre y un poco de agua caliente también es una manera que es posible limpiarlas.

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Ejercicio y vino.

Si ya sabemos que el yoga y la chela funcionan, imaginen ahora el vino con unas pesas para poder hacer “brazo” .

De esta manera será literal el “hacer brazo” al tomar algo de vino y que no sea en la copa, sino directo de la botella.
Claro que puede ser tendencia, aunque actualmente no existe “una corriente” que la siga. Falta ver si La Condesa o la Roma nos da la sorpresa próximamente.

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Tinto Bajío, el festival que se consolida.

Con 4 años, podemos decir que es un festival para quedarse: es el cuarto año que se realiza el festival de vinos mexicanos Tinto Bajío, donde habrá una gran variedad de vinos mexicanos, comida y música para amenizar.

Este es un gran evento para degustar buena etiquetas, con más de 60 bodegas del país presentando sus añadas y sus vinos; dueños, sommeliers y enólogos disponibles para hablar al respecto y hacer compras a precio preferencial.

Dentro de los productos gourmet, se tendrán quesos artesanales nacionales, carnes, café y aceites.

Este evento se lleva a cabo en León (Guanajuato), en el jardín del Hotel Hotsson y también contará con la presencia de una cocinera y representante de platillos de Ensenada, Sabina Bandera.

Más información aquí.

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La evolución de la bota.

La gran magia de la bota era poder tener en una bolsa la manera sencilla de transportar vino a todos lados. Se hizo costumbre en España usarla para las corridas de toro e incluso tiene su manera de ser usada.

Ante la actualidad y el poder llegar De América (continente, por favor) a Euroa y viceversa en menos de dos semanas (a menos que vayas de crucero y por gusto y no buscando guerras y conquistas), las botas son más decorativas que realmente necesarias.
¿O no?

Tal vez podemos hablar de una evolución: el vino ahora puede ir en bolsa, que ya no será la misma forma de “bota”, pero si nos servirá para transportarlo de manera “fancy”.
¿Será que está es la bolsa que todos queremos cargar?

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Loncherías finas: Marcelino

La gracia de los juegos de palabras: Marcelino pan y vino nos remiten a término moral o religioso. Aquí se transforma en comida –gloriosa, si quieren ir a estas bases-.

Esta es una lonchería, que llamaremos “fina”, pues al final de cuentas, quienes venimos de “barrios bajos” conocemos las loncherías como lugares de tortas, tacos, tal vez enchiladas y aguas naturales –o hechas de jarabe, aunque seguimos llamando naturales- a un módico costo y de gran porción. Aquí no es así: platos sin bolsas, en mesas especiales –con un cajón a lado, donde encuentras los cubiertos-, el toque hipster inicia desde la iluminación, la tipografía en las paredes, las sillas o el hecho de que se encuentra en la condesa.

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La experiencia Marcelino.

Llegamos de casualidad, no es necesario tener reservación. El lugar es fresco y agradable; más que nada para desayunos o almuerzos.

Suena tacaño pensar que un vaso de limonada, del tamaño de una maceta tenga un costo mayor a $30.00; tal vez es el tipo de agua que usan (la cual no sabemos), o los limones –o naranjas en caso de naranjada- que exprimen, el método de elaboración, el endulzante –sea jarabe o azúcar- y la alta calidad que estos puedan tener. Depende de cada persona el probar y decidir el valor personal de lo que se bebe.

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Por otro lado, probamos un par de sándwiches (también cuentan con baguettes): pavo y carne, con buenas rebanadas de pan –un delicioso pan, esponjoso y de buen sabor-, logran una armonía perfecta con las papas a la francesa que sirven a un lado.

Realmente no sabemos si fue un poco tardado el llevar la comida o ya teníamos hambre, pero desde el primer bocado, valió la pena.

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Su carta es variada y los platillos valen la buena plática que este cómodo lugar permite: sin ruidos, con buen ambiente, calmado.

La gran suerte es la buena atención que en este lugar puedes tener con la frescura de todos los alimentos.

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Marcelino Pan & Vino

Fernando Montes de Oca 23, Condesa.

Costo promedio por persona: $200.00

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