Tener una cava… ¿Es algo realmente necesario?

Si eres un consumidor de vino, esta puede ser una duda común en tu campo… ¿qué hacer con el vino, cómo guardarlo?

Una realidad es que las cavas son para grandes cuidados: ¿cuántos vinos piensas meter? No vale la pena hacer modificaciones en tu casa si tu plan de compra de vinos es de dos o tres al mes, los mismos que consumes.
En este caso, lo mejor es tener un refrigerador o zona destinada a lo mismo.

La razón para tener una cava es cuidar el vino a largo plazo, su almacenamiento sea el correcto y pueda tener un propio envejecimiento.

Es entonces cuando tener una cava es necesario para ti: un espacio designado para tus botellas, sean vino y destilados, donde no haya aromas y sea una temperatura constante (de preferencia de manera natural para no tener energía en uso constante), que no tenga luz directa a las botellas y sea ventilada.

Esto es para las personas que buscan realmente tener botellas guardadas para más de 5 años y en volúmenes de mínimo 4 botellas (mínimo).
Mientras más sea la colección de vino, más grande debe ser el espacio y los cuidados.

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Presentan ‘Iniciativa de Ley General de Fomento a la Industria Vitivinícola’

El secretario de Turismo del Estado de Guanajuato, Fernando Olivera Rocha estuvo en la presentación de la ‘Iniciativa de Ley General de Fomento a la Industria Vitivinícola’ en el Senado de la República Mexicana.

Esta Ley tiene por objetivo impulsar, fomentar, promover y difundir las actividades relacionadas al desarrollo del sector vitivinícola mexicano en concordancia con la Ley Federal de Desarrollo Rural Sustentable para impulsar una mayor productividad y competitividad en el mercado interno.

Lo anterior, con participación de los tres niveles de Gobierno con el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil, los consejos nacionales, Comités Estatales de Sistema Productivo Vid y en general de los productores vitivinícolas.

 

El proyecto legislativo plantea la definición de “Vino Mexicano”, como el producto 100% de uvas plantadas, cultivadas y cosechadas de origen mexicano que será fermentado y envasado en su totalidad en territorio mexicano.

Durante la sesión se dio a conocer que para la integración de esta Ley se realizaron 5 mesas de trabajo desde el mes de mayo de 2016. En coordinación con el Consejo Mexicano Vitivinícola A.C. se realizaron 4 reuniones de trabajo en los estados de Guanajuato, Baja California, Nuevo León y Coahuila, que representan el 92% de la producción vitivinícola nacional.

Dichas mesas se integraron con los siguientes temas: Mesa 1.- Producción y Desarrollo Tecnológico, Mesa 2.- Financiamiento, Mesa 3.- Producto, promoción y comercialización, Mesa 4.- Aspectos Fiscales, y Mesa 5.- Aspectos legislativos.

El sector vitivinícola en el país genera alrededor de 7 mil empleos directos e indirectos. En 2015 la producción fue de casi 20 millones de litros, de acuerdo con datos del Consejo Mexicano Vitivinícola A.C. y la Organización Internacional de la Vid y el Vino, con un crecimiento anual en su consumo 8% entre 2013 y 2016.

 

En total son 11 estados donde se produce uva, es decir: Guanajuato, Baja California, Coahuila, Querétaro, Chihuahua, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Puebla, Sonora y Nuevo León que en su conjunto integran 5 mil hectáreas al cultivo de uva.

En Guanajuato la actividad vitivinícola ha mostrado un notable incremento, ya que en 2010 se contaba con 62.5 hectáreas y en 2016 alcanzó las 350 hectáreas, para 2020 se pronostica llegar a las 700 hectáreas.

Anualmente en la entidad se producen más de 100 mil botellas de 23 etiquetas en más de 350 hectáreas en 19 viñedos que ofrecen 24 variedades de uva.

La “Iniciativa de Ley General de Fomento a la Industria Vitivinícola” contempla la Integración de la ‘Comisión Nacional de Fomento a la Industria Vitivinícola’ que será un órgano público y de consulta, regida por las disposiciones de esta Ley y su reglamento, como organismo competente para conocer y dotar de la información pública relativa al sector para el diseño de Políticas Públicas, que dependerá de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Secretaría de Economía.

Además de estas secretarías la comisión estará integrada por los titulares de las Secretarías de Gobernación, Hacienda y Crédito Público, Relaciones Exteriores, Turismo, Educación, Medio Ambiente y Salud.

El mercado del vino en México va en incremento, con un valor aproximado de 27 mil 500 millones de pesos de acuerdo con Euromonitor. La producción nacional del vino representa cerca del 30% del total consumido, por lo que el incremento de la demanda se satisface principalmente con un aumento de las importaciones, superando en 2015 los 220 millones de dólares.

Sin embargo, el peso de la industria vitivinícola mexicana en el mercado ha aumentado del 25% en 2012 al 30% en 2013 y al 35% en 2014.

 

Lo anterior demuestra que el sector de vino en México mantiene una tendencia de crecimiento, lo que representa una gran oportunidad para los productores de vino nacionales.

Publicado por Secretaria de Turismo

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El frapucchino de unicornio.

Ya llegó y es de Starbucks: Si los unicornios se han puesto de moda últimamente, tal vez esto derribe ese tren del mame con este frappe ácido y dulce.
Para algunos es momento de broma al respecto, pues el sabor, para algunos, no es agradable.

Para otros, el punto es la cantidad de azúcar que este contiene y lo “poco sano” que es la bebida… como si los demás productos de Starbucks fueran veganos, sin azúcar, madre y padre a la vez.

Para otros, es parte de la moda que ya estaba en la cabeza de todos (¿Entendieron el chiste? ¿No? ¿Seguros?).

Pero… ¿Es en serio que se acabó? La demanda de este producto va por dos lados, por los que quieren probarlo para amarlo y los que lo compran para decir lo mal que sabe.

¿Será pasajero? ¿Durará esta moda? ¿Será el de temporada de cada año como el pumpkin de noviembre?

 
Y hasta olvidamos los supuestos ideales.


Y al final, ¿Lo probaremos o no? Porque… ¿Importa lo qué lleva?

 
*Lo importante no es como entra, sino como sale*
 

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Rokai. Para los amantes del Ramen.

El tan amado Ramen se ha puesto de moda y algunos lugares traen deliciosas combinaciones para los que gustan de un buen plato de fideos caldosos al estilo japonés.

katamaniacosramen3Uno de esos lugares es Rokai (Visitamos en de Río Ebro, en Cuauhtémoc), donde el estilo nipón se encuentra pintado en el sitio desde el momento que entras y hay un gran saludo por parte de todos: algunos comensales se unen al “irashaimase” que se transmite de los meseros a la barra.

El restaurante se divide en dos: la barra fría donde se preparan los diferentes tipos de sushi (rollos, conos o por pieza) y los cortes como el sashimi; o puedes optar por la barra caliente, donde se encuentra el Ramen (aunque realmente de ambos lados te sirven de todo).

El Ramen.

“En su punto” es la expresión experta o inexperta que pueden pensar al probar cada bocado: no es más aguado de lo que debería y la pasta se encuentra en buen punto, la cantidad de carne o vegetales que ordenes serán lo justo; para algunos, la temperatura caliente aunque sea la correcta.

Si bien es de mayor precio que otros lugares que estamos acostumbrados (como Daikoku), realmente es una opción especial e ideal, sobre todo para probar sabores y texturas diferentes.

La calidad y la frescura de sus productos son increíbles. Y tienen dos menús especiales para “ponerse en manos del chef”.

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Costo promedio por persona: $400.00 –ramen, un nigiri y bebida-.

La visita se hizo en abril del 2017.

Rokai Cuauhtémoc (Río Ebro 89).

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Gastronomía Molecular

Cuando pensamos en gastronomía molecular, nuestra mente vuela, y tiende a asociar procesos científicos, mezclas químicas, laboratorios y demás, curiosamente parte de esto es real, aunque en un plano más común de lo que en general creemos.

La gastronomía molecular la podemos definir como la aplicación científica dentro de la cocina, tiene relación directa con las propiedades físico-químicas de los alimentos, producidos durante su preparación. Los personajes reconocidos como los creadores del termino fueron dos científicos, el francés Hervé This y el húngaro Nicholas Kurti, este último llevó a cabo una plática titulada “The physicist in the kitchen” en 1969 en la Royal Institution.

Algunos días atrás planteaba durante una charla la presencia de la gastronomía molecular en diversos restaurantes conocidos y algunas personas consideraban que este tipo de cocina se daba únicamente al combinar algunos elementos químicos como es el caso del nitrógeno liquido, sin embargo, la química y la física siempre han estado presentes en la cocina, simplemente no se explotaban de una manera tan directa.

Actualmente podríamos denominar a este tipo de cocina como cocina de autor, y existen grandes representantes que la ostentan de manera práctica en diversos restaurantes, tal es el caso de Heston Blumenthal en su restaurant “The Fat Duck”, Jeff Ramsey en Tapas Molecular Bar, Ferran Adrià en el que fue uno de los más afamados restaurantes del mundo: “el Bulli”. Siendo este último uno de los más reconocidos (si no es el que más), en esta línea de chefs que implementan esta tendencia en la cocina, desarrollan nuevas técnicas para sus platillos, innovando de manera directa en la tendencia gastronómica, el hecho de conocer los procesos particulares que generan una transformación específica, les ofrece un abanico gigantesco de opciones para el comensal.

Hace un par de meses tuve la oportunidad de viajar a Europa para llevar a cabo un tour gastronómico, visité varios restaurantes de la Guía Michelin y en particular dos que ostentan tres estrellas, uno de ellos fue el Gordon Ramsey Restaurant, ubicado en Londres, donde ordené el menú degustación “prestige” en compañía de mi esposa, entre los platillos finales se encontraban un delicioso crème brûlée, un segundo postre de vainilla con una presentación de gotas gelatinizadas rodeada de un arco caramelizado y finalmente un helado cubierto de chocolate blanco que mantenía la temperatura exacta gracias a el nitrógeno que se encontraba en el contenedor; la experiencia fue exquisita.

La gastronomía molecular permite utilizar el conocimiento científico para innovar, y es una realidad que gran parte de los restaurantes más prestigiados la llevan a cabo. En México encontramos restaurantes que están a la vanguardia, tal es el caso de Enrique Olvera y su restaurante “El Pujol”, Mikel Alonso en mancuerna con Bruno Oteiza y Gerard Bellver la desarrollan en “El Biko”, en algunos de sus platillos. La gastronomía molecular no es exclusiva de las grandes ciudades, en el mágico San Miguel de Allende Guanajuato también llegamos a encontrar la cocina del chef Jason en “Café Rama” lugares para llevar a cabo la cocina con pasión, explorando todas la posibilidades de preparación y poniéndonos en sus mesas alternativas que compiten a la par de cualquier otra cocina a nivel mundial.

Aquellos que son apasionados de la comida no me queda nada más que invitarlos a experimentar, a abrir los sentidos a experiencias únicas, a llevar al paladar a nuevas experiencias, siendo totalmente honestos con nosotros mismos, dejándonos fascinar por los métodos más innovadores, y aunque existan corrientes representadas por reconocidos chefs como es el caso de Santi Santamaría que, se oponen a este tipo de cocina, la última palabra la tendremos después de enterrar nuestro tenedor y llevar el bocado a la boca.

Artículo Por:
Alex Galina

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Cuanto más viejo, mejor.

De los grandes mitos del vino es que si tiene más tiempo, el vino mejora y un vino que ahora es bueno, será mucho mejor en el futuro.

Esto es un mito extendido comparativo a los grandes vinos de guarda, los cuales, tienen las condiciones completas para ser mejores vinos mientras más pase de tiempo.
¿Qué condiciones son esas?
Debe tener un buen tiempo en barrica, una buena acidez y las cepas la suficiente fuerza para aguantar el paso del tiempo.

Si cumple tres de estas condiciones, es más fácil que el vino llegue a una buena longevidad.
Sin embargo, algunos vinos, sobre todo jóvenes, no son para guardarlos esperando “que se hagan mejor”.
Todos los vinos van a evolucionar con el tiempo: para algunos ese tiempo no son más de 3 meses; para otros, 10 años.

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Que tanto sabemos del mundo del vino

Actualmente el mundo se mueve mucho más rápido (al menos se percibe de esa manera), todo evoluciona de una manera increíble, la tecnología, la información, el clima y por supuesto nuestra pasión también, el vino. Y precisamente por esta evolución vamos encontrando opción maravillosas de países y regiones que antes no lo esperaríamos y esto se debe a que el conocimiento va profundizando y va poniéndose más al alcance de todos.

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Pero, ¿como podemos percibir lo anterior en el mundo del vino?, pues bien, lo podemos hacer de diversas formas y muchas de estas son hasta cierto punto básicas, por ejemplo, hablemos de la temperatura del vino, vemos constantemente que en nuestro país (e incluso en Europa) toman el vino blanco frío y el tinto a una temperatura ambiente, pues bien, eso es un error existen temperatura adecuadas para cada estilo de vino y no solo para el blanco o el tinto.

Los vinos se deben tomar a su temperatura correcta y aquí les establezco un esquema que les puede facilitar la vida y les permitirá disfrutar de esta bebida en su máxima expresión:

Vinos de postre   4º – 6º

Vinos espumosos                6º – 8º

Vinos blancos ligeros y rosados ligeros              8º – 10º

Vinos blancos con barrica y rosados más estructurados 10º – 12º

Vinos tintos ligeros               13º – 15º

Vinos tintos medios              14º – 16º

Vinos tintos robustos           16º- 18º

Vinos fortificados                18º – 20º

Como pueden apreciar en el esquema anterior ningún vino va a temperatura ambiente a menos que la temperatura este en ese rango, con anterioridad en Europa se manejaba este concepto pero debido a que el clima es más frío y principalmente a que las cavas estaban bajo tierra dentro del rango de temperatura que mencionamos.

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Otro factor que eh notado constantemente es la tendencia a asociar un vino de calidad con un corcho y no con una tapa rosca o corcho artificial, eso ha sido un mito por largo tiempo, y la gente por lo general se resiste a abandonarlo, principalmente por ignorancia, aunque en otros casos por romanticismo (en este último se incluye un servidor). Como seres humanos a medida que pasan los años nos es más difícil modificar muchos hábitos y costumbres, incluso aprendemos a manejar verdades absolutas, y el tema del corcho es una muy común.

La realidad es que puedes encontrar vinos de excelsa calidad en tapa rosca, y gracias a que la ciencia nos ha comprobado que este instrumento es una excelente manera de conservar el vino, además de saber cuanto oxígeno le entra de manera exacta, y no así con los corchos de alcornoque, ya que a pesar de que el descorchar es un paso que la mayoría adora, el corcho (si es natural), puede traer consigo algún tipo de contaminación al vino, y si no se guarda correctamente puede secarse y provocar que entre más oxígeno de lo necesario en la botella y la evolucione, generando así un efecto negativo en el vino.

Es por lo anterior y por esa parte romántica de abrir la botella que se han inventado corchos artificiales, evitando así, cualquier tipo de contaminación en la bebida, por lo que sugiero que se liberen de esos prejuicios, simplemente pruébenlos y verán que su paladar no los engañara.

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En esta ocasión vamos a romper otro mito que muchos mexicanos han tomado incluso, como un protocolo en la mesa, decantar o airear el vino, esta practica que muchos observamos desde nuestra mesa que algunos comensales hacen cuando piden una botella de vino, la decantación y la aireación son dos cosas distintas. Mientras que la primera se utiliza para remover algún tipo de sedimento de la botella a lo que comúnmente llamamos posos (los cuales para nada son negativos) la aireación se utiliza para abrir el vino, es decir, para oxigenarlo y evolucionarlo cuando el vino no se expresa con facilidad, no obstante, es algo es muy poco común como alternativa, ya que puede acabar con la expresión del vino (de hecho en lo personal lo recomiendo los menos posible), ya que puede volatilizar muy rápido sus notas. Es más debemos conocer muy bien que tipo de vino vamos a oxigenar y si el vino lo resiste o no, recuerden lo mejor casi siempre será la copa.

 Por Alejandro Galina.

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Rumaki

Evitando desperdicios, esta puede ser un buen aperitivo poco usual, pero bastante rico.
¿Vas a poner un vino para acompañar? Es para vinos no tan ligeros y que sean tintos.

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El odiado tapón de rosca.

Por alguna razón somos los más puristas: nos quejamos de que las quesadillas deben llevar queso y los chilangos locos deciden hacerlas sin él como si de un pecado gastronómico se tratara.


Nos quejamos de tomar café de la zona procesado por empresas extranjeras pero tampoco consumimos de manera local.
Nos quejamos del gluten aunque no seamos celíacos.
Nos quejamos del tapón de rosca pensando que el vino es mejor: nos quejamos sin saber.

La tapa rosca no es un defecto del vino, como muchas personas lo han visto porque “pierde la elegancia” de quitar un corcho; olvidando que ustedes no se bañan y se perfuman todos los días, olvidando el domingo que en el sillón ni siquiera se quitaron la pijama, aunque se les cayó el queso de los nachos y un poco de cerveza.

Sin saber, que es una mejor manera al momento de guardar el vino, porque para ustedes “así no debe ser”, a pesar de ayudar más al medio ambiente, tanto como las botellas que deberían reciclar y que tampoco lo hacen.

Tirando el corcho sin tomar en cuenta que el proceso para que a ustedes llegara ese corcho fue el “pelar” un árbol para lograrlo.
Sin importarles que puede salir mal por un hongo común en el vino y que “acorcha” al vino, pero pueden quitarlo de la botella.

Cuando les encanta quitar el corcho, pero siempre lo rompen porque no saben como usar el descorchador y aún así se molestan –no sólo de la tapa rosca- sino todas las maneras diferentes para abrir el vino que no sean las tradicionales.

Pero la tapa rosca no es mala; ni buena. Ni quita, ni pone. Ni agrega, ni hace.
Hablamos de que para un vino barato sirve; pero también para un vino más caro, para uno no tan caro, para uno frutal, uno con barrica o sin barrica. Una rapa rosca sirve.

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