¿Debo guardar mi botella?

Eres de las personas que piensan que el mejor vino se mejora con los años; puede que sí, pero ¿qué necesitas para lograrlo?

También puedes ver: No todos los vinos se guardan.

Y como saber cuales se guardan.

Si son quienes tienen la intención de comprar vinos para guardarlos, estas son nuestras recomendaciones para lograrlo de la mejor manera.

  • Como comprar el vino.

Revisa que la botella esté en óptimas condiciones para poder comprarla: que no se encuentre el corcho fuera de lugar, los sellos se encuentren bien, la botella no esté manchada (significaría que no tuvo un buen manejo o traslado); al momento de buscarla, que no tenga polvo en los hombros (significaría que estuvo de manera vertical y no horizontal durante mucho tiempo).

  • Compra de 3 a 4 botellas.

La razón es que tengas una para ver o verificar hasta cuánto tiempo podrás guardarlos; también si te gusta realmente o si valdría la pena hacerlo.

Claves para elegir tu botella de vino.

Entonces:

1 de las botellas la probarás al momento de comprarlo. Verificarás que el vino se encuentre en buen estado y sea de tu agrado.

La segunda botella la probarás en el tiempo que designes como el “aproximado” o un poco antes. Por ejemplo, si calculas que tu botella aguantará 10 años, intenta dentro de 6 para verificar que en verdad el tiempo destinado sea el correcto.

La tercera y cuarta son por posibles defectos: si uno de ellos tiene un problema, el otro no.

Cómo saber la curva de tu vino

  • Anota las fechas.

De compra, de consumo preferente, de revisión. Todas las anteriores explicadas, tenlas a la mano cerca de las botellas. No uses Post it, pues pueden desprenderse de las botellas con el tiempo y posible polvo.

Consejos para armar tu cava.

  • Ten en cuenta los cuidados que necesita tu vino:

cava ideal

Compartir

El posible fraude del vino.

El millonario alemán Hardy Rodenstock, que hizo fortuna como promotor de música pop, presumía de poseer una gran colección de valiosas y únicas botellas de los siglos XVIII y XIX. Alcanzó fama mundial en los años ochenta organizando catas muy exclusivas de vinos raros y extremadamente caros. Se cuenta que fueron actos muy solemnes, que duraban fines de semana completos, en los que gobernaba el lujo y la suntuosidad. Invitaba a estos singulares eventos a amigos, periodistas y grandes personajes del paisaje enológico mundial. En aquellas catas no se podían escupir los vinos y solían ofrecerse los mejores al final de cada episodio.

La más famosa de esas fiestas fue sin duda la impresionante cata de 125 añadas de Château d’Yquem. El precio de una botella de este blanco dulce de añada reciente ronda o supera los mil euros y se dispara con el paso de los años. La macro-cata se celebró en Múnich en 1998 y duró siete días con siete fastuosas cenas. La famosa Master of Wine Jancis Robinson fue invitada y comentó las añadas 1784 y 1787 –figúrense el precio de semejantes tesoros- de las que destacó que, tras producirse el milagro de los muy viejos y muy grandes vinos, dejaron exquisitos aromas otoñales, de rosas y de azúcar quemada.

Otro de los grandes jueces enológicos del planeta, el también célebre Robert Parker, acudió a una de las reuniones de Rodenstock. Parker se mostró en varias ocasiones reticente a acudir a este tipo de fastos desmedidos y criticó la prohibición de escupir del extravagante y acaudalado anfitrión alemán. Sin embargo, no pudo resistir la tentación y en 1995 terminó calificando una magnum de Château Petrus de 1921 con sus cien famosos puntos describiéndolo, además, como “fuera de este mundo”. Gracias a semejante publicidad, los vinos de Rodenstock se hicieron famosos y alcanzaron muy altas valoraciones en subastas.

En una subasta celebrada en Londres en 1985 en la casa Christie’s , Christopher Forbes adquirió una botella de Château Lafite de 1787 desembolsando la cifra récord de 105.000 libras -sumando IPC (Índice de Precios de Consumo) hasta 2013, unos 335.000 euros-. La botella era doblemente especial porque perteneció a un ilustre y antiguo enófilo, Thomas Jefferson, que grabó sus iniciales en el vidrio. La joya procedía de la colección de Rodenstock que dijo encontrar un lote completo en una bodega de París, tapiada para ser protegida de los nazis, que le indicó un anónimo informador. Tres años después, el millonario californiano William Koch compró a Rodenstock, a través de intermediarios, cuatro “Jeffersons” por medio millón de dólares.

Los problemas comenzaron cuando Koch quiso exponer las botellas en el Boston Museum of fine arts y le preguntaron por la procedencia de las mismas. Se dio cuenta de que no podía justificar su origen y empezó a sospechar. Contrató los servicios de un agente jubilado del MI5 y de otros especialistas que concluyeron que las iniciales “Th. J.” fueron grabadas con ¡instrumentos modernos de dentista! Los análisis del líquido contenido en una de las botellas no resultaron concluyentes y tan solo pudieron certificar que era anterior a 1945.

all-the-tj-bottles

¿Recuerdan los cien puntos Parker al Petrus de 1921? Tras otra investigación digna de una buena novela negra, que terminó en el mismísimo y mítico château, se llegó a la conclusión de que la longitud del corcho de una de aquellas supuestas magnum era incorrecta, que el tapón no coincidía con los auténticos y se descubrió, además, que era casi seguro que Petrus no embotelló magnums hasta después de la guerra. Entonces ¿qué demonios probó Parker?

Y es que el negocio del vino fraudulento es muy tentador. Los beneficios potenciales superan con mucho las posibles penalizaciones porque ¿qué posibilidades tiene el falsificador de ser descubierto? Realmente muy pocas ya que seguramente pasará mucho tiempo antes de que el coleccionista se decida a abrir “su tesoro” para comprobar sus virtudes. Además, existen botellas en las que tan solo se ha falsificado la etiqueta, modificando la añada para elevar el precio, y el corcho, siendo muy difícil detectar el fraude incluso para los expertos más reputados. ¿Y los supercatadores? Las posibilidades que tienen de detectar estas adulteraciones son escasas ¿Quién en este mundo es capaz de diferenciar e identificar con certeza viejas añadas de vinos de primera categoría? Por muy entrenados que estén sus sentidos siguen siendo seres humanos imperfectos, influenciables y sometidos a cambios físicos, anímicos y de percepción. El mismo Robert Parker, que no es ningún estúpido, cayó en uno de estos engaños aunque hay que reconocer que aquellas fiestas seguramente estarían a kilómetros de distancia de las condiciones ideales de una cata seria. De todas formas, Parker insiste en que, fuera lo que fuera, aquella botella era espectacular.

Esta maravillosa historia dio para un libro de éxito, The Billionaire’s Vinegar, cuyos derechos compró el actor estadounidense Will Smith, que será llevado a la gran pantalla. Se ha especulado con que el protagonista podría ser Brad Pitt pero en esta historia de ardides nada es seguro. En este mundo casi nada es lo que parece así que, si van a aflojar miles de euros en una de esas impresionantes botellas, tomen precauciones.

Información de Enoarquía.

Compartir

10 beneficios de la cerveza.

A los amantes de una cerveza, les tenemos algunos de los beneficios que pueden encontrar al tomar de manera moderada una cerveza al día.
De acuerdo con diferentes estudios, se encontró esto: 12 onzas al día pueden ser una deliciosa opción; el abuso del consumo puede dañar el hígado, provocar algunos tipos de cáncer y provocar problemas cardiacos.

1. Huesos más fuertes
La cerveza contiene altos niveles de silicio, que está vinculado a la salud de los huesos. En un estudio realizado en 2009 en la Universidad de Tufts y en otros centros, los hombres y las mujeres de más edad que bebían una o dos bebidas al día tenían una mayor densidad ósea. Sin embargo, el consumo de más de dos bebidas se relacionó con un mayor riesgo de fracturas.

2. Un corazón más sano
Más de 100 estudios han demostrado que el consumo moderado de cerveza disminuye el riesgo de ataques cardíacos y muerte por enfermedad cardiovascular en un 25 a 40 por ciento. Una o dos cervezas al día puede ayudar a elevar los niveles de HDL, el llamado “colesterol bueno” que ayuda a prevenir que las arterias se tapen.

3. Riñones más sanos
Un estudio realizado en Finlandia encontró que hombres que bebían una botella de cerveza al día redujeron su riesgo de desarrollar cálculos renales en un 40 por ciento. Una teoría es que el alto contenido de agua de la cerveza ayudó a mantener los riñones trabajando o el lúpulo en la cerveza ayuda a evitar la formación de piedras.

4. Un cerebro más saludable
Una cerveza al día puede ayudar a mantener la enfermedad de Alzheimer y otras demencias en la raya, dicen los investigadores.

5. Reducción de Riesgo de Cáncer
Un estudio encontró que al marinar carne con la cerveza eliminó casi el 70 por ciento de los agentes carcinógenos, llamados aminas heterocíclicas (HCA) que se producen cuando la carne está frita.

6. Aumento de los niveles de vitamina
Un estudio holandés encontró que los participantes bebedores de cerveza tenían 30 por ciento de los niveles más altos de vitamina B6. La cerveza también contiene vitamina B12 y ácido fólico.

via GIPHY

7. Protección contra accidentes cerebrovasculares
La cerveza ayuda a prevenir los coágulos de sangre que bloquean el flujo de sangre al corazón, cuello y cerebro.

8. Menor riesgo de diabetes
Los investigadores encontraron que el alcohol aumenta la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a proteger contra la diabetes.

9. Presión arterial baja
Los bebedores moderados de cerveza tienen menos probabilidades de desarrollar presión arterial alta, un factor de riesgo para un ataque al corazón.

10. Vida más larga
El consumo moderado de cerveza previene cerca de 26.000 muertes al año, debido a las menores tasas de enfermedades del corazón, derrames cerebrales y diabetes.

Información de Mejor con Salud.

Compartir

Errores al tomar alcohol.

En estas épocas siempre pasa que una copa no es ninguna. ¿quieres salir cargado por tus amigos, estar con la interminable cruda? Aquí los errores a no cometer para no tener más ese problema.

Excederse

Todos sabemos qué trago fue donde nos perdimos. Peor fingir al día siguiente “no sé cuándo pasó”. Sí, lo sabes; todos nos dimos cuenta. Evita el ridículo de la ocasión.

No tomar agua

Una manera de balancear la fiesta es con agua. Cerveza, tomas agua. Vino, toma agua. Un tequila, agua. Sigan esa regla y no habrá accidente que lamenten. Sí, sabemos que comprar una botella de agua a veces cuesta el doble que una cerveza (En serio no entendemos como tenemos autoridades que permiten eso); pero el vaso de agua no se tiene que cobrar (normalmente es de filtro, así que no hay problema).

Comer salado

Comer papas, cacahuates y otros productos con sal te van a provocar más sed, por lo cual tu ingesta de alcohol será mayor. Trata de evitar los bocadillos muy salados o incluso picantes para no tomar más. En el DF, los restaurantes deben tener disponible agua potable y gratuita para los clientes; aquellos que incumplan con dicha obligación, pueden pagar una multa entre 25 y 125 días de salario mínimo vigente en la Capital.

Ir con el estómago vacío

Si van con el estómago vacío y lo que entra a él es alcohol, su absorción será mayor. Trata de comer un poco antes si sabes que vas a tener una fiesta, reunión o cata. Evitarás que tu cuerpo reaccione de manera casi inmediata.

Compartir

Antocianos y el color de un vino.

¿Qué son los antocianos?

Son los pigmentos que se encuentran en la cáscara de la piel de las cepas tintas. Son aquellas que dan el color al vino. Digamos que el color “vino” viene de aquí.

Junto con los taninos, se encuentran de manera natural en la uva.

Al momento de la fermentación, estos pasan al vino, dando el color que este va a tener.

Mientras más antocianos estén (mayor contacto de la piel de la uva en el mosto), será más marcado el color del vino.

Estos pigmentos son del grupo de los flavonoides y los encontramos presentes en otros alimentos, no sólo en el vino, pues todo lo que veamos con tonos de rojo a azul, estarán presentes.

Compartir

Los colores del vino bajo el microscopio.

El Dr. Gary Greenberg realizó estás interesantes fotografías microscópicas. Tomó distintos tipos de vino tinto y usó un microscopio electrónico súper potente para dar vida a estás imágenes en las que se revelan los verdaderos tonos del vino.

El Merlot, el Beaujolais y el Zinfandel son tipos de vino tinto. El color del líquido es de una belleza apetitosa: distintos tonos de rojizo que reflejan la luz. Pero aunque el vino por sí mismo tenga un color extraordinario, bajo el microscopio se ve como pedazos de arcoiris.

El Dr. Greenberg abandonó a los 33 años una carreara como fotógrafo y realizador de cine en Los Ángeles para terminar un doctorado en Ciencias Bioquímicas en la University College London. A partir de entonces, combina su sensibilidad artística con su experiencia científica.

katamaniacos_colord

Así es como se ve el beaujolais. 

“Todos los días, los objetos adquieren una nueva realidad cuando los magnificamos cientos de miles de veces. Así iluminamos los secretos escondidos de la naturaleza; esto es lo que yo quiero revelar con mi trabajo”

katamaniacos_ds

El Zinfandel con su magnífica belleza. 

Declaró Greenberg. En su carrera también ha fotografiado objetos como flores, frutas, vegetales y la retina humana a nivel microscópico. Te dejamos esta galería de fotos que muestra el trabajo de Greenberg. Para obtener estas imágenes usó microscopios electrónicos y filtros polarizados.

Información de Sopitas.

Compartir

Mi botella de vino está manchada.

¿Es malo, qué significa?

Puede que en el camino a tus manos alguien movió mal algo; y eso provocó una ruptura. Tu botella esta manchada por otra botella que no pudo llegar al final de su destino.

Es triste, en verdad, perder un miembro tan preciado, que tanto nos pudo haber deleitado por esta situación; sin embargo, cuando tenemos en nuestras manos una botella que se encuentra “manchada” (la etiqueta o la botella en si), no pasa nada ni tiene algo malo.

En algunos casos, las botellas se dejan así y los distribuidores las venden. Otros más, que son más precavidos con sus marcas, deciden no permitir la salida de esas botellas más que en remates.

katamaniacos_transpp

Estos remantes de lotes y botellas manchadas no tienen nada de malo ni desperfectos hasta probar lo contrario (y lo más seguro es que tengan que ver con el corcho que con un problema de vino en sí); por lo cual, son la oportunidad perfecta de conocer estos vinos.

Si van a comprar y encuentran una botella con este desperfecto, no pasa nada, no tiene nada de malo. Si va a ser para un regalo o algo por el estilo, lo mejor en ese caso sería buscar una que no tuviera este “defecto”; si es para nosotros ¿importa?

Compartir

El vino y el azúcar.

¿Qué tan dulce es un vino?
Esto lo vamos a saber por la etiqueta o la ficha técnica. El vino nos informará qué cantidad de azúcar tiene o el término enológico que para ello usaremos. infographic

Compartir

Alguna vez te preguntaste ¿qué son los sulfitos?

Para empezar, entendamos qué son éstos y ¿por qué resultan polémicos?

Los sulfitos o anhídrido sulfuroso, son basados en azufre.

Son producidos en pequeña cantidades de forma natural durante la fermentación del vino, estando presente en todos los vinos y solo en pequeñas cantidades, posteriormente se añadirán más sulfitos para inhibir el crecimiento de levaduras y bacterias; actúan como barrera entre el mosto y el oxigeno y de esta forma garantizan la correcta conservación del vino.

Algunas personas resultan sensibles a los sulfitos produciéndoles reacciones negativas en la salud; las reacciones más comunes son: dolor de cabeza, alergias y se recomida para aquellas personas que padecen de asma, no ingieran vinos con sulfitos.

Loa vinos que se comercializan en EUA que contengan más de 10mg de azufre por cada litro de vino, deben mostrar por requerimiento, la leyenda en la etiqueta “Contiene sulfitos”

El exceso de sulfitos empeora la calidad del vino y provoca pérdida de color.

Compartir

El color de la botella.

La mayoría de las botellas son de color por una razón: Proteger el vino.

El vino debe mantenerse de manera adecuada para que no siga evolucionando; de alguna manera, el vino está vivo, por lo cual es necesario ser cuidadoso en su manejo, de lo contrario, este seguirá su proceso y puede “envejecer” antes de tiempo.

Decimos envejecer en lugar de madurar, pues puede llegar al fin de su curva de vida en un menor tiempo.

Por su manejo de un lado a otro, las botellas tienen ese color para evitar que la luz lo dañe, pues es un factor que puede lastimar su evolución.

¿Se dan cuenta cómo un poster en las afueras de un lugar va perdiendo su color?

Algo parecido pasa con el vino, sólo que no sólo es el color, que es parte importante en una cata, sino su estructura será diferente, por lo cual la calidad del vino será deficiente.

No es que los vinos de botellas obscuras sean mejores, pero un vino de calidad no va a permitir que su vino se vea afectado ante esos factores ambientales.

Nota: Muchos vinos jóvenes (de pronto consumo), rosados y algunos blancos suelen usar botellas incoloras, eso tiene que ver con que no deben ser guardados por mucho tiempo, por lo cual su riesgo es menor.

Compartir