La verdad es que el costo de la propiedad en la Ciudad de México es alto (si comparamos con otros Estados) y aquí es de las zonas donde más variedad gastronómica encontramos, bueno, Oaxaca y Puebla tienen gran variedad de gastronomía, pero nos referimos a que tenemos Chefs, restaurantes y “calles del hambre” para todos los que nos encontramos aquí.
Centro Histórico.
Si vas de paseo o vives ahí, esta oferta gastronómica no te dejará de sorprender.
Encontrarás restaurantes, fuentes de soda, puestos callejeros, grandes chefs aquí.
Empezando con la calle Álvaro Obregón y ya estás pensando en qué quieres comer. Aquí tu presupuesto es más alto y encontrarás de todo pero… hipster, como algunos le dirán.
Como para algunos es la misma colonia (y no lo es), lo haremos en una sola sección. Aquí hay de todo para todos: tragos y mezcales en La Botica (no olviden pedir queso Oaxaca), Rustic Kitchen a un lado y Kaye al otro; Yamasan Ramen para los amantes o sushi en Daikoku; Fonda Garufa o Crepetie de la Paix si no quieres ir a Polanco. La Ki-k es una opción poco explorada pero increíblemente deliciosa. Á de Acento para las buenas compras; el Pescadito si andas con ganas de mariscos, Wallace si vas por Whisky y el Pata Negra por unas palomas. ¿La Pastelería La Suiza entra aquí?
La Doctores.
Sacando el barrio que todos –ahora resulta- llevamos dentro –y también afuera-, encontramos este lugar menos hipster –aún- para comer y beber: Desde la pulquería La Hija de los Apaches, las Super Tortas Vertiz, probar algo en Holy Burger, o ir al Merendero Biarritz: las opción es ir caminando y dejar que el olfato te guíe.
La “Del Valle”
Esta colonia se encuentra cerca de Insurgentes y con varios metros –por si prefieres el transporte público-, lo cual la hace de fácil acceso para todos los foodies que tienen ganas de ir y probar de las delicias que se encuentran en esta colonia.
Con una galleta de unicornio, polvos de colores y pequeñas perlitas comestibles color rosa, la Poni Malteada de la Heladería Escandón ofrece una opción cien por ciento mexicana, para adentrarse en el mundo de la magia y el furor que recientemente han causados estos animales mitológicos.
Desde 2015, cuando se fundó la tienda por un par de hermanas que buscaban una propuesta diferente y divertida, esta bebida, así como otras con temas lúdicos, se ha vuelto parte de la vida de la colonia Escandón de la Ciudad de México.
Cuenta con una variedad de al menos 20 helados artesanales cuyos sabores son tan extraños como los unicornios. Así, existen sabores como lavanda con vainilla, jamaica con mezcal o con tamarindo, mazapán y churros con chocolate, aunque la oferta consiste en alrededor de 70 sabores que cambian constantemente.
Además de una línea de helados balsámicos elaborados a base de plantas y flores, así como los clásicos de vainilla, fresa y chocolate, veganos hechos con leche de soya o coco, bajos en azúcar, así como frutales, o de Whisky y Mezcal, por mencionar algunos.
Los comensales pueden elegir entre disfrutar un helado artesanal, o bien, seleccionar alguno de los sabores para diseñar sus propias bebidas, como la Oso Malteada cuya disponibilidad es solo los fines de semana, así como Gato Malteada, decorada con galleta en forma de gato y pequeños bombones dorados, la Mini Bomb, Bebé de Luz y Power Malteada.
La propietaria explicó que también se pueden elegir opciones veganas, o bien, endulzadas con stevia, una vez seleccionado el sabor, se pueden considerar diversos tipos de leche y entre 12 y 14 toppings, lo que deriva en diversas posibilidades, sabores e incluso el cuidado del contenido calórico.
Refirió que para el caso de la Poni Malteada, que tiene una versión dorada, y cuya preparación consta de menos de 300 calorías, se puede modificar al gusto de los visitantes hasta lograr una importante reducción de contenido energético, “el cliente es quien decide”, dijo Castañeda.
El establecimiento, que debido a la demanda pasó de ser un pequeño local con al menos tres mesas a un lugar más grande, tiene en sus paredes dibujos de unicornios elaboradas por los visitantes.
De esta forma, mientras disfrutan de helados y malteadas cien por ciento mexicanas, los clientes se arman con crayones y papeles de colores para dejar un recuerdo de su visita al lugar.
Castañeda detalló que los insumos para preparar los helados artesanales son adquiridos en mercados como el de Sonora o el de Jamaica de la capital, lo que refrenda el compromiso de la firma por impulsar lo Hecho en México.
Así, abundó que alrededor de 90 por ciento de los insumos de la heladería es mexicano, aunado a que los conos, cremas batidas y galletas se elaboran en el establecimiento.
El tan amado Ramen se ha puesto de moda y algunos lugares traen deliciosas combinaciones para los que gustan de un buen plato de fideos caldosos al estilo japonés.
Uno de esos lugares es Rokai (Visitamos en de Río Ebro, en Cuauhtémoc), donde el estilo nipón se encuentra pintado en el sitio desde el momento que entras y hay un gran saludo por parte de todos: algunos comensales se unen al “irashaimase” que se transmite de los meseros a la barra.
El restaurante se divide en dos: la barra fría donde se preparan los diferentes tipos de sushi (rollos, conos o por pieza) y los cortes como el sashimi; o puedes optar por la barra caliente, donde se encuentra el Ramen (aunque realmente de ambos lados te sirven de todo).
El Ramen.
“En su punto” es la expresión experta o inexperta que pueden pensar al probar cada bocado: no es más aguado de lo que debería y la pasta se encuentra en buen punto, la cantidad de carne o vegetales que ordenes serán lo justo; para algunos, la temperatura caliente aunque sea la correcta.
Si bien es de mayor precio que otros lugares que estamos acostumbrados (como Daikoku), realmente es una opción especial e ideal, sobre todo para probar sabores y texturas diferentes.
La calidad y la frescura de sus productos son increíbles. Y tienen dos menús especiales para “ponerse en manos del chef”.
Costo promedio por persona: $400.00 –ramen, un nigiri y bebida-.
Por la llega de la primavera, la barra de Kaye ofrecerá combinaciones para la temporada: cuando el frío se aleja y el calor se hace notar.
El Bartender de la casa, Carlos Jasso ofrecerá experiencias sensoriales utilizando ingredientes locales y destilados artesanales.
Algunos ejemplos de sus bebidas:
Rumbera.
Jugo de limón, yerbabuena y agua de coco serán el toque tropical.
Tomate Negroni.
Se sirve en un Old Fashioned, vaso bajo y ancho. Negroni fue creado en los años 20’s por el conde Camillo Negroni al agregar Gin a su Americano de siempre; se adorna con una rodaja de naranja deshidratada.
Carajillo con cacao.
Representando a España está el Carajillo, se levanta el aroma con el cacao y el cardamomo convirtiéndolo en el cóctel de sobremesa, por ayudar a la digestión.
Si somos honestos, algo que amamos la mayoría de las personas es el chocolate en cada una de sus presentaciones. Pues bien, en el Centro Histórico de la Ciudad de México acaba de abrir una sucursal de El Mayordomo.
Aquí encontrarás la fuente del cacao: chocolate en todas sus perfectas presentaciones oaxaqueñas.
El lugar es pequeño y en él encuentras paredes forradas de chocolate para beber –caliente- en diferentes presentaciones (desde tableta a en polvo), molinillos, semillas de cacao, pasta de chocolate y mole listo para preparar –pasta y polvo-.
La pasta de chocolate es una deliciosa masa de cacao molido con almendras.
La carta es pequeña y la mayoría son las diferentes presentaciones de bebidas, y algo de comida oaxaqueña.
Tlayudas, mole oaxaqueño con pollo, tasajo y cecina, así como mariscos (camarones, filete de pescado y atún), pollo y sopas.
Otra de sus sucursales en la Ciudad se encuentra en la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO).
Nosotros probamos el chocolate tradicional con leche y un pan de yema ($40.00). Y es delicioso.
Isabel La Católica Nº 96-E
Centro Histórico, Ciudad de México.
De 7:00 AM a 9:00 PM
La visita la realizamos a mediados de marzo de 2017.
Punto de reunión de destacados literatos como los Premios Nobel de Literatura Gabriel García Márquez (Colombia) y Octavio Paz (México), o personajes de la política como el cubano Fidel Castro y su camarada argentino-cubano Ernesto “Che” Guevara, el Café La Habana mantiene el ambiente con el que abrió hace más de seis décadas.
Ubicado en el número 62 de la calle Morelos, esquina con Bucareli, en la colonia Juárez, el negocio llama a la nostalgia de otros tiempos a través de sus fotografías en blanco y negro y en gran formato, colgadas en las paredes, ilustrando los años 50 y 60 del siglo pasado.
Meseras y meseros que atienden a los comensales hacen continuos rondines entre una mesa y otra, con una atención que debe ser siempre cordial para que el cliente regrese a este espacio como lo han hecho, por años, intelectuales, políticos y gente del medio artístico y deportivo, y hoy un cúmulo de oficinistas de la zona.
Para Ricardo Mendoza Mendoza, integrante del equipo de trabajo de la cafetería, el espacio ha sido privilegiado por figuras públicas que los han engalanado, tales como Gabriel García Márquez (1927-2014), Octavio Paz (1914-1998) y el escritor chileno Roberto Bolaño (1953-2003), autor del libro “Los detectives salvajes”, una parte de la cual, asegura, se escribió aquí.
Otras figuras que han pisado el café son el comediante Jesús Martínez “Palillo”, que gustaba de una mesa colocada en un rincón que da a la calle; y ni se digan figuras como Fidel Castro o el “Che” Guevara.
“Es una tontería que tuvieran una mesa específica, porque a ellos los seguía la policía secreta de Cuba y la policía secreta de México y el ejército, pues no se iban a sentar en una mesa y degustar una comida, venían a lo que venían, a tomar el café y lo que tenían que hacer o platicar era rápido y adiós, no se podían dar el gusto de quedarse más tiempo”, refirió Mendoza Mendoza a Notimex.
Una anécdota, de tantas que ocurrieron en La Habana, la protagonizó el boxeador Ultiminio Ramos, quien tenía una novia entre las meseras. Al señor nadie se le acercaba porque sabían quién era, pero un día se descuidó y le dieron un golpe que lo noqueó; el que tiró el golpe nunca regresó al café, relató Mendoza.
Según cuenta la historia del lugar, este nació a iniciativa de un español que le decían el centavo, porque era una cosita de nada y un centavo era la moneda más pequeña que había en México y de igual valor.
El señor trabajaba en La Habana, Cuba, en un restaurante que se llamaba La Habana y de ahí viene el nombre y la razón del nombre del café, este señor empieza a tener dinero, ahorra y empieza el lugar en México.
Fue cuando fundó el café bajo el nombre de La Habana y eligió un lugar donde hubiera cubanos, y toda la zona había tabacaleras, en Ayuntamiento hubo una y la colonia colindante se llama La Tabacalera, por eso escogió el lugar, porque había muchos cubanos y esa fue la razón.
Otra de las características del lugar es su tamaño, que no se mantiene como cuando abrió, con techos que alcanzan los 6 metros 30 centímetros de altura.
El negocio empezó a crecer, pero la debilidad del español siempre fue el juego y el que juega pierde, así que acabó por vender el lugar, a partir de ahí han pasado muchos dueños y sociedades, la última data de 1968.
El Café La Habana es un espacio de ambiente familiar que sábados y domingos desde las 8:00 horas se convierte en algo íntimo, de lunes a viernes, a partir de las 9:00 llegan los maestros de la Vocacional 5, en la Ciudadela del Instituto Politécnico Nacional.
Otra clientela que visita el lugar son los que gustan de un rico café, porque aquí se vende un riquísimo café que es parte del negocio y que los clientes regresan en las noches para repetir una taza.
Para Mendoza, este negocio va a vivir mientras vengan niños, antes venían unos 30 españoles que eran niños a los que Lázaro Cárdenas dio hogar, y se juntaban aquí después de 10 años quedan cuatro, porque unos se fueron a España, otros murieron y otros pertenecen a la tercera edad, por lo que se tiene renovar y esto es con niños y jóvenes.
Armando Montoya Enríquez, gerente de La Habana, mencionó que la especialidad de la casa no es una, sino varias, pero la más importante es el café.
“Nosotros tostamos el café aquí, lo molemos y la misma mano hace ese proceso, lo hace con el café la máquina; otra especialidad es el platillo La Habana, que es una carne de filete mignon”, añadió.
El café, expuso, viene de Veracruz y ellos hacen la mezcla, junto con otros platillos que tiene la carta, algunos muy típicos, como las enchiladas, los chilaquiles o los desayunos, elaborados por el chef del negocio.
En el marco de la Expo Feria “Tierra, Cultura y Tradición”, que se desarrollará del 12 al 19 de marzo en el municipio de Ziracuaretiro, se proyecta elaborar el “pico de gallo” más grande del mundo.
El presidente municipal Juan Martín Cardona Tavera dio a conocer que el objetivo es elaborar el 19 de marzo 3 mil 50 kilos de la salsa, misma que será preparada por unas 500 personas con jícama, naranja, cebolla, cilantro, chile, sal y azúcar, entre otros ingredientes.
Al destacar que se espera la asistencia de 15 mil personas y una importante derrama económica para el municipio durante la expo feria, indicó que posteriormente se hará una degustación del platillo entre todos los asistentes.
Detalló que en esta edición habrá música, eventos sociales, gastronomía y danza, además de más de un centenar de expositores que ofrecerán frutos que se producen en el municipio, tales como la jícama, la guayaba y la zarzamora.
Cabe hacer mención que Ziracuaretiro se ubica a unos 90 kilómetros de la capital michoacana.
Situado en la zona fronteriza de Tamaulipas y muy cerca de la Presa Falcón, ciudad Mier es reconocida desde hace una década como el primer pueblo Mágico de esta entidad, que alberga historias no sólo de esta región sino del país entero.
Las raíces históricas, entre ellas la Independencia de Texas, la construcción de casas y edificios antiguos así como la famosa Casa de los Frijoles Pintos, le dieron la categoría a Mier el título de Pueblo Mágico el 5 de diciembre de 2007.
Historias, tradiciones y legados de cientos de años se pueden admirar en el pueblo Mágicos de Mier, municipio que ofrece al turismo alternativas diferentes para descansar y visitar a lo largo de todo el año.
El edil Roberto González Hinojosa recordó que el municipio fue fundado el 6 de marzo de 1753 por José de Escandón y en 1795 fue reconocida como ciudad.
Indicó que Mier cuenta con raíces históricas entre estas la Parroquia de la Purísima Concepción, un templo de estilo colonial cuya construcción, con piedra arsénica y decorados con piedra labrada, comenzó en 1784 y que fue inaugurado el 1 de septiembre de 1795.
“Al sur se encuentra la Plaza Hidalgo, conocida también como Plaza de San Juan y a sus alrededores se encuentran la Capilla de San Juan, construida en 1835 de piedra de tono café claro”, apuntó.
Además de la Casa de la Cultura, donde se expone el acervo histórico de Mier y la región, antiguas casas y edificios, la famosa Casa de los Frijoles Pintos, donde se registraron 200 prisioneros estadounidenses en el año de 1842, cuando Estados Unidos entró en guerra con México.
Detalló que en la Casa de los Frijoles Pintos, una de las construcciones más representativas cuya construcción es de gruesas paredes de cal y roca, en diciembre de 1842 se llevó a cabo una acción de armas ante el ejército estadounidense, tomando como prisioneros a más de 200 soldados de la tropa texana, fusilando a uno de cada 10.
“Para escoger a los prisioneros que serían fusilados, se colocaron 176 frijoles pintos y 17 frijoles negros en un recipiente, vendaron los ojos a los prisioneros y cegados escogieron un frijol del recipiente y quienes sacaron los frijoles negros fueron fusilados, por eso se le llama la Casa de los Frijoles Pintos”, dijo.
Destacó que entre sus calles se puede apreciar el ambiente de los antiguos pueblos coloniales que surgieron en el Nuevo Santander durante el siglo XVIII.
González Hinojosa refirió que La Villa de Mier, fundada por José de Escandón y Helguera, Conde de Sierra Gorda, se distingue también por su gastronomía entre la que destaca la diversidad de pan que ahí se elabora.
“Los visitantes pueden degustar la semita, el pan de campo, las empanadas de cajeta y calabaza, pan de elote y pan de polvorones”, señaló.
Además de las tortillas de harina, los atoles de pinole y de arroz con pasa, los tamales de elote, de venado, de jabalí, de acelgas con queso y el tamal de nalgada.
Otros de sus platillos más representativos son sus guisos, la milanesa de res, el caldillo fiscaleño, el cabrito en salsa, el machacado con huevo a la mexicana y el cortadillo, recetas que pasan de generación en generación.
Indicó que el Pueblo Mágico de Mier cuenta con una fauna local abundante que permite el turismo cinegético, ya que puede cazar venado cola blanca, codorniz y paloma de ala blanca.
Resaltó que tras ser Mier el primer Pueblo Mágico en la frontera norte buscan conservar dicho nombramiento y atraer al turismo local, nacional e internacional.
“Mier ha sido testigo de batallas memorables y cuenta con edificios que guardan parte de la historia”, señaló.
Los habitantes de esta ciudad disfrutan el chileatole verde, bebida característica de la colonia El Carmen, en donde todos los días se despachan vasos y más vasos de este líquido hecho a base de maíz, que calienta el alma de los poblanos.
Poco antes de las 18:00 horas, el viejo zaguán de madera, de la casona ubicada sobre la calle 16 de Septiembre y 15 Poniente, se abre de par en par para iniciar la venta del tradicional chileatole verde, elotes y esquites.
Este ritual se ha repetido desde hace 70 años, indicó doña Delfina Hernández, nieta de doña Carmelita, quien dio fama a esta receta ancestral que conquista paladares de chicos y grandes.
En la olla de barro, sobre las brasas del anafre, con la ayuda de una cuchara de madera mueve y mueve el fondo de la olla, listo para servir los pedidos de los vecinos, pero también de los que conducen de lejos para seguir disfrutando de esta delicia, que algunos acompañan con jugo de limón.
De acuerdo con el chef Rodrigo Ibáñez Rojas, del Instituto Culinario de México, el chileatole es una bebida, que por ser espesa muchos consideran que se debe comer con cuchara, es un atole denso de masa de maíz que en lugar de consomé o caldo se usa el agua de cocción del propio maíz.
Para que tome el color verde que le caracteriza se muelen chiles huachinango con guías de calabaza y epazote.
Una vez en la olla de barro, al agua de le agrega el chile, masa para que espese y los elotes en trozos y en granos. Algunos prefieren agregarle alguna pieza de pollo.
El chef Rodrigo Ibáñez Rojas, también coach de la Selección Olímpica Nacional de Artes Culinarias, en entrevista con Notimex dijo que esta bebida se conoce principalmente en la región central del país, pero se podría decir que es particularmente de Puebla porque la zona de Tehuacán es la cuna del maíz.
“Hay algo que se llama paladar mental y se construye desde que se nace porque se registran sabores a lo largo de nuestra vida, entonces cuando se prueba algo que está registrado en nuestra memoria, las papilas gustativas mandan la señal al cerebro y nos hacen recordar momentos, sea una experiencia buena o mala”, refirió.
“Con la comida de casa pasa lo mismo, guardamos todos los sabores de nuestro hogar, pero como son más importantes porque los vivimos rodeados a nuestros seres queridos, el paladar mental nos lleva a recordar momentos increíbles o a personas muy queridas como la casa de los abuelos, a nuestros padres o tías”, agregó.
En su caso, relató que además del chileatole, son los tamales cernidos que le recuerdan la casa de sus abuelos, pues durante 13 años continuos saboreó los tamales en día domingo.
Los tamales, dijo, además de disfrutarlos los considero como uno de los platillos más inteligentes que se hayan inventado porque son una proteína. Y me resulta increíble que hayan pensado en mezclar manteca para su preparación, y a eso le sumas guisos como mole, rajas, salsa verde y dulce.
En Puebla los tamales cernidos son característicos de la ciudad, y son los que venden los tamaleros en cualquier esquina.
“Son de una textura acolchonadita, como un bollo que se rompe y es bastante poroso y a la vez firme, y se envuelve en un totomoxtle seco”, indicó.
Para el chef Rodrigo Ibáñez en México se tiene un uso arraigado del maíz desde hace muchos años, sin embargo, “comienza a haber un número importante de antojitos que la gente prepara con harina de trigo, y hay que tomar conciencia de ello porque el trigo comienza a superar el uso del maíz, cuando éste grano es endémico de México”.
El chef poblano refirió que hay un sinfín de platos que se hacen a base de maíz y sin duda alguna, son más los platillos salados que dulces.
En Puebla los antojitos salados a base de maíz son las chalupas, molotes, esquites, elotes, chileatole “y casi toda la antojeria que existe”. Mientras que los guisos dulces son los atoles, champurrado, pastel de elote, pinole, palomitas acarameladas, y muchos más.
El maíz en la cocina internacional ha penetrado poco a poco gracias a muchos chefs renombrados y originarios de México, quienes están mostrando la auténtica cocina mexicana.
Como ejemplo citó el caso del chef Enrique Olvera, propietario del restaurante el Pojul en la Ciudad de México, y Cosme que se ubica en Nueva York, Estados Unidos.
Al respecto, recordó el hecho ocurrido el pasado lunes 19 de septiembre cuando el presidente de Estados Unidos, Barak Obama junto con su esposa degustaron de auténticos platillos mexicanos como la Tlayuda, carnitas y otras delicias.
“Gracias a chefs como él (Enrique Olvera) se está empezando, realmente, a difundir lo que es la verdadera cocina mexicana fuera de México”, expuso.
USOS MEDICINALES Y OTROS USOS DEL MAÍZ
Para el chef Rodrigo Ibáñez Rojas, del Instituto Culinario de México, el maíz ha jugado un papel primordial en la alimentación de los mexicanos, pero lamentablemente en Europa el maíz se ha ocupado como forraje para los animales, por lo que ha sido un tanto difícil cambiar la percepción que se tiene respecto al consumo de este grano.
En entrevista indicó que sólo en México se puede entender la infinidad de usos y el aprovechamiento que se le da al maíz.
“El tiempo de la pizca es cuando el fruto está tierno y listo para su consumo. Se desgrana y queda el olote con el cual se puede generar energía limpia. Los pelos del elote sirven para hacer una infusión, y las hojas de maíz secas se llaman totomoxtle y sirven para cubrir los tamales, para combustible o para artesanías”, expresó.
Además, de la milpa también se obtienen las hojas verdes frescas para hacer las corundas, que son los tamales tradicionales de Michoacán.
El hongo del elote origina el huitlacoche que por algunas voces es considerado como el caviar mexicano, mientras que otras personas lo califican como tóxico para la salud.
“El huitlacoche, por ser un hongo, algunas personas dicen que no es comestible porque es considerado como una plaga, aún cuando en México es representativo de la gastronomía mexicana. Su sabor es muy sutil y elegante, pero aún cuesta trabajo que mucha gente se anime a probarlo”, dijo.
De acuerdo con el libro “Cadenas Productivas Agropecuarias y Acuícolas del Estado de Puebla”, editado por la Secretaría de Desarrollo Rural en la administración 2005-2011, en la cadena productiva de Granos y Cereales se tiene identificado que en territorio poblano se cultiva maíz blanco, amarillo, de color, elotero, palomero y cacahuazintle.
En dicha publicación se señala que el maíz y sus derivados sirven al hombre para la elaboración de artesanías de caña de maíz, cercado para patios y corrales, las hojas y granos pueden emplearse para la elaboración de artesanías o cuadros, también como espigas para floreros y para la elaboración de collares y recubrimiento de bolas de unicel.
En cuanto a los usos medicinales, en el libro se cita que los pelos del elote en té sirven para limpiar los riñones, el atole de masa ayuda a la reconstrucción de la flora intestinal, la tortilla quemada puede emplearse para lavarse los dientes, y que el consumo de maíz en todas sus presentaciones es fuente de fibra natural y contribuye a bajar el colesterol.
El prestigioso chef con tres Estrellas Michelin Joan Roca cree que “cocinar es una forma de decir te quiero” y de transmitir emociones y afectos a aquellos para los que se prepara un plato, por lo que ha animado a recuperar la costumbre de cocinar en casa y comer en familia.
El cocinero de El Celler de Can Roca (Girona) ha hecho estas declaraciones en una entrevista con EFE en Murcia, donde participaba en el evento solidario GastroTEA, para recaudar fondos para la investigación sobre el autismo.
Roca ha puesto de manifiesto la “paradoja” de que a pesar que hay más libros y programas de cocina que nunca y la gastronomía española se encuentra en primera línea de la vanguardia mundial, “en casa se cocina poco”.
Sin embargo, se ha mostrado optimista al respecto y ha considerado que mucha gente aprende técnicas y recetas casi sin darse cuenta, desde el ocio, y cada vez cala más en la sociedad la idea de que una buena alimentación es fundamental, tanto desde el punto de vista de la salud como de la nutrición.
“Cocinar es una forma de transmitir emociones y afecto a la gente a la que quieres, una forma de decir te quiero, una herramienta poderosa para transmitir cariño a aquellos para quienes has cocinado”, ha subrayado.
Por eso, ha animado a los ciudadanos a “recuperar la costumbre de sentarse a la mesa, de comer y cocinar juntos, porque todo sabe más rico cuando se participa en el proceso de preparación”, ha subrayado.
Además, ha insistido en que la falta de tiempo “no puede ser una excusa” porque “una cena puede hacerse en solo 15 minutos” solo con “sentido común” y organizado unos mínimos conocimientos y técnicas de cocina, al tiempo que ha insistido en la importancia de una correcta alimentación y nutrición para la salud, para lo que el papel de los cocineros es fundamental a la hora de difundir esas ideas.
Por otra parte, el chef ha destacado el importante “patrimonio gastronómico” de España, tanto en los productos como en la tradición culinaria, que en su opinión son un factor clave para el relevante papel que actualmente ocupa la alta cocina española en el mundo.
En ese aspecto, ha dicho, tiene también gran relevancia “la buena relación” que hay entre los chef de prestigio del país, a los que ha definido como “generosos” a la hora de compartir proyectos, conocimientos, técnicas y recetas, algo que “hace grande a la cocina española”.
“Los cocineros trabajamos desde el compromiso con los ideales, somos unos idealistas, unos románticos, unos enamorados del oficio”, ha añadido también en relación con el éxito de la gastronomía nacional.
Roca ha cocinado esta mañana en el Teatro Circo de Murcia en un showcooking en el que ha hablado del funcionamiento de un restaurante de elite como el suyo, en el que la “excelencia” tanto en los productos como en su elaboración es la clave, pero también el trabajo de toda una familia en la que los valores permiten poner el talento al servicio de la creación.
Este evento solidario, organizado por la asociación Asteamur, que este año celebra su quinta edición, contaba también con la participación de los cocineros Diego Gallegos, del restaurante Sollo (Fuengirola, Málaga), y Pablo González Conejero, del restaurante La Cabaña de la Finca Buenavista (Murcia), ambos con una Estrella Michelin.