Visitar el Pueblo Mágico de Malinalco, Estado de México, es sumergirse al pasado prehispánico y colonial. Su zona arqueológica, el convento, museos, capillas y la arquitectura de sus casas transmiten una parte de la historia que vivieron los antepasados.
Espectaculares países también se disfrutan al caminar por sus calles empedradas, rodeado de un ambiente de tranquilidad que lo convierten en uno de los lugares predilectos para reflexionar y descansar de las actividades diarias.
En entrevista con Notimex, el coordinador de turismo municipal, Jorge Michua Peñalosa, destacó que Malinalco todavía conserva las tradiciones en su máxima expresión, tiene actividades para toda la familia y cuenta con diferentes opciones de hospedaje.
Señaló que la parte cultural de este municipio se encuentra en la zona arqueológica Cuauhtichán, un centro ceremonial construido por los Mexicas y que se localiza en el barrio de Santa Mónica, en la parte media de la montaña Texcaltepec.
El área principal de este lugar es el “Cuauhcalli” o mejor conocido como Casa de las Águilas. Se trata de un templo monolítico, es decir, tallado sobre la roca madre del cerro, donde se graduaban los guerreros Águila y Jaguar.
El recorrido continúa por el Museo Universitario Dr. Luis Mario Schneider, que alberga diversas colecciones que destacan las costumbre y tradiciones de Malinalco. Además, este sitio resguarda una réplica del templo monilítico, que complementa la visita a la zona arqueológica.
En el centro de esta comunidad también se localizan el convento Agustino y la parroquia del Divino Salvador, los cuales fueron construidos en 1540 y que el púbico puede recorrer durante su estancia.
Con visitas guiadas por el convento, podrán saber el concepto que guardan las pinturas al fresco realizadas hace más de 500 años por los pintores mexicas (los Tlacuilos) y que muestran una parte importante de la fauna regional.
Otro lugar para conocer es el Museo vivo los bichos, un lugar donde chicos y grandes interactúan con animales de la zona, a fin de hacer conciencia sobre la importancia que tiene cuidar a estas especies.
Los turistas también deben visitar las ocho capillas que alberga la cabecera municipal, ya que son monumentos históricos con rasgos del siglo XVI y XVII, donde todavía se conmemoras las fiestas patronales.
A 40 kilómetros de la zona centro de Malinalco está el Santuario del Señor de Chalma, uno de los recintos religiosos más frecuentados del país, hasta donde la gente llega caminando, en bicicleta o en vehículo para pedir un milagro o dar gracias por las bendiciones recibidas.
Para los amantes de las aventuras extremas, es posible tener contacto con la naturaleza y al mismo tiempo disfrutar de actividades como rappel, senderismo, cañonismo, tirolesa, paseos a caballo, cuatrimotos y parapente.
Tras recorrer los lugares turísticos, llega el momento de probar la gastronomía local y los habitantes de Malinalco se especializan en preparar las deliciosas truchas, ofertadas en diversas presentaciones como empapelada, frita, al mojo de ajo, hawaiana o a la diabla.
Como postre se recomienda probar una deliciosa nieve de mamey o nanche. Además, nadie se puede ir sin haber degustado el exquisito pan cocinado a fuego lento en los hornos de leña.
A través de las operadoras turísticas o de manera personal, las personas también pueden dar una vuelta por las comunidades rurales, donde sus habitantes se emplean en la producción de mezcal con técnicas ancestrales.
Para adentrarse a la magia de este municipio, los viajeros provenientes de la Ciudad de México pueden tomar la carretera 15 a la Marquesa, pasar por Lerma, llegar a la desviación Tenango del Valle y seguir por la carretera a Santa María Jajalpa.
Vía Notimex.
Por Iván Santiago Marcelo