Vamos a empezar libres.

Iniciando un vino.

La recomendación de tomar un buen vino es quitarnos las ataduras o los estigmas que hay en él. Por ello les decimos: inicien libres.

Al tomar un vino no se preocupen por la copa (aunque tampoco es recomendable tomar un vino tinto en una copa de tulipán, por ejemplo o un espumoso es vaso).

Disfruten lo que hay: el ambiente, el día, si hay sol o si prefieren la lluvia.

La libertad de tomar vino radica en poder elegir de las miles de etiquetas que hay y poder gozar un momento. Con uno al día vamos a ser personas más sanas.

Sí, el vino ayuda al corazón. Tal vez por eso sentimos como nos relajamos desde la primer copa hasta el ultimo sorbo.

Libres de los prejuicios de un vino: si es bueno o no, sólo importa que nos guste.

En este caso sólo vamos a depender de nosotros: que pidamos un vino que nos guste, incluso si el maridaje no es lo que esperábamos, goza cada trago, cada bocado.

Sobre todo si inicias en el mundo del vino, inicia libre. Un buen vino muchas veces nos lo da el momento.

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5 puntos para saber que estás tomando mucho vino.

Tal vez tu manera de tomar vino (u otra bebida alcohólica) ya está siendo peligrosa… Y estos son unos puntos para saber que debes detenerte y pensarlo mejor a la siguiente vez que te ofrezcan un vino:
Las mimosas son parte de tu desayuno no sólo los domingos, sino todos los días.
Y hay veces es lo único que almuerzas.
 
Una copa diaria se vuelve una botella.
Aún cuando la compartas, es demasiado vino a diario. Lo saludable y recomendable es una copa al día en caso de mujeres y dos en hombres.
 
Te justificas que es por salud.
Amigos y familia te han dicho que no deberías tomarlo todos los días y decides responder que hay estudios afirmando que tomar vino diario ayuda y es sano. El detalle es que tiene que ser una copa al día, no media botella.
 
Olvidaste tu último día sin vino.
No pasa un día que no tomes una copa en la comida, otra a la hora de la cena y una más antes de dormir. A veces despiertas y te das cuenta que la botella si se acabó.
 
Lo primero que buscas en la carta.
Todos están viendo que van a comer y tú pediste la carta de bebidas para ver qué tienen.
 
Si has caído en algunos de estos puntos, lo recomendable es informarte aquí.
 
 
 

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Las 4 posibles emociones al tomar el vino.

Por una película de Pixar salió la duda sobre los sentimientos (teniendo sentimientos) y llegamos a la conclusión con vino ¿Qué sentimos cuándo tomamos vino?

Alegría.
Ese momento de gozo en el que abres tu vino y disfrutas el maridaje, la copa y el vino.

Tristeza.
¿Cómo qué la etiqueta que tanto te gustaba ya no la tienen y decidieron hacer el vino con otra cepa?

Furia.
Vas a casa y tu rommie decidió que era un buen momento de clericot, con tu vino, ese que guardas de manera especial para otro momento especial (léase romántico, de esos que van con dos e incluyen chocolates y fresas).

Desagrado.
El vino acorchado, está muy caliente o muy frío. Te gustan más dulces/ácidos/secos.

Miedo.
¿Y si esa copa de vino no le gusta y dice que tienes mal gusto en vinos?

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Motivos para no Farolear.

¿Eres la típica persona que sabe mucho de vino? ¿Qué todo lo que has conocido es por ese curso en línea que una vez tomaste? ¿Crees que ver sommeliers en una cata te hacen el master del vino? Razones para que no seas ese farolero que nos hace preguntar ¿para qué lo invité?
 1. Flojera.
¿En verdad, después de todo lo que has pasado en el día te van a dar ganas de andar fingiendo que si sabes de vino?

2. Si no sabes, no importa.
A nadie le importa si sabes qué vino es o no. En verdad, sólo disfruta.

2. Alguien si va a saber.
Peor: estas dando tu mejor historia (según tú) y alguien te interrumpe. Se ha descubierto que mientes.

4. Evitas conocer más.
Si te cierras, lo único que haces es no conocer, al contrario, estancarte en los errores.

5. Aburres.
No hay nada peor que la persona que llega a la fiesta diciendo que sabe lo que no sabe.

6. No disfrutas.
En lugar de disfrutar estás llamando la atención. En verdad no es necesario.

7. Olvidas lo importante.
Es el vino y poder pasarlo bien.

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La felicidad se comparte en una copa.

5 Razones para compartir una copa de vino con los amigos.

1. Es padre tomar vino solo, es más padre tomar vino con un buen amigo.

2. Amigo es el que no pregunta tu vino, sino lleva el que te gusta.

3. Acompañas a alguien cuando lo necesita: en las buenas, malas y peores.

4. Que el amor no va solo, se adereza con vino.

5. Bailar con vino hace que los amigos sean más divertidos.

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Por qué olemos lo que olemos.

De acuerdo a la experiencia, a lo que vivimos, vamos a encontrar más aromas.


Cuando llega alguien y nos da una cata, puede que no coincidamos. “A mi me huele a sandia”. Y si la persona que da la cata nunca la ha olido, es muy complicado que esa persona pueda conocer esos aromas.

Es entonces cuando entiendes: el olfato no sólo es generacional, también es de ubicación.

¿A qué nos referimos con que es de ubicación? A que de acuerdo a la zona nos vamos a ir experimentando diferentes sabores. Si has viajado a otros lados del mundo, tus aromas van a ser diferentes, más variados. Vas a tener conocimiento de qué es una compota o como huelen frutos que no son comunes en tu país.

¿A qué nos referimos con generacional?

A que va variando de acuerdo a la edad que tengamos y los productos que vayamos disfrutando. Si en tu infancia tuviste ciertos dulces, puede que más grande relaciones los aromas a ese dulce. Lo mismo si has viajado. Por ejemplo, si comías pirulí o algodón de dulce pero tus hijos no los han probado, esos aromas no los van a percibir, como puede que tú si lo hagas.

Es por eso que el aroma también se vuelve un recuerdo: la sopa que la abuela hacía cuando éramos niños, los dulces que compartíamos, la tierra donde jugamos. Se va haciendo parte de la memoria.

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Mejor que el vino.

Por José Emilio Pacheco

¿Quién es José Emilio Pacheco?

Es un escritor, narrador y cuentista mexicano. Su novela más conocida es Las batallas en el desierto. En su colección de cuentos encontramos El principio del placer (muy buena opción para leer con un buen vino) y realizó la traducción de Un tranvía llamado deseo de T.S. Elliot, entre otros más.

Les dejamos aquí el poema Mejor que el vino.

Porque mejor que el vino son tus amores.
Salomón
Quinto y Vatinio dicen que mis versos
son fríos.
Quinto divulga en estrofas yámbicas
los encantos de Flavia.
Vatinio canta
conyugales y dulces placeres.
Pero, yo Claudia,
no he arrastrado tu nombre
por las calles y plazas de Roma.
El pudor y la astucia me obligan
a guardar tales ansias
para sólo tu lecho nocturno.

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6 Errores comunes al tomar vino.

  1. Servir la copa muy llena.

Hay que servir la cantidad correcta: ni tan alto ni tan poco. Si es mucho, calentamos el vino y si es muy poco, se puede oxidar muy rápido. Recuerden que cada vino tiene su servicio y no es agua para llenar la copa.

  1. Agarrar la copa del cáliz.

Alguien que dice conocer de vino sabe que lo último que debe hacer es tomar la copa del cuerpo y no de la parte inferior: por algo tienen la “varilla” larga, para poder tomarlo de ahí.

  1. Solo la etiqueta.

No hay que juzgar un libro por su portada ni un vino por su etiqueta, así de sencillo.

  1. Siempre el mismo vino.

Por no aventurarnos, tomamos siempre el mismo vino; sin embargo, puede ser que un día decidan cambiar la cepa. Es por eso que recomendamos tener uno, dos, cinco, veinte que nos gusten.

  1. No experimentan

Por estar en las reglas tradicionales no se atreven a probar algo diferente: que el vino no va con chocolate, que el tinto con carnes rojas; que el blanco con pescados. Y de ahí no salen sin disfrutar de la comida de otra forma, como se ha venido innovando.

  1. Beber muy rápido.

Abrir la botella, servir, tomar, acabar. Mejor abrir la botella, disfrutar, tirar la plática, seguir con el vino; hay que dejar que el vino se exprese de acuerdo a su edad, cepa y maridaje.

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El vino depende de la persona que lo toma.

Que las críticas del vino se resbalen… ¡Lo que importa es lo que quieres!


Casual, vas con un amigo a comprar un vino, le compartes o te acuerdas de una botella que tienes en casa. Le dices qué vino es. Y una mueca lo dice todo, piensas en como corregir el momento… ¡Tienes mal gusto en vinos!

Entonces tu amigo comenta de un vino que a él si le gusta, y que debes probar y conocer. Y haces caso. Lo compran y van a degustarlo.
Al momento de catarlo ¡Casi lo escupes! Es muy tánico o muy suave; muy astringente o muy dulce para ti. En cambio él tiene cara de satisfacción, como si te hubiera salvado de un mal vino.

¿Está mal eso?

No, es común discernir de vinos; a algunos les gustarán de ciertas características o premios. A otros sólo verán la varietal. Algunos más se irán por la región. El vino no depende de una persona: de qué dicen, de qué les gusta o que la recomendación sea necesariamente buena.
En este caso la recomendación es para quienes recomiendan: no digan que un vino es malo porque a otra persona les guste y a ustedes no. No discriminen un vino sin conocerlo o aún cuando hayan tenido la oportunidad de probarlo, dejemos que si a alguien le guste, que lo pruebe y lo aproveche. En pocas palabras: Eviten la cara de fuchi.

El mundo del vino es tan extenso como los gustos de las personas.

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5 maneras de proponer tomar un vino.

Sencillas formas de invitar una copa… o dos, o tres.
Evitando el exceso, estas son nuestras recomendaciones cuando queremos tomar un vino y no somos expertos, nuestros amigos tampoco y algunos no gustan de esta exquisita bebida.
1- Vamos a Festejar por… ¡lo que sea!
Desde el “hoy es un día más que nos vemos” hasta el “no cumpleaños”, la cuestión es celebrar con los amigos y la mejor forma de hacer es una: con vino.

2. Por salud.
Diversos estudios demuestran que el vino es saludable… ¿a poco no lo vamos a aprovechar esta tarde qué estamos todos juntos y queremos algo bueno?


3. Por amistad.
Casi igual que la primera, Somos amigos, hay que celebrarlo, es la mejor forma de decir “¡Salud!” por este día, mes, años de amistad. Que las copas, rueden, pues.

4. Para conocer de él.
Nada más por el gusto de conocer más de un buen vino y no caer siempre en la chela, el whiskey o el mezcal… un vinito, nunca está de más.

5. Su opinión no me importa.
Si la idea de pasarla bien para tus amigos tiene que ver con no recordar el día anterior y tú quieres disfrutar de bailar, la charla y una copa, solo ábrela y disfruta.

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