Comer sano.

Contrario a lo que pensamos en muchas ocasiones sobre los regímenes cuidadosos y meticulosos, la ciencia dice realmente algunas de las formas que podemos tener para cuidarnos mejor.


1. disfruta de la comida.
Si lo que comes no te gusta, esa dieta o régimen están directos al fracaso: busca la comida que prefieres y que se adapte a tu plan alimentario.

2. Las porciones como la clave.
Sé consiente de las cantidades que comes: evita las grandes porciones. No se trata de limitar, sólo de no ir a la extra jumbo de la comida. Cualquier comida.

3. Porciones de casa.
Otra de las recomendaciones, es empacar la comida en casa y no en restaurante: comentan que las porciones en restaurantes americanos ha aumentado en los últimos 20 años. En casa sabrás que cantidad quieres de lo que estás poniendo: hay un mejor control de porciones como se comenta en el punto anterior.

4. fibra y proteínas.
Aumenta y acomoda fibra y proteínas a tu dieta. No es lo mismo una bolsa de papitas que una papa al horno rellena con algo de fibra.
Sentirás saciedad y podrás evitar en exceso y estimular la pérdida de peso.

5. La dieta mediterránea.
Suena delicioso: las pastas, el aceite, garbanzo, tomate, pepino y ensaladas con aceite de oliva. Etudios muestran que esta dieta reduce las enfermedades del corazón y proporciona beneficios potenciales relacionados con la memoria.

¿De dónde sacamos esto? De I F*cking Love Science.
Aquí la nota original.

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