En Netflix encontramos material original bastante bueno: desde series a películas en realidad o ficción. Dentro de ese repertorio, todos los amantes de la cocina y la gastronomía tenemos opciones que van desde tonos serios -como Chef’s Table- hasta la tragicomedia de Nailed It.
En todo esto, encontramos en su variedad Ugly delicious: una serie de no ficción, un tanto documental donde descifra un detalle muy válido: la internacionalización de la comida.
Parece obvio, tal vez lógico, pero hay muchos lugares, zonas y procesos que son bastante protegidos, como lo tenemos bien entendido en las Denominaciones de Origen. ¿Pero qué pasa con los buenos quesos que siguen un proceso similar o igual pero no están en la zona delimitada? ¿Son malos? ¿No “deben ser”? -Este ejemplo no viene en la serie, pero hace poco, la Unión Europea pedía a otros países (incluido México) el cambio de nombre a algunos productos lácteos-. Los ejemplos son claros: ¿La única pizza buena es la de Nápoles? ¿Los tacos sólo en México? ¿No se nos permite compartir nuestra cultura? ¿Puede un extranjero cocinar comida mexicana? ¿Sólo existe un tipo de barbacoa? ¿Qué hay de otros estilos? ¿De otros estados, países?
Meet the best mother f**king taco maker in the world, @sanchezrosio
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La costumbre de llamar “propio” a un producto y no ver más allá, de no probar más allá: ¿nos está limitando a descubrir, a evolucionar?
Es una propuesta arriesgada de entender, antojable de ver y entrañable al compartir que es guiada por el chef David Chang en cada uno de los capítulos, mientras es acompañado de personalidades dentro y fuera de la gastronomía (escritores como Jonathan Gold, crítico gastronómico de Los Angeles Times; otros chefs como el dueño de Noma, Rene Redzepi; el actor Aziz Ansari en el primer episodio ayudan esta guía culinaria.
En pocas palabras: la búsqueda de “no discriminar” la comida.