Una de las principales razones de que los vinos tengan sus colores (mayor o menor) es el clima. ¿Se han dado cuenta que hay en partes del mundo donde los vinos se ven más brillantes o colores más relucientes, aún siendo la misma cepa?
Los invitamos a hacer una cata visual con diferentes vinos en las mismas condiciones: Un vino tinto de la misma cepa (tempranillo, tannat, cabernet sauvignon, merlot, malbec, la que gusten), pero que sea del mismo año y el mismo tiempo en fermentación o crianza: si tiene 3 o 6 meses en barrica; si es un vino de 9 o 24 meses en la misma y 3 años en botella… El punto es que sea igual.
Mira el desarrollo de colores que cada uno va a tener.
En zonas más cálidas, el color será mayor, más brillante y expresivo. En zonas más frías, podrás ver colores más claros e incluso recurren a un tono transparentoso.
Esto es en parte por el sol: permite que la uva pueda ser pleno en aromas y colores de manera más rápida a mayor cantidad.
El aspecto visual de un vino depende sobe todo de quien lo consume: Para algunos es importante el como se ve, para otros sólo como sabe.
Y que sea un vino de color claro no significa defecto: ejemplos de cepas de poco color como el gamay quedan a la mano para saber que un buen vino no depende del color sino del proceso de elaboración y el cuidado desde el principio que este puede tener.