Uno de los mitos más seguidos del vino es que mientras más viejo sea un vino, es mejor. Lamentamos decirles que así no es, o al menos siempre.
Hay vinos que son de mejor aptitud para guardar, empezando por vinos tintos, que en comparación a los vinos espumantes, blancos o rosados, va a tener un mayor tiempo de vida.
Entre otra de las características importantes está la cepa: investigar si la uva con la que está hecho el vino tiene buena capacidad para ser guardado.
Por ejemplo, la gamay, el merlot o el malbec tienen un envejecimiento más próximo que el tempranillo, el cabernet sauvignon y el tannat.
También dependiendo el proceso por el cual pasó el vino, y aunque es un tema más complejo que trataremos después, revisar si tiene barrica, pues a mayor tiempo en barrica, es más probable que podamos darle una guarda a nuestra botella.
Combinaciones de cepas: más va a dar cualidades que permiten dar más tiempo en cava, a menos que sean vinos destinados para ello: Barolos, Rioja, Ribera del Duero son ejemplos de monovarietales que no necesitan combinación de uvas para tener una guarda de muchos años.
Otra situación: que el vino no se pase.
Es bueno revisar las opciones del vino para guardarlo. Algunos tienen la opción de 10 años, tal vez más, pero si no estás seguro, es bueno llamar a la bodega (en caso de poder, también hay correos electrónicos o redes sociales) y preguntar sobre el vino ¿Cuánto tiempo lo puedo guardar? ¿Necesita algo en específico? ¿Hay qué cambiar más adelante el corcho?
Hay vinos que se deben beber jóvenes y no son malos. No es necesario estigmatizar el vino y pensar que mientras más tiempo tenga, más viejo sea, es mejor.
Aunque sí, hay algunos que son mejores por esas condiciones: más guarda, más barrica, mejor cuidado.