Brownies de Chocolate.

Ingredientes:

1 taza de azúcar blanca

1 taza de azúcar morena

60 gramos (1/2 taza) de harina sin preparar

1 1/4 tazas de cocoa pura

1/2 cucharadita de sal

4 huevos

2 cucharaditas de vainilla

225 gramos (1 taza) de mantequilla

 
Preparación:

  1. Calienta el horno a 150ºC (aproximadamente 300ºF). Engrasa un recipiente de vidrio, cerámica o metal, de 20×20 cm ó 25×25 cm y cúbrelo con papel manteca. Engrasa el papel manteca y reserva.

  1. Cierne juntas el azúcar blanca y morena. Es un poco antipático cernir azúcar morena, pero con este paso garantizas no tener bloques de azúcar dentro de la mezcla.

  1. A parte, cierne juntas harina, cocoa y sal. Reserva.

  1. Derrite la mantequilla y reserva (puedes usar el microondas calentando a potencia máxima por 30 segundos, moviendo y calentando otra vez hasta que se derrita por completo).

  1. Bate bien los 4 huevos (de preferencia con una batidora) y cuando se pongan de color amarillo pálido, agrega la mezcla de azúcar cernida y continua batiendo.

  1. Agrega la vainilla y la mantequilla derretida y sigue batiendo.

  1. Finalmente agrega la mezcla de harina y cocoa cernidas y bate hasta formar una mezcla homogénea y espesa.

  1. En caso de agregar chispas o nueves, es el momento.

  1. Vierte la mezcla en el molde que preparaste y llévalo al horno.

Se hornea a temperatura baja 350ºF. Chequear con un palito o tenedor después de 45 minutos y luego cada 5 minutos hasta que el palito salga con unas cuantas migajas pegadas pero sin mezcla líquida.

Desmoldar y cortar los brownies:

Saca el molde del horno en cuanto los brownies estén listos y déjalo enfriar (de preferencia sobre una rejilla). Cuando puedas manipularlo sin quemarte, usa el papel manteca para levantar todo el bloque y colócalo sobre una tabla u otra superficie plana.

Una vez que estén bien fríos puedes guardarlos en un recipiente hermético.

Más recetas de Brownie aquí.

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Vinos mexicanos obtienen medalla de oro en concurso mundial

La Finca Sala Vivé by Freixenet México y Casta de Vinos fueron reconocidos por la calidad de sus bebidas con la Gran Medalla de Oro que otorga el Concurso Mundial de Bruselas.

En la ceremonia de premiación, en la Ciudad de México, el director del certamen, Baudouin Havaux, galardonó a los 20 vinos mexicanos que sobresalieron en la justa que se llevó a cabo del 29 de abril al 1 de mayo en Plovdiv, Bulgaria.

Estas medallas, destacó, reconocen la calidad de los vinos premiados y ayudan a su posicionamiento en el mercado, ya que “hemos visto que recibir esta medalla incrementa las ventas entre un 20 y 30 por ciento”.

Bodegas Pinesque, Pernod Ricard México, Bodegas Santo Tomás y San Juanito recibieron la Medalla de Plata, así como Monte Xanic, Casa Madero y Bodega Vega Machón, marcas que además fueron distinguidas con la Medalla de Oro por otras de sus bebidas participantes.


 

Otros vinos reconocidos con el oro fueron Bodegas Cote y la Cetto, mientras que luego de 20 años de que México no recibiera la Gran Medalla de Oro, se entregó este máximo galardón del concurso a la Finca Sala Vivé by Freixenet México y Casta de Vinos.

En su oportunidad, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT), Luis Velasco, mencionó que México se prepara para ser sede de la edición 24 del Concurso Mundial de Bruselas que se llevará a cabo del 24 al 26 de agosto en Tequila, Jalisco.

“Este certamen es considerado el concurso de bebidas espirituosas más grande a nivel mundial, donde a través de catas a ciegas se valora la calidad internacional de las bebidas concursantes”, destacó.

Para esta edición, detalló, se contará con la participación de mil 400 destilados que competirán para ganar alguno de los tres reconocimientos que otorga este certamen: Medalla de oro, Medalla de Plata y Gran Medalla de Oro.


 

“Este evento generará un importante impacto turístico, económico y cultural, particularmente en la región de Tequila”, dijo Velasco.

“Es debido a la importancia de este concurso y la presencia de los actores que se darán cita como se reforzará la promoción de la cultura y la relación mexicana en todo el mundo, promoviendo así a nivel internacional la ciudad de Tequila”, añadió.

Vía Notimex.

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Diferencias: Champagne y Cava.

 
 

Has dos mitos que por el tiempo no hemos logrado saber a ciencia cierta: ¿De dónde viene el vino espumoso? Algunos dicen que ya existía antes de la champaña y de hecho se producía en Gran Bretaña. Se dice también que Dom Perignon, no fue el primero en descubrir este efecto.

Empecemos con que Dom Perignon fue un monje de una Abadía de Saint-Vannes, donde probó un vino y  exclamó que estaba tomando estrellas. Si bien es cierto que era ciego en el momento que pasó esto, nada asegura que no haya sido por la edad (por los que aseguran que no podía hacer tal exclamación si era ciego).

Después, se le atribuye a él, el descubrimiento de la Champaña, y el manejo de tal proceso que con el tiempo se fue mejorando: Ante la controversia de historiadores de si es o no quien diseñó este proceso (Chempenoise), no podemos negar que su nombre, a la fecha, suena en el mundo del vino.

Tal prestigio ha sido desde entonces que en muchas partes del mundo realizaron el mismo proceso para crear vinos espumantes, por lo cual Francia pidió la Apelación de Origen (DOC) y así, sólo ellos, bajo el proceso y la zona pudieran llamar a su vino espumante champaña.

España usa el mismo método para la fabricación de sus vinos espumosos, los llamados Cava (que significa cueva); por la misma Denominación de Origen deciden también hacer su vino con cepas de la zona: Xarel lo, Macabeo y Parellada para marcar la diferencia en sus vinos.

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¿A la barrica de mi vino le pusieron mermelada?

No. Las barricas no llevan mermeladas, ni chocolate, ni aditivos, ni dulces. Eso no pasa.

Alguna vez escuchamos esa pregunta: “¿En qué momento del proceso se agregan los sabores del vino?”.
Para empezar, no son sabores:
Los sabores son cuatro. Ácido, salado, dulce y amargo.
El sabor a manzana no existe –como lo pensamos comúnmente-: la manzana tiene un sabor dulce y ácido.
Tenemos dos sentidos muy conectados, el olfato y el gusto.

Por eso decimos que nos sabe a manzana verde, cuando realmente es el aromaque tenemos y se mezclan; por eso decimos que tenemos “recuerdos” de manzana verde.
Es por ello, que al meter aire mientras tomamos vino, vamos a encontrar esos “sabores” que son aromas.

Volviendo a la barrica.
La uva tiene aromas que van evolucionando (lo cual es raro, si olemos una uva no tiene un aroma característico): desde el momento que se prensa hasta que se crea como vino, adquiere aromas que pueden ir creciendo o evolucionando: ya sea en barrica o botella.

La barrica lo único que tiene es un tostado –o no- cuando se construye.
De ahí vienen los aromas a tostado o ahumado que hay en el vino: nuez, humo, chocolate, coco, cacao y más.

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Consumir más vino; pero con moderación.

Esta semana les vamos a hablar de un tema muy importante: el valor de no excederse y poder disfrutar más de una copa de vino –o lo que más les guste-.

Suena contradictorio hablar de tomar más vino y a la vez no hacerlo en exceso, tener la moderación a la hora de tomar.

La realidad es que mucha gente –al menos en México-, no toma por el placer sino por el efecto: la capacidad de quedar incapacitado –de pensar, de caminar, de hablar, de moverse-.
Sí, en muchos lados del mundo lo hacen, toman por tomar, por embrutecerse, para no sentir, para olvidar (aunque hay estudios que demuestran lo contrario, que el alcohol reaviva experiencias y eso explica las llamadas a la ex pareja o como terminas enojado con tu jefe o amando a tu mejor amigo); la realidad es que no deberíamos caer en eso.

¿Hay una necesidad de terminar sin sentido por alcohol? La realidad es que no, pues si es por:

a) Problemas: ellos van a seguir después de tus desfiguros; e incluso peor con la cruda que te vas a cargar.

b) Bailar mejor: puedes tomar un par de copas para el valor, pero mejor toma clases de baile para hacerlo bien y no termines con la corbata en la cabeza y bailando sobre una mesa.

c) Para tomar valor: cuando dejes la copa no sólo te darás cuenta que el valor fue mucho, excesivo y en lugar de declarar amor a la persona correcta, lo hiciste a alguien más o peor… a algo más. Ridículo.

¿Ven? No hay una realidad donde valga la pena terminar tirados en alcohol.
Sí, la copa del día se puede convertir en dos o tres.

En serio no hay problema: a veces hasta nos ayuda a hablar mejor; pero de que la copa de la tarde se vuelve la copa 8 en menos de 2 horas: no.

La recomendación para beber una copa de vino –o lo que gusten-:
Planeado bien todo sale bonito. Siempre.
En lugar de tomar todo el vino –o bebida- en sólo un día, distribúyelo en la semana.

¡Oye, pero es que el vino se hace feo si lo guardo!

Hay tapones especiales para evitar el aire en tu vino y durará más: si bien, no serán semanas, al menos un par de días.

Así podrás, junto con planear la comida de la semana, los vinos que acompañarás. Una o dos copas a la hora de la comida todos los días serán suficiente para 3 botellas a la semana.
Y eso hablando de que comas solo… Porque si vas acompañado, pues no tendrás problema en tomar hasta 5 botellas sin problema, sin resaca, desfiguros o mal momento.


 

Para otras bebidas y las calorías.
Si lo que temes son las calorías, toma agua. No hay mas.

Si estás cuidando tu peso, el vino tinto, la cerveza obscura y algunos destilados te podrán ayudar al respecto.

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Agua en vino en 15 minutos.

Dos jóvenes de San Francisco aseguran poder «convertir el agua en vino en 15 minutos»

Han desarrollado un vino sintético con resultados, por el momento, dudosos.

El milagro de las bodas de Caná ha llegado a Silicon Valley. Ava Winery, una start up de San Francisco, asegura que es capaz de «convertir el agua en vino en 15 minutos». Sus fundadores son Alec Lee y Mardonn Chua, dos emprendedores veinteañeros convencidos de que cualquier vino, incluso los más raros y complejos, se pueden recrear en un laboratorio. Es cuestión de química.

«Todos los vinos comparten los mismos compuestos básicos», explican en su perfil en Angel.co, una plataforma que conecta a start ups con inversores. «Recreamos vinos desde cero, sabor a sabor, combinando esos compuestos en su nivel preciso. Sin levadura, sin fermentación, con control infinito del sabor y del aroma».

La idea surgió cuando Lee y Chua visitaron una bodega de Napa Valley, la región vinícola al Norte de la bahía de San Francisco, el año pasado. Allí les mostraron una botella de Chateau Montelena, un vino histórico, el primer Chardonnay de California que se impuso a sus competidores franceses en la célebre cata organizada en París em 1976 entre bodegas galas y californianas. Para estos dos jóvenes, una botella inalcanzable, fuera de sus posibilidades.

Sabor «monstruoso»


 

El uso cada vez más extendido de corcho sintético en las botellas ha provocado debates interminables entre los amantes del vino. El uso de aditivos artificiales ha hecho correr ríos de tinta. ¿Qué pasará ahora que con este vino tan natural como la Coca-Cola? De momento, no hay mucho que temer, porque el vino sintético deja bastante que desear. En las primeras pruebas, el sabor de la bebida era «monstruoso», reconoció Chua. Seis meses después, ya tienen una versión más afinada de un Moscato d’Asti, un blanco espumoso italiano con denominación de origen protegida. Pero los resultados no son del todo satisfactorios. ‘New Science’ realizó una cata a este vino sintético -comparándolo con un original- y determinó que su olor era como de «alcohol de limpiar» o «plástico». Uno de los redactores que lo probó lo definió como el olor «de uno de esos tiburones hinchables que llevas a la piscina». El vino no tenía lágrima, el color era mucho más claro y el sabor, aunque no tan malo como el olor, tenía un regusto a «aroma floral artificial, como un jabón de lavanda». La conclusión era que sería difícil beberse una copa entera del brebaje.

Información completa en ABC España.

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Emborracharse no es de risa.

¿En verdad creen que emborracharse es de risa? Suele serlo para quienes no se encuentran involucrados de manera directa, como quien graba este video:
https://www.youtube.com/watch?v=tB768Jre0MA&feature=youtu.be
Sin embargo, la realidad es que es un problema de salud: no sólo por desmayarse sino las condiciones a largo plazo que nos pueden llevar a una muerte de manera prematura.
¿A qué nos referimos?
Cirrosis, congestión alcohólica, problemas respiratorios y juicio nublado (como conducir en mal estado) crea situaciones a las cuales, realmente no deberíamos estar acostumbrados, ni debería ser grabado, alabado o gratificante.

¿En verdad, qué falta para tomar un poco de conciencia y dejar de pasar estas situaciones? ¿Chocar coches, perder el juicio? ¿Y qué ganamos después de todo esto que muchas personas no pueden aprender en cabeza ajena y darse cuenta del daño que se crea alrededor y a uno mismo?
-Como dicen por ahí: si no es por ti, que sea por los demás. Si no es por los demás, que sea por ti.
Más información aquí.

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Como vamos a guardar nuestra botella.

¿Tienen un espacio para guardar sus botellas de vino y no saben cómo hacerlo? Consejos prácticos que les permitirán de manera más sencilla tener un vino en sus cavas.

Las de corcho.

No importa que tipo de corcho sea la botella, si es corcho, la debemos tener acostada: el líquido debe estar en contacto con el corcho siempre. Es una parte indispensable para mantener nuestro vino. Momento que llega, la ponemos horizontal hasta el consumo.
-No es necesario que esté boca abajo, sobre todo por los sedimentos, costará más trabajo separarlos –al decantar o servir, por ejemplo-.

Las de tapa rosca

No necesitas dejarlas acostadas: si la tienes de manera vertical no tendrá problema. No se hace feo el vino ni pasa algo malo con él. Tampoco es menor calidad. Es más sencillo que no le encuentres defectos(el corcho empieza a perder cualidades después de 10 años, por lo cual es necesario cambiarlo, proceso que se hace en la bodega o por un experto).

Las espumantes.

Es un punto intermedio: sin estar totalmente acostados ni de pie: en caso de ser posible debes ponerlo en un grado de 20º. En caso de que no tengas la manera de acomodarlo, puedes dejar la botella de pie: Recuerda que las champañas se consumen lo más pronto posible, pues a menos que venga indicado lo contrario, pocas son para guarda de más de 3 años.

Vino de caja.

Ese no se guarda. A usarlo.

¿Cuánto tiempo podemos guardar el vino?

Depende el vino que tengas, como lo cuides y las condiciones donde lo tengas.
Si puedes conseguir un buen espacio obscuro, sin vibraciones constantes y que no cambie de temperatura –se mantenga fresco-, puedes tener un buen espacio de cava que permitirá a tu vino vivir a gusto.

En promedio, los vinos jóvenes no debes dejarlos más de 2 o 3 años –excepto el Beaujolais nouveau, que no te va a aguantas más de unos meses-; vinos con paso por barrica van a permitir mayor tiempo de guarda: a mayor barrica, puedes almacenarlos más tiempo.

Las uvas también dan un parámetro: más acidez y taninos, pueden tener más en cava.

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