Si no te gusta, no significa que el vino esté malo.

¿No les pasa qué salen con alguien qué dice que no es un buen vino por qué no le gusta?

Pues por desgracia es más común de lo que pensamos. Ocurre con todo; el cine, s, la comida. Si a una persona no le gusta lo que ve, automáticamente lo descalifica. Resulta que si no nos gusta, lo juzgamos de malo. E incluso lo decimos de manera abierta.

En radio, es normal escuchar a “opinadores” hablar de lo que sea “esa película es muy mala, no me gustó”, como si no pudieran separar el gusto personal de la calidad del producto.

En el caso de vino, en restaurantes en alguna ocasión un sommelier nos contaba una anécdota, de que odiaba las personas que creían saber de vino.

“Una vez vino un señor, se quejó de su vino, que estaba malo, que no le gustaban ácidos. Le expliqué que así era el vino, que no era defecto; nada, se enojó más, qué no, que era ácido y que estaba feo… ¡Era un muy buen vino, pero como al señor no le gustó, de malo no lo bajaba!”.

Es por eso que nuestra recomendación es ser consientes al dar una opinión, sobre todo en el vino, donde hay tantos detractores, debemos cuidar lo que decimos; no es lo mismo decir “ese vino no me gustó” a tacharlo de “es un mal vino”.

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