Iniciemos con ¿qué es el vino?
El vino es el resultado líquido de la fermentación de la uva, lo que da entre un 75 y un 90% de agua. Esta diferencia del 15% se explica por el mayor o menor contenido de ácido tánico, ácidos orgánicos, sales minerales y pectina, que forman conjuntamente el extracto seco de cada vino.
Todo esto, forma parte del vino y es determinante en la estructura y el equilibrio entre las diferentes sustancias que lo componen: los ácidos, el azúcar, alcohol, tanino y colorantes. Todos los demás elementos del vino se encuentran presentes en cantidades muy pequeñas. El contenido de azúcar puede oscilar entre 2 g. en los vinos secos, hasta los 500 g por litro en el caso de los más dulces.
Vinos que han pasado mucho tiempo en barrica o botella, tendrán más taninos en su estructura.
Hay vinos blancos que cuentan con taninos por tener una maduración en barrica; lo que les permite ser guardados en botella por más tiempo que un par de años.