Iniciando con puros.

Amigos que llaman la atención de un puro y como fumarlo, les damos la siguiente información.
 
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Recomendaciones:

  • Fumar en lugares abiertos.
  • Preguntar si no es incómodo para los presentes; es preferible no prenderlo si es incómodo para los demás.
  • Al igual que el vino, tequila y demás, evita el exceso.
  • No olvides que es nocivo para la salud.
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Midiendo para el vino.

El vino tiene diferentes de ser escalado: desde su producción hasta que lo tenemos en la copa. Por ello, aquí les decimos algunas referencias básicas sobre las mediciones que son necesarias.

Escala winkler.

También conocido como el “Método de adición de calor”, es una técnica para clasificar el clima de las regiones productoras de vino. Se mide en las regicones vitivinícolas donde se escala el clima a razón de que las uvas no crecen a menos de 10ºC.

Grados brix.

Para el dulce.

Esta es una doble medición; la que se hace en la uva y la que haremos en el vino.

Miden la escala de dulzor. Con ello se mide la cantidad de azúcar que tiene la uva y el vino. Se usa un refractómetro y con eso se hace una escala de equivalencia con la uva antes de vinificarlo.

En el caso de vino, sólo algunos marcarán si son vinos dulces; la mayoría no lo dicen porque son secos (la champaña especifica la mayoría de sus botellas).

Caudalias.

Es una medida por segundo de la duración que tiene el vino en nuestra boca. Al momento de tomar un vino, sentiremos en boca cuánto tiempo “rinde” el ataque en boca.

1 a 2 copas.

Al día, son las buenas (e incluso saludables). La mejor recomendación es tomar de una a dos copas de vino tinto al día con los alimentos.

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Puntos importantes de decantar:

Puntos importantes de decantar:

1. Se hace para que el vino abra. Si el vino está bien para ser tomado, no es necesario hacerlo.

2. No, los blancos no se tienen que decantar.

3. No todos se decantan, lo mejor es preguntar o averiguar si es necesario hacerlo.

4. Hacerlo con cuidado: no hay que ser rudos con el vino al momento de servirlo.

5. Tener en cuenta que debe ser un vino que vamos a acabar al momento: una vez decantado, no podremos guardarlo.

6. Todos los decantadores tienen la misma función: ayudar a abrir el vino y detener sedimentos (además, pueden lucir bonitos).

7. Si nunca lo has hecho, ve con alguien de confianza y que te ayude a hacerlo, al menos la primera vez.

8. En el caso de que tengamos una botella cerrada, podemos ponerla sobre una vela prendida para ver si es necesario decantar (mirar los pozos que se hagan de sedimentos dentro de la botella). Esto es rápido, sólo para ver si hay o no sedimentos.

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¿Y si sólo voy a tomar una copa?

En caso de que sólo tomes una copa de vino cuando vas a abrir una botella; entras en confusión si lo vas a hacer y como puedes afectar a tu vino; ¿sólo una copa? ¿Lo vale?

La verdad es que sí, una copa siempre lo vale.

Lo que podemos hacer al momento de “cerrar” nuevamente el vino son los siguientes pasos.

  1. Prueba con vinos de tapa rosca, será más fácil cerrarlos y no tendrás problemas con ello. Al servir la primer copa, pon la tapa y cierra. Que no entre más aire.
  2. Si es corcho, la misma situación, cierra lo más pronto posible después de abrir el vino.
  3. También hay algunas bombas que ayudan a hacer vacío. Te servirán de manera perfecta para estas ocasiones. Hay de diferentes tipos y tamaños. Te dejarán cuidar de manera óptima lo que resta de la botella.
  4. Trata de tomarlo de manera constante. No dejes el vino más tiempo que una semana. Tal vez es la oportunidad ideal para una copa diaria (una botella es equivalente a 6 copas de vino).

 

Y sí, en México existen.

  1. Como la mayoría de la comida, una vez que lo has abierto, mete al refrigerador bien cerrado. De manera vertical para que esté lo menor posible en contacto con el oxígeno y no se oxide de manera pronta.

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¿Y si la cerveza fuera el remedio para prevenir Alzheimer?

De acuerdo con un estudio realizado por la Asociación Española de Toxicología, el consumo de la cerveza es una fuente de ácido silícico, el cual reduce la presencia del aluminio.

Clásica y deliciosa, la cerveza es la bebida de excelencia para una tarde calurosa en fin de semana. Además las cervezas gozan de una numerosa cantidad de beneficios para el cuerpo –y la psique–; en especial las cervezas artesanales.

Inclusive, de acuerdo con un estudio realizado por la Asociación Española de Toxicología, el consumo de la cerveza es una fuente de ácido silícico, el cual reduce la presencia del aluminio que, al ser metal en un cuerpo humano, desencadena una neurotoxicidad.

En este estudio se resaltó que la cerveza con alcohol y en dosis moderada alta parece influir sobre la toxicocinética del aluminio, disminuyendo la presencia de este metal en el tracto gastrointestinal y eliminarlo por completo a través de la excreción por la vía fetal. En consecuencia, la cerveza podría llegar a fungir un papel protector frente a la toxicidad del aluminio.


Si bien el estudio se realizó en una población de ratones, los resultados obtenidos confirmaron que los niveles moderados altos de la cerveza en el cuerpo, reduce la absorción del aluminio en el tracto digestivo. En otras palabras, se trata de un factor preventivo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.

Ante el contacto constante de factores tóxicos ambientales –como el aluminio, metales pesados, disolventes orgánicos–, el riesgo de contraer numerosas enfermedades neurodegenerativas es realmente alto. Principalmente desde el descubrimiento de la influencia predominante del aluminio en enfermedades tales como el Alzheimer, osteomalacia, anemia microcrítica, cirrosis, etcétera. Es decir, el aluminio ejerce una acción tóxica en el cuerpo, principalmente en el cerebro, contribuyendo al desarrollo de patologías; no obstante, de acuerdo con el estudio de la asociación española, la cerveza provee un método preventivo de esta neurotoxicidad y por tanto de la evolución de las enfermedades antes mencionadas.

Información: Ciudad Verde Magazine.

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La cerveza artesanal ya es un must.

El Boom de la cerveza artesanal ya llegó. Es más, tenemos 3 años viviendo ese gran destape del mundo.

Ahora no hay lugar al cual vayamos donde no encontremos una cerveza artesanal deliciosa y fresca, que nos de lo mejor para probar de una buena birra.

Y no sólo de las cervezas internacionales, como las alemanas que van a la delantera como unas de las más conocidas; también las mexicanas han logrado una buena impresión en los grandes catadores de la cerveza.

En casi cualquier lugar donde podamos ir por un trago, incluyen en su carta cervezas artesanales (desde las más conocidas o algunas locales, pero es normal encontrar algo de buena espuma).


 

Incluso la combinación de café-trago se está haciendo presente en diferentes sitios de la Ciudad, donde si quieres una cerveza, una copa de vino o una taza de un buen café puedes hacerlo (se juntan los conceptos, ya no hay que decidir entre amigos si café o cerveza, ya se están conjugando las ocasiones).

Las recomendaciones de cervezas mexicanas artesanales.

Minerva.

De Jalisco, crean cervezas especializadas. Desarrollaron el Festival de Cerveza en Guadalajara. Desde el 2013 se ha convertido en referente de cerveza artesanal mexicana; en Condesa, Roma y Centro hay restaurantes que presumen su delicia en carta. Cuentan con 7 etiquetas: Kölch, Viena, Stout, Pale Ale, y una edición especial que cada año cambia (en el 2014 fue Lupe Reyes).

Los miércoles puedes hacer un recorrido especial por sus plantas, con un costo de 250.00, previa reservación.

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Jack

Con más de 7 años en el mercado, Cervecería Jack es de los primeros en México en crear cerveza artesanal; sus birras son deleite para acompañar los platillos que más se nos antojen. Foodies, les llaman.

Del Estado de México nos llegan estas 6 birras:

Stout, Weizen, scotish, sweet stout y weizen que podrán maridar con carnes, quesos, postres, pescados, mariscos, pollo… ¡Lo que se les antoje, podrán jugar en un maridaje!

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Chingonería.

Desde el nombre ya nos llama la atención:

“Chingonería es un término coloquial mexicano que se usa sólo en esos lugares en donde nos sentimos como en casa, donde hay una libertad exacerbada de la lengua, donde las palabras son medios para cultivar la convivencia, donde te puedes quitar los zapatos y dar paso a la risa”.

Esta empresa cuenta con 5 deliciosas cervezas donde no sólo el sabor llama la atención: los nombre son albures: Chekate esta es una pilsner, la Tenebrosa es Pale Ale Americana, Házmela Rusa trae el Stout Imperial mexicana.

Son chingonas perfectas para ir a chelear con los amigos, una buena plática y algo de comida ligero, suavecito.

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Tempus.

Uno de los grandes clásicos cerveceros mexicanos que todos debemos conocer; hasta los que no gustan de birras; vale la pena y no se arrepienten.

Tempus de tiempo: el sabor de un momento que se comparte. Se comparte con amigos, con comida; en momentos especiales.

Si quieres hacer un brindis diferente, prueba con estas cervezas. Tienen sabor a buenos recuerdos (si lo prueban, verán de que hablamos).

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Su gama la presumen en maridajes. Les recomendamos entrar a la página y ver lo que chefs como Enrique Olvera (Pujol), Jorge Vallejo (Quintonil) y Miguel García (La Barraca Valenciana) tienen para estas artesanales.

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Hacienda.

Microcervecería en Hacienda San Juan Pueblilla en Zempoala, Hidalgo. Con 3 cervezas de increíble diseño: Catrina, Hidalgo y Jaguar.

Stour, Red Ale y Pale Ale. Cada una demuestra su personalidad desde las etiquetas hasta cada trago que pruebes. Van perfecto con pastes, con amigos y un día de campo. Son cervezas tranquilas, amigables. Para los que no están acostumbrados a beber cerveza pero gustan de una birra de vez en cuando, esto puede ser una opción ideal.

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Cucapá.

De Baja California, Mexicali (no podía faltar una buena cerveza si de esa zona ya tenemos buen vino). La incorporación cultural de la cerveza se nota desde que la abrimos: aromas, acidez, amargos y espuma. Esta es otra de las cervezas más conocidas y encontrables: Condesa, Roma, Centro, Festivales y comidas se ven acompañadas de Cucapá.

8 pintas: Barley Wine, American Amber, Imperial Stout, American Brown Ale, Red IPA y más son parte de su catálogo que ha concursado en diferentes encuentros cerveceros… y que han ganado.

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Las diferencias en la crianza: Francés o Americano.

Si nos referimos a crianza, es que nuestro vino tenga paso por barrica: esa parte donde va a madurar de joven a maduro.

Pues bien, en el mundo se suelen usar dos tipos de barricas o maderas para esto: francés o roble.

La madera va a dar a nuestro vino características especiales donde se va a dar la “crianza”, una evolución creada por este medio. La madera más usada para los barriles o toneles, es la de Roble y dependiendo de qué parte del mundo lo usen, será conocido como americano (USA) o francés.

El roble americano es de una resistencia mayor, sus poros son de un tamaño mayor que el roble francés, por lo cual puede permanecer menos tiempo en la barrica que en la francesa: se traduce en vinos menos astringentes, menos tánicos.

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Tiene un carácter aromático con notas tropicales, exóticas que van al café, coco, tabaco y cacao.

En el caso del francés, la madera es más suave, sus poros son más finos (por ello durará el vino más tiempo en barrica para lograr una crianza adecuada –de acuerdo con el enólogo-). Este intercambio de vino a barrica es de manera pausada y equilibrada que da mayor elegancia al vino, con notas sutiles y delicadas.

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Suele ser más costosa que la barrica americana; pero las cualidades que dará al vino serán lo que compensará el posible diferencial de costo.

Los aromas que encontramos son de vainilla, miel, frutos secos, especias, toques herbáceos y balsámicos. Son vinos más tánicos; crece la complejidad y cuerpo del vino: tintos y blancos de alta gama y gran calidad.

Y no, no estamos diciendo que el roble americano es malo; es diferente. También hay gran calidad en vinos criados así; son las cualidades que el enólogo busca en el vino a la hora de hacerlo.

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Para la humedad no es necesario el agua.

Siempre que tenemos un vino e investigamos al respecto, nos enteramos que necesita humedad para que esté bien. Sin embargo ¿cuánta humedad es suficiente?

Dado que podemos meter los vinos a refrigeradores especiales, en nuestra cava o sótano; a veces hasta dudamos si es una buena opción porque necesitamos algo especial para mantener la humedad.

En alguna ocasión hasta escuchamos si era necesario tirar o poner agua donde tenemos los vinos. La respuesta correcta a eso es ¡No, nunca! ¡Jamás!

En caso de que tengamos nuestro vino en una cava especial, con eso está bien; no necesita más. Algunas personas los tienen dentro aunque no pongan la temperatura que debe tener; ya con eso está bien. Es hermético y permitirá que el vino se encuentre en buenas condiciones.

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De acuerdo a Paasel, la humedad promedio en El Valle de México es de 35%. De ahí podemos tomar un parámetro de manera artesanal para nuestros hogares.

Si lo tenemos en un sótano, con que podamos respirar bien nosotros al entrar, será buena medida. Si al entrar al lugar sentimos “seco” el ambiente, puede que sea necesario cambiar donde tenemos los vinos (los corchos pueden sufrir las consecuencias al respecto).

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De hecho, si tenemos un exceso de humedad, podemos lastimar más nuestro vino mientras se encuentra en la cava que realmente conservarlo en buen estado. 

Claro, que si los vinos que tenemos no son de corcho y son de tapa rosca, no tendremos estos problemas. En ese sentido, sólo debemos evitar cambios bruscos de temperatura y la luz directa.

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Aromas que evolucionan.

De acuerdo a la edad del vino podremos encontrar aromas en él. En algunas ocasiones, estos nos hablarán de la edad del vino (independientemente de los aromas que cada vino contiene en sí, como los que tiene la cepa).
Es curioso como el vino no nos recuerda a la uva al momento de tomarlo y ser justamente de donde viene. Se dice que es la única fruta que puede asimilar aromas ajenos, como los siguientes, de acuerdo a si es blanca o tinta:
cabernet_sabor (1) chardonnay_sabor (1)

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