Hierbas aromáticas y especias definen cultura culinaria, dice experto

El antropólogo en alimentos, José Olvera, afirmó que, a través de las hierbas aromáticas y alimenticias, así como las especias, se ofrece un peculiar sabor a los platillos que definen la cultura de una región. “Cocinar es un arte. Al momento de preparar un platillo, más que colocar ingredientes en un plato, agregamos una parte de nuestra esencia.

Nunca una receta será la misma, siempre encontraremos múltiples formas de elaborar los alimentos y, a ellas, agregaremos nuestro toque personal”, dijo. José Olvera comentó que la cocina es la que ha permitido que la humanidad sobreviva a través del concepto de la alimentación y una búsqueda constante del sabor.

“Y el sabor, a través de las hierbas aromáticas y las especias, ha definido nuestras formas culturales, nuestra existencia como raza, como naciones, como formas de vida particulares”, insistió.

Indicó que las hierbas son plantas útiles que por sus propiedades aportan nutrientes al cuerpo, agentes medicinales y en los alimentos aromas y sabores. “Las hierbas aromáticas son sinónimo de condimento.

De hecho, el concepto de hierba nos lleva a algo vegetal, la herbolaria y todo esto de nuestras tradiciones precolombinas. Algo muy importante es que esto llevado a la cocina se convirtió en el arte de condimentar”, afirmó el experto.

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en nuestro país se cultivan más de 45 productos orgánicos, entre ellos las hierbas aromáticas, posicionandose en el cuarto lugar a nivel mundial como productor de estos alimentos.

Son Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua y Guerrero, los principales estados productores de alimentos orgánicos. México tiene gran potencial en la producción de hierbas aromáticas; tan sólo el orégano, una especie aromática, es comercializada en Estados Unidos, Italia y Japón con un precio promedio de 170 dólares por kilo.

La producción orgánica en México tiene gran impacto social, ya que es una actividad en la que participan grupos indígenas y pequeños productores de escasos recursos. Olvera refirió que en el México del siglo XIX, las especias o hierbas aromáticas eran consideradas como elementos exóticos ya que se creía que contaban con propiedades mágicas, pues provocaban efectos secundarios que trastornaban la vida de las personas a través de sus consumos.

Resaltó que una hierba aromática o una especia puede cambiar completamente el sentido de un alimento o platillo; las hierbas otorgan aromas, mientras que las especias añaden sabor.

“Es importante incorporarlas en nuestras recetas, pues los alimentos tanto animales como vegetales en sus formas simples nos aburrirían, si no fuera gracias a estas hierbas y especias, a su magicalidad, el aroma y sabor”, reiteró el antropólogo. De acuerdo con José, por su sabor; sus propiedades nutricionales; y la oportunidad de ser creativos a la hora de cocinar, estos son los condimentos que no pueden faltar en tu cocina: epazote, hoja santa, cilantro, perejil, clavo, pimienta, canela y vainilla.

Recomendó utilizar hierbas fuertes con comida salada, y a su vez, experimentar añadiendo sabores dulces para crear una experiencia de sabor completamente diferente y sorprendente. “No hay que olvidar que la cocina es como esta parte empírica de los hombres de arrojarnos a la experimentación: prueba ensayo y error; es lo que nos permite generar creatividad.

Yo los invitaría a que siguiéramos contribuyendo con recetas personales”, dijo. Los expositores y productores de comida gourmet más destacados de México se darán citan en Expo Café & Gourmet Guadalajara, el encuentro más importante del mundo del café y los productos gourmet para la región Occidente, a celebrarse del 22 al 24 de febrero en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.

Expo Café & Gourmet Guadalajara es la exposición que fusiona lo mejor de Expo Café y Gourmet Show, los dos eventos que marcan las tendencias gastronómicas en México. Participan productores de café, tostadores y molinos, repostería, pan artesanal, dulces, mermeladas, edulcorantes y saborizantes, jaleas, quesos artesanales, café y té, vinos y licores, carnes, pescados y mariscos. Aceites, vinagres y conservas, aderezos, salsas, productos orgánicos, mezclas de café, empaques, mobiliario para cafeterías y restaurantes, accesorios y utensilios gourmet, recetarios y publicaciones especializadas, entre otras cosas más.

Vía Agencia.

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Santa María la Ribera, tiene secretos por descubrir

El norte de la ciudad también merece una miradita y la colonia Santa María la Ribera es muestra de ello, nada tiene que pedir a otras colonias de moda porque entre sus calles conviven deliciosas cocinas, caserones antiguos y espacios de divulgación de ciencia y cultura.

No es solo por su famoso kiosko Morisco, que ahí tan estático como se ve, recorrió grandes distancias, la estructura data del siglo XIX y fue diseñada para participar en la Exposición Universal de 1884, en Nueva Orleans; luego, fue trasladada a Chicago y también representó al país en la Feria de San Luis Missouri.

Tras participar en esas dos exposiciones volvió a México y fue instalada a un costado de la Alameda Central, en el lugar en el que ahora está el Hemiciclo a Juárez, cuya construcción fue anunciada por el presidente Porfirio Díaz, por lo que el kiosko llegó en 1910 a su destino final, justo en la alameda de uno de los entonces nacientes barrios de moda.

De acuerdo con información del gobierno de la Ciudad de México, la colonia de coloridos tintes con incipientes toques cosmopolitas nació en 1861 de las entrañas del Rancho Santa María, propiedad de la familia Flores que buscaba construir una colonia moderna con influencias arquitectónicas francesas.

Ello, la convirtió en uno de los barrios más famosos de la capital mexicana, tanto que personajes como Amado Nervo, Mariano Azuela, el compositor José Alfredo Jiménez y el Doctor Atl vivieron entre sus calles.

En la actualidad, la colonia ha retomado un gradual impulso, un poco por la nostalgia de antiguas casas porfirianas y otro tanto por la oferta de actividades por hacer; ahí, se puede visitar el Museo de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, la construcción de tendencias eclécticas y art nouveau está ubicada en la calle Jaime Torres Bodet número 176.

Este barrio tiene entre sus secretos las delicias que se cocinan en el restaurante Kolobok, cuya especialidad es la comida rusa con toques caseros; ahí, es posible probar empanadas dulces de manzana natural, sopa borshch y befstroganov con arroz estilo campesino, el lugar se encuentra en la calle de Salvador Díaz Mirón número 87.

Otro tesoro que guardan las calles de la colonia Santa María la Ribera es el Museo Universitario del Chopo, también conocido como el Palacio de Cristal, cuya edificación data de 1902 para ser un cuarto de máquinas de metalúrgica, por lo que las estructuras del lugar situado en la calle de Doctor Enrique González número 10 tienen un aspecto industrial; el espacio, también fue sede del Museo de Historia Natural.

En esa misma calle vive el Teatro Lúcido, un espacio creativo que alberga no solo obras teatrales, sino que ahí también se presentan bandas y proyectos de música contemporánea, este singular lugar fue construído en lo que fuera una casa antigua a la que se le añadió un escenario justo en el patio, la habitaciones de la casa hacen la función de palcos, lo que le da un toque diferente.

El barrio, alberga también rincones alternativos como Casa Imelda, una residencia artística situada en avenida 5 de Mayo y Oriente 35, que comparte espacio con el taller textil Dos Coyotes, donde se practican distintas técnicas artesanales textiles.

En tanto, en Eligio Ancona número 79, se ubica Mi Casa Verde Morada, un huerto colectivo que busca dar a conocer distintas técnicas de agricultura urbana y que también comparte residencia con Enchulame la Bici, taller que pretende promover este medio de transporte ecológico.

Otro secreto bien guardado de este barrio es el Templo de la Sagrada Familia, situado en la calle de Santa María La Ribera 69 y cuya belleza radica en su arquitectura bizantina.

Vía Notimex.

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Carnaval de Ensenada espera más de 200 mil asistentes

Ensenada (Notimex).- El tradicional Carnaval de Ensenada en Baja California, espera más de 200 mil asistentes nacionales e internacionales, ofreciendo alegría, diversión, conciertos y carros alegóricos del 8 al 13 de febrero.

En entrevista con Notimex, el delegado de la Secture en Ensenada, Héctor Rosas Rodea, manifestó que el carnaval en Ensenada es el único que se realiza en la frontera entre México y Estados Unidos frente al Océano Pacífico.

“El Carnaval de Ensenada celebra cien años de historia y alegría en este 2018, durante seis días se tendrá en Baja California, música, baile, desfiles, coronaciones y área gastronómica,” expresó.

Indicó que durante el festejo los asistentes disfrutarán de explosión musical y artística en la playa, caravana fúnebre con quema del Odiseo Malhumor, bandas en vivo y una fastuosa coronación de las cortes infantil y adulta.

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“La celebración es muy especial porque festeja cien años de ofrecer alegría a todos los asistentes, donde presentaremos a la Sonora Dinamita como atractivo musical principal”, expresó.

Manifestó que el andador turístico de Ensenada se vestirá de colores, alegría, diversión, entretenimiento y sorpresas para los menores, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, con la intención de que acudan para ver los vestuarios, el arte y los participantes.

“Cien años de historia se verán reflejados en este carnaval que se ha fortalecido a través de los años, atrayendo visitantes internacionales, quienes además de disfrutarlo podrán apreciar el avistamiento de la ballena gris, el vino y la gastronomía”, puntualizó.

Vía Notimex.

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Preparan Feria Gastronómica del Tamal Morelense

Todo se encuentra listo para la realización de la segunda Feria Gastronómica del Tamal Morelense, la cual se llevará a cabo el próximo viernes 2 de febrero, en Plaza de Armas, en esta capital.

En un comunicado, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Famila (DIF) informó que más de 20 municipios han confirmado su participación en este evento que impulsa tradiciones, la gastronomía del estado, la economía local y sobre todo la convivencia y unión familiar.

Además de cocineras tradicionales, este año al evento, decidieron sumarse reconocidos chef como Alfredo Oropeza, Jesús Gibaja, Susana Palazuelos y Omar Sandoval.

“Todo está preparado, los municipios tienen toda la disposición, lograremos reunir una variedad de más de 32 tipos de tamales tradicionales, como el de pescado, ceniza, elote, tzompantle, grana, frijol, incluso harina de arroz, una gran variedad”, indicó Antonia Castillo Wolf, directora de Desarrollo y Fortalecimiento Familiar.

Este año, señaló, las cocineras tradicionales ya reúnen los ingredientes necesarios para triplicar la producción de los más de cinco mil tamales que, en menos de dos horas, adquirieron los asistentes a la primera edición de este evento culinario.

“Vamos a tener suficientes tamales, todos los asistentes podrán probar las delicias morelenses, la edición pasada fue tal el éxito que mucha gente no tuvo la oportunidad de comprar, así que hoy nos preparamos”, añadió la funcionaria.

Hizo un llamado a turistas y locales a visitar esta feria, la cual iniciará a las 9:00 horas, en la que uno de los principales objetivos es apoyar la economía local, ya que todos los ingresos van, de manera directa, para las cocineras tradicionales.


Vía Notimex.

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¿Querías hacer dieta? Aún falta el Dulce Fest.

Si pensabas que los tamales y ya, es mejor rendirte ante esa idea: el próximo 10 y 11 de febrero se llevará a cabo el Dulce Fest en Pabellón Polanco.

Este es un evento de entrada gratuita con más de 30 expositores que estarán ofertando sus dulces propuestas.

Pasteles, galletas, cupcakes, chocolates, malteadas, pan, churros y más se darán cita en este evento.

Se realizará en Pabellón Polanco (Ejercito Nacional 980, en Polanco).

Y para un buen maridaje de contraste, también habrá cafés, tisanas, malteadas, bebidas calientes como chocolate, entre otras opciones.

También para todos los golosos tendremos talleres y pláticas tanto para niños como adultos; estos tendrán un costo máximo de $100.00.

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Francia en México, La Boheme, donde se mezclan ambas culturas

En el corazón de la Roma, en la calle de Querétaro, hay un rincón donde los sabores de Francia y México se mezclan con armonía, el olor a pan recién hecho comienza a llegar a la nariz desde la avenida Yucatán, La Boheme, cumple cuatro años de endulzar los paladares de los capitalinos. Con el tiempo, comentó Mateo Dornier, propietario de la panadería que también es restaurante, detalló que ahora ya son cuatro sucursales: Prado Norte, Virreyes, Roma y Polanco, esta última sólo es panadería.

En La Boheme, 98 por ciento de los insumos con los que se preparan los alimentos son mexicanos; ello, salvo dos coberturas de chocolate italiano y ecuatoriano, necesarios para la elaboración de algunos postres.

El chocolatín elaborado con hojaldre e interior de chocolate, así como las baguettes son de los más solicitados del lugar, refirió Dornier, quien explicó que ahí, la masa se hace de manera artesanal, aunado a que se utiliza una levadura natural y el periodo de reposo de la misma es de 24 horas. Uno de los secretos de La Boheme, es el empleo de masa madre, que a decir de su propietario contiene una levadura natural y un tiempo de fermentación más amplio, lo que deriva en un sabor especial, aunado a que tiene un mayor tiempo de conservación.

La temporada decembrina, dijo, es una de las de mayor demanda, las personas buscan cada vez sabores más específicos y van por aquellos elaborados con centeno u otros tipos de harinas, para los postres la situación es casi la misma y en una vitrina bien iluminada una buena variedad de delicias cubiertas de caramelo, frutas y chocolates, así como de tiramisús y eclaires llaman la atención de cualquiera.

Dornier, también fundador de la firma de productos orgánicos Campo Vivo, consideró que era tiempo de dejar las oficinas y comenzar a crear algo con sus manos, así que en la cocina de su casa recordó sus orígenes; su padre y su abuelo fueron agrónomos y harineros en Francia y él pasó su niñez muy cerca del pan y sus aromas.

Con poco más de 10 años de vivir en México, Dornier se considera franco chilango, ya echó raíces en la Ciudad de México y tiene una familia, para él las pequeñas y medianas empresas benefician de manera importante a la economía local, ello, al generar empleos y adquirir insumos a mexicanos.

“Si crece una Pyme también crece la gente, si creces una sucursal contratas más personas, es un crecimiento sano para la economía en zonas urbanas y las pymes, de manera general crean empleos”.

En el restaurante, cuya decoración remonta a un bistró francés, el olor del buen café danza discreto en las preparaciones de los alimentos que son una fusión de las gastronomías francesa y mexicana; así, se preparan chilaquiles con ratatuille, un platillo a base de vegetales tradicional de Francia.

Además, aún cuando el lugar se especializa en desayunos al preparar diversas variedades de omelettes y sándwiches gourmet, por mencionar algunos, cuenta con una carta de comidas para los chilangos que salen a buscar nuevos sabores en punto de las dos de la tarde, aunque también se desarrollan noches de platillos específicos como Fondué y Ralettes, donde el ingrediente estrella es el queso derretido.

Vía Notimex

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Taquería en la Ciudad de México, un santuario de la lucha libre

La vida de Eliseo Jesús Ornelas Varela tiene muchos giros: es un aficionado a la lucha libre que en sus ratos libres se convierte en réferi, sin dejar de lado su profesión como cirujano dentista.
Pero sobre todo es un comerciante de tacos de carnitas en cuyo negocio ha montado un santuario a la lucha libre. Entrevistado por Notimex en su taquería, cuyas paredes lucen una colección impresionante de fotografías y máscaras del deporte de sus amores, “Chabelo”, como le gusta que le llamen, explicó que desde niño es aficionado al deporte del pancracio.

A partir de ese amor, continuó, a la taquería ubicada sobre la avenida Ferrocarril de Cintura, en la colonia Emilio Carranza, que abrió su padre en 1983 y que él heredó en 1998, decidió darle un sello distintivo, algo que demostrara su personalidad. Recordó que la lucha libre antes era una afición no bien vista y hasta satanizada, por considerarla una actividad para gente de escasos recursos económicos, lo que cambió por acciones como la visita que hiciera a funciones el intelectual Carlos Monsiváis (1938-2010).

Su pasión, contó, le llevó a la idea de coleccionar fotografías, visitando principalmente la Arena Coliseo, en la calle de Perú, en el Centro Histórico, donde empezó a relacionarse con luchadores y con otros amantes del deporte.

Recordó que al inicio asistía con algunos amigos y colaboradores a las funciones de los martes, lo que se volvió rutina hasta que la porra Tacuba los empezó a conocer por asistir cotidianamente, por verlos martes y viernes.

Así, prosiguió “Chabelo”, fueron invitados para integrarse a esa porra, pero ésta tuvo algunos problemas en los dos inmueble por la actitud de algunos de sus integrantes por lo se le prohibió la entrada a la Arena Coliseo. Entonces, sin la porra Tacuba, él y sus amigos siguieron asistiendo a las funciones, una rutina por la que fueron identificados por la afición a la lucha, y entonces la gente se empezó a aglutinar en torno a ellos y de siete aficionados pasaron a ser un grupo de 25, naciendo la porra Tepito hace más de 16 años.

Comentó que un reportero de una revista especializada en lucha libre se le acercó hace tiempo para organizar algunas actividades como el juego de ganar-ganar, en el que él ponía la comida y el luchador obsequiaba playeras a los aficionados premiados. “Les gustó, la gente asistió y el primer luchador que nos visitó fue Scorpio Jr. y así empezamos, cada 15 días la dinámica era relacionarse con ellos fuera del ring y empezaron así los lazos de amistad con Valiente y Villano III, que son mis compadres”, dijo con orgullo.

Comentó que como parte de su afición al deporte de las llaves y las maromas lo llevaron a aprenderlo con un maestro y practicarlo, aunque no de manera profesional debido a su edad, y entonces se dio la oportunidad de ser un réferi independiente. “La lucha libre es para los jóvenes, gente que está empezando, que tiene actitud y aptitud; en lo personal me considero con actitud, pero nuestros chavos parecen de hule, brincan alto”, expresó.

Esta misma afición, abundó el aficionado, dentista y comerciante, le llevó a coleccionar fotografías y crear una galería en su taquería, que comparte con su clientela. Son alrededor de unas 200 imágenes con distintos luchadores las que integran un gran acervo fotográfico.

Recordó que la primera foto que se tomó fue con el luchador Brazo de Oro, su tocayo, quien vino a comer aquí, otra es con el Dr. Karonte. Así se empezaron a tapizar las paredes de la taquería, y ahora “ya no ponemos más fotos porque ya no hay espacio”. En las paredes del negocio también existe una muestra de máscaras de luchadores, de las cuales la primera se la regaló el luchador Zeta, quien en alguna ocasión lo visitó para comer carnitas y en una función se la regaló, así como el Dr. Karonte y después El Olímpico lo hicieran. “Tenía tres máscaras, que las guardaba en mi casa, y dije aquí no las comparto con nadie y puse esa vitrina en el negocio para exhibir 148 piezas, que incluye de un luchador de Japón, llamado El Último Samurai”, precisó.

“No hay una que diga ‘es mi favorita’, aunque las primeras son las que tienen un sentimiento especial y originaron todo esto, pero una de las que más me gusta es la de Dr. X, y en cuanto a las imágenes, todas me gustan, pero la más difícil de conseguir fue con Hugo Sánchez, que no tiene que ver con la lucha libre, pero soy puma”, concluyó Ornelas Varela.

Vía Notimex.

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Tapalpa, Pueblo Mágico jalisciense que cautiva por su belleza natural

En la región sur de Jalisco y a dos mil 70 metros sobre el nivel del mar se encuentra Tapalpa, uno de los Pueblos Mágicos del país, que por sus paisajes naturales, diversos atractivos, belleza de sus viviendas y exquisita gastronomía, es uno de los lugares más visitados en el concepto de turismo rural.

Con poco más de 20 mil habitantes y con la belleza de lo sencillo y natural, Tapalpa ofrece al visitante muchas actividades turísticas pero, sobre todo, la tranquilidad que da ese aire puebleril de sus calles totalmente empedradas, casas con fachadas blancas y tejas rojas sobre techos de dos aguas.

La gastronomía se ha convertido en uno de los principales atractivos para el visitante, con restaurantes en forma, así como puestos de comida en las banquetas con tamales de acelga, dulces, panes y otros platillos típicos de esta región.

Tapalpa se distingue por sus admirables parajes naturales, que invitan a disfrutar el olor y contemplación de su inmensa vegetación que se compone primordialmente de pino, roble, encino, fresno, cedro, oyamel, madroño, nopal, huizache Eucalipto, palo dulce y granjeno.

Su nombre proviene del otomí y significa “Lugar de Tierra de Color”, y entre sus tractivos se encuentra el rescate de las tradicionales carreras a caballo cuarto de milla, donde locales y visitantes acuden para apostar y convivir de manera familiar. Asimismo, entre los paseos favoritos se encuentra la visita obligada a las Piedrotas o Valle de Enigmas, así como a la presa El Nogal, lugares rodeados por el inmenso bosque.

El paseo de las Piedrotas es para conocer enormes piedras de formas caprichosas que se asientan en medio de un paraje boscoso, y en donde el visitante puede disfrutar de los deportes extremos como tirolesa y rápel, que es un sistema de descenso por la superficie de las rocas.

La presa El Nogal es un embalse con un volumen de 19 millones de metros cuadrados y una superficie de 30 hectáreas, con especies de bagre, lobina y trucha, además de garzas y patos. Debido a sus condiciones climáticas, Tapalpa se ha convertido también en sede de una de las paradas principales de la Paragliding World Cup (PWC) o Copa Mundial de Parapente, misma que comenzó en 2002.

Desde esa fecha, Tapalpa ha participado en torneos internacionales de esta actividad, siendo la sede de alguna de las etapas, junto con Monte Grapa (Italia), Abtenau (Austria), Talloires (Francia) y Kayseri (Turquía).

Vía Notimex.

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Turibuses, una forma de conocer los secretos de la Ciudad de México

Recorrer la Ciudad de México en un transporte que permita conocer cada uno de sus resquicios es una de las formas de disfrutarla; así, las diferentes rutas de tranvías, las de Capitalbus y los 13 circuitos del Turibus permiten conocer los recovecos de una de las ciudades más grandes del mundo.

El sistema de transporte turístico Turibus tiene puntos de venta en el Zócalo, la Fuente de las Cibeles y el centro comercial Reforma 222 cuenta con con guías certificados, paradas especiales y precios promocionales para personas de la tercera edad y niños.

Los costos por circuito varían de acuerdo al recorrido; así, el Turibus Cantinas, cuyo trayecto es de unas cuatro horas, recorre cuatro de las cantinas más famosas de la capital, las salidas son los días miércoles y jueves desde el centro comercial Reforma 222, a las siete de la noche, y desde el Hemiciclo a Juárez, a partir de las siete y media de la noche.

El Turibus Experiencia Azul, especial para los aficionados del fútbol, en específico a seguidores del Cruz Azul, cuenta con un trayecto hacia el Estadio Azul para conocer sus instalaciones, recorrer las canchas e incluso llegar a los vestidores, las salidas son los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados en cualquier parada de los circuitos del Turibus.

A la ciudad interactiva KidZania también se puede llegar en este transporte que ofrece recorridos diarios en la Fuente de las Cibeles a las nueve de la mañana y contempla la entrada al centro recreativo y un recorrido de todo el día.

En tanto, el Capital Bus, que cuenta con techo abatible, sistema de audio y guías especializados se pueden acceder a tres tipos de tours temáticos; el Night Tour luces por la Ciudad y Teatro Capital, así como tres circuitos: Centro-Polanco, Reforma-Santa Fe y Templos. Ubicados en la calle de Liverpool número 155, colonia Juárez, quienes utilicen esta opción para conocer la Ciudad pueden disfrutar una vista panorámica del Zócalo, avenida Paseo de la Reforma, el Ángel de la Independencia, la Diana Cazadora así como las colonias Condesa, Roma y Polanco. las salidas son todos los días a las nueve de la mañana en el Zócalo capitalino.

Las zonas comerciales y negocios emblemáticos, así como algunos hoteles se pueden visitar en el circuito Reforma- Santa Fé y todos los días de la semana hacen recorridos, los puntos de encuentro son el centro de atención Capital Bus y el Centro Santa Fé.

En el recorrido de Templos es posible conocer los secretos de la Plaza Garibaldi, el Museo del Tequila y el Mezcal, así como la Basílica de Guadalupe, la iglesia de San Judas Tadeo, la Catedral Metropolitana, la parroquia de Santa Veracruz y la iglesia de la Profesa, las salidas son todos los días de la semana y el punto de salida es el Zócalo de la Ciudad.

Otra forma de recorrer las calles de la capital mexicana es mediante Tranvías, existen tres recorridos, uno por el Centro Histórico, otro por Coyoacán y uno más por la Roma-Condesa, en el primero, que inicia a un costado de la Catedral Metropolitana tiene un costo de 60 pesos para adultos y de 50 pesos para los niños y se pueden conocer lugares como el Palacio de las Bellas Artes, el Edificio Garantías, Club de Banqueros y el Casino Español, entre otros.

En el Tranvía Coyoacán se pueden apreciar los edificios tradicionales de este barrio y sus callejones, existen dos modalidades de servicio, de historia y de leyendas, el recorrido comienza a un costado de la Iglesia de San Juan Bautista y los costos de entrada oscilan entre los 60 y los 50 pesos.

El circuito Roma-Condesa busca difundir el patrimonio tangible e intangible de estas colonias para apreciar desde edificios, museos, gastronomía y el ambiente de estos barrios; así, pasa por el Parque México, la Plaza de las Cibeles, Casa Universitaria del Libro UNAM, Casa Lamm, Edificio Fancia y las parroquias de la Sagrada Familia y de la Coronación.

Vía Notimex.

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Parras de la Fuente, tierra de los orígenes vitivinícolas en América

Viajar a estas tierras semidesérticas, en el sur de Coahuila, es remontarse a los orígenes vitivinícolas no sólo de México, sino del Continente Americano, cuya tradición vinatera, iniciada hace más de cuatro siglos, se mantiene viva hasta nuestros días con su emblema Casa Madero. A unos 150 y 227 kilómetros al oeste de Saltillo y Monterrey, respectivamente, erigido como el primer Pueblo Mágico del norte de México en 2004, Parras de la Fuente tiene asentadas a empresas vinateras antiguas y otras surgidas en este siglo, con tecnología de punta, como Don Leo y Rivero González, cuyas bodegas ofrecen vinos de calidad y excelencia.

Estas empresas, entre otras casas artesanales productoras de vinos de mesa, integran la denominada “Ruta del Vino”, de singular atracción para turistas que desean conocer el proceso de producción y, desde luego, catar estas bebidas, porque “si vino a Parras y no tomó vino, a qué chin… vino”, dicen sus habitantes con singular humor. Dicha ruta impulsada y diseñada recientemente por Miguel Echavarría Neira, titular de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Parras, representa una iniciativa para dar un mayor dinamismo al turismo de este lugar con historia y donde nació el héroe de la Revolución, Francisco I. Madero en 1873.

La historia de la vitivinícola más antigua del hemisferio se remonta a 1595, cuando Lorenzo García, uno de los primeros españoles que llegó al entonces llamado Valle de las Parras, solicitó la merced o dotación de tierras, lo cual se le entregó dos años después, el 19 de agosto de 1597, fecha cuando se funda la empresa vinatera, hoy con 420 años de actividad. La dotación la hizo el gobernador de la Nueva Vizcaya, Diego Fernández de Velasco, y la merced por escrito está firmada por el rey Felipe II de España, “con el expreso propósito de plantar viñas para producir vino y brandy dando así formal nacimiento a la Hacienda de San Lorenzo, lo que hoy es Casa Madero”. Dicha acta “la conservan los dueños actuales como una reliquia, según se fue vendiendo la hacienda, fue pasando de mano en mano lo que es la merced”, señaló a Notimex, Ricardo Ríos, uno de los guías para recorrer la emblemática empresa. “Por medio de la merced, está certificado que Casa Madero es la vitivinícola más antigua de América y el señor Evaristo Madero Elizondo adquirió esta empresa por 500 mil francos el 12 de abril de 1893”, refirió.

Al adquirir la empresa, “mandó a sus hijos y a sus nietos a estudiar a Europa, para que estudiaran el cultivo de la vid, el proceso de los brandys, de los vinos y de las bebidas fermentadas”, citó. “Solamente el nieto mayor se le fue por la política, que fue Don Francisco I. Madero, que fue Presidente, quien hubiera sido parte de la tercera generación –de dueños y administradores de Casa Madero-, ahorita actualmente ya van en la quinta generación de los mismos Madero y la empresa sigue activa al 100 por ciento”, mencionó.

“Antes, lo fuerte de Casa Madero eran los destilados y los brandyis, ahorita todos nuestros vinos son de mesa, de antes solamente está un destilado que se llama Blanco Madero, es muy distinta una bebida fermentada a una destilada”, dijo.

Este último producto es el único que se destila en los alambiques actuales de la vinatera, “con 50 por ciento alcohol de caña de azúcar y 50 por ciento alcohol de uva, su pureza de grado de alcohol es de 35, no puede ser un ron porque no es 100 por ciento de la caña, ni un brandy porque no es 100 por ciento de la uva”, explicó.

“Es un aguardiente, un destilado –para- piñas coladas, vampiros o cualquier otra muestra que deseen hacer-, aquí lo que es la destilación consiste en retirar el alcohol al vino”, precisó el guía turístico, al mostrar los alambiques para destilar utilizados actualmente en Casa Madero.

Hoy en día “salen aproximadamente de 700 a 800 cajas diarias, cada caja con 12 botellas, cuando hay temporada más alta, salen hasta mil 500 o mil 700 cajas diarias”, de ellas, poco más del 90 por ciento queda en el mercado nacional y el resto se exporta, abundó.

Ahí se categorizan los vinos como Jerez y Oporto, “todos los vinos tienen todos los nombres de la uva, ya que Casa Madero mandó importar 33 distintas variedades de los distintos tipos de uva, las 33 se adaptaron por los cambios de clima”, comentó. Entre estas variedades mencionó el Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Shiraz, Chardonnay; la mayormente conocida es la uva de mesa, “la que encontramos en los supermermercados, ese tipo de uva no se usa para la producción de los vinos, esa uva ni siquiera la manejamos aquí”.

“La vida útil que le manejamos a la parra es de 18 años, para que nos dé una uva de calidad, para la producción de los vinos, pero la parra puede durar 25, 30, incluso más años, pero ya no nos va a dar una uva de calidad”, explicó.

En 2013, Casa Madero Chenin Blanc 2012, además de obtener medalla de oro, fue seleccionado como el mejor vino blanco de la competencia más importante del ramo en Francia; dicho premio representa el máximo reconocimiento que ha obtenido la industria vitivinícola de México. Dentro de la “Ruta del Vino”, Casa Madero, además de ser parte fundamental en el desarrollo de Parras de la Fuente, fundada en 1598, un año después de la vitivinícola, además ofrece recorridos diarios al interior de la fábrica y museo, e incluso en fines de semana se dan paseos en caballo en “calandrias”. A lo largo del recorrido por la fábrica-museo, se pueden ver, además, antiguas maquinarias o herramientas utilizadas para la elaboración del vino, como el caso de prensas de madera que datan de finales del siglo XVII y principios del XVIII, o imponentes barricas circulares, mientras que en los pasillos de las cavas el aroma a bebida impregna el ambiente. Otro aspecto es el curado de las barricas de madera para almacenar el vino, que es exclusivamente de uva y no de otros frutos o plantas, como erróneamente se denomina a otras bebidas, subrayó Ríos. “La palabra vino solamente es de la uva, hay mucha gente que dice ‘un vino de manzana’, un vino de nuez, van a la tienda por un vino y resulta un tequila o un whisky, la palabra vino solamente es de la uva, los demás podrían ser licor de manzana, licor de membrillo, crema de nuez, o simplemente tequila, ron, whisky, vodka, entre otros”, enfatizó.

El recorrido vinatero implica adentrarse hacia el “Valle del Tunal”, unos 30 kilómetros al este de Parras, una zona con un clima inhóspito, entre un camino de terracería y piedras. Ahí, palmas, cactus y arbustos pequeños, además de lagartijas, víboras, correcaminos, jabalíes y liebres, son la vegetación y fauna reinantes en el desértico lugar, rodeado por parte de la Sierra Madre Oriental que se divisa a distancia.

En contraste con el desierto, 50 hectáreas de vid crecen verdes con el uso de las tecnologías modernas y una nave industrial se erige como bodega, con su subterráneo para producir diversas variedades de vino y almacenar en barricadas de maderas importadas el preciado producto, se trata de “Viñedos Don Leo”.

Durante el tour vinatero por tierras coahuilenses, Iván Muñoz Ramírez, ingeniero agrónomo encargado de la producción en el recóndito sitio, explicó que el proyecto inició en el año 2000 con una hectárea y hasta 2007 se levantó la primera cosecha del viñedo, lo cual animó a ampliar la siembra de vid, bajo sistema de riego por goteo.

“De las 50 que tenemos, 25 están en desarrollo de la planta, porque nosotros traemos toda la planta de Francia, viene la planta con su raíz y su variedad ya injertada para desarrollar, pero sí tardamos para entrar en producción de cuatro a cinco años”; la meta es abarcar 450 hectáreas de vid en el “Valle del Tunal”, explicó.

Este viñedo está entre los más altos del mundo, a dos mil 100 metros sobre el nivel del mar (600 más que en Parras), rodeado de montañas, le permite más horas de frío durante la época de maduración, lo cual da mayor concentración aromática y una mejor definición de gustos varietales, según expertos.

Estas características le dan una cualidad inigualable a las diferentes cepas que ahí se producen; en el caso de vinos tintos están Merlot, Shiraz, Cabernet Suavignon, Pinot Noir (variedad emblema de la casa), Malbec y Zinfandel, mientras en vinos blancos se elaboran el Suavignon Blanc, Semillon y Chardonay, comentó.

Las cosechas de uva son entre septiembre y octubre en el Valle del Tunal, a diferencia de Parras, donde se da durante los meses de agosto y septiembre; el desfase obedece a la importancia de aprovechar lo frío del clima para el color de la piel de la fruta.

“La cosecha la realizamos en las horas más frescas, tratamos de terminar a las 11 de la mañana, cuando mucho, de cosechar, recogemos toda la uva, por qué, porque los aromas de la uva son muy volátiles, si yo dejo que la uva se caliente, voy a dejar de perder aromas, voy a perder sabores, entonces a esa hora fresca entra la uva muy concentrada”, explicó el agrónomo.

Lo que hace único a este vino, es el cuidado que se le da a la planta, tratando de ser un producto orgánico, las barricas que utiliza Don Leo son de roble francés y americano.

“Ahorita estamos produciendo alrededor de 150 mil kilos, más o menos en botellas, es igual, 150 mil botellas al año, un kilo –de uva- nos va a dar más o menos una botella de 750 mililitros, es el rendimiento que vamos a tener, un kilo de uva te va a dar 65 o hasta 75 por ciento de rendimiento”, dijo Muñoz Ramírez.

De regreso en la cabecera municipal, la Ruta del Vino nos lleva a “El Vesubio”, una de las fábricas de vino casero más tradicionales de Parras y cuyos productos se expenden exclusivamente ahí, sin que tengan otro sistema de distribución.

Enrique Ramírez Vargas, propietario de la bodega que está por cumplir 126 años el 15 de agosto próximo, refirió que el fundador fue el italiano Nicolás Nicollielii, “ya después fueron mis tíos los sucesores de la bodega, mi tío Nicolás Milonás, que era griego y mi tía Conchita Vargas, que era aquí de Parras”.

“El negocio es familiar, una bodega pequeña, de poca producción y aquí trabajamos cuatro tipos de vinos, tinto dulce, conocido como Sangre de Cristo, el Milonás, que aparte de uva, tiene nuez, jerez dulce, y el único que tenemos ya semiseco, es el Kimi”, comentó.

“Cada vino tiene su función, los dulces, como se acostumbra, son aperitivos o digestivos, por ejemplo, el de nuez, es antes de comer, el jerez es un digestivo, ahora que, si utilizan un vino que quieran acompañar un corte de carne, un producto de carne roja, se utiliza mucho el Kimi, que es un vino semiseco”, expuso.

En el caso del Sangre de Cristo, “se puede tomar solo o con limonada, en hacer una sangría, a veces hasta en la noche se lo pueden tomar ese vino”, dijo el comerciante parrense.

Rivero González es otra de las empresas vitivinícolas que siguieron la tradición iniciada hace más de cuatro siglos; en su predio “Buena fe”, plantó su primera viña en 1998 y en 2002 obtuvo su primera cosecha, más que con un afán comercial, por “hobby” de sus propietarios, quienes cuentan con otros viñedos en la zona.

Cabernet Suavignon, Merlot, Cabernet Franc, variedades de origen Burdeos, hacen el tinto primogénito de la casa, el Rivero González tinto, el cual permanece 24 meses en barrica y otro tanto similar en botella, para su posterior venta, refirió Silvia Medina, guía de esta empresa vinatera.

Otros sitios vinateros a visitar son: Vinos Madens Terravid, Bodega Segovia Santos, Parras Gourmet y Antiguas Bodegas de Perote. Para quienes desean conocer la forma de producir y probar la exquisitez de vinos de uva hechos en México, con variedades diversas provenientes de Francia, principalmente, la Ruta del Vino en Parras de la Fuente representa una excelente opción para disfrutar de la naturaleza y decir: “¡Salud!”.

Vía Notimex.

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