¿Cómo sabes qué no te gusta el vino?

Es la pregunta recurrente de los WineLovers a sus amigos.

Cuando somos jóvenes y nos dan nuestro primer trago ¿realmente nos gusta?

Hablando con un amigo me dijo que no. “Yo recuerdo mi primer cerveza y te puedo decir que fue la cosa más nefasta. Y no era mala la cerveza por si, pero me supo amarga, pesada; me dieron una en michelada y no me desagradó tanto… pero te puedo decir que ahora no me gusta la idea de tomarla acompañada”.

Lo mismo pasa con otras bebidas, incluyendo el vino.

En México (porque vamos a hablar de nuestro país) no tomamos vino por la costumbre.

Veamos la alimentación del mexicano: Solemos tomar bebidas azucaradas como aguas de sabores y refrescos (sodas); dulces que suelen tener picante. Comemos esa combinación entre dulce y picante –como podemos constatarlo con el mole-.

Y de repente nos llega el vino… ¡Pero si es seco, el vino es seco!

No tiene dulzor más allá de las características olfativas.

Y agrega que siempre inician con el cabernet. Siempre.

Todos tenemos un amigo que “sabe” de vino (lo pongo en comillas, porque su conocimiento se centra en que los demás vean que él si tiene datos del vino, no va más allá de eso) y terminamos con la recomendación de un vino que no tiene nada que ver con lo que esperamos de una bebida: fuerte, rudo, alcohol alto.

¡Peor tantito!

Lo mismo que nos pasa con la mayoría de las bebidas (cerveza, tequila, Whiskey, Ron, Vodka y más): probar, probar, probar y probar. Hasta al fin conocer qué es lo que más nos acomoda.

El vino, por todas las cepas, las vinificaciones, procesos y más, parece más complicado. Puede que sí o exageremos: pero es la opción que tenemos al respecto para ser WineLovers.

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Tipos de vino: crianza

 
 
 
Para clasificar un vino, podemos hacerlo de la siguiente manera, por crianza.
La crianza es el tiempo de guarda que tiene un vino durante su creación: si va en barrica o no y cuanto tiempo lleva en su cuidado.
De acuerdo a este tiempo, puede ser clasificado:
 
CRIANZA (1)

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El vino ¿vuelve lista a mamá?

Un libro, un regalo.

Esta puede ser la oportunidad ideal para un regalo diferente: un libro titulado “El vino vuelve lista a mamá”.

¿De qué va?

Andy Riley trae este homenaje a las madres: ironía e ingenio por parte del creador, en este libro veremos como una copa de vino ayuda a aumentar la inteligencia materna.

 el-vino-vuelve-lista-a-mama-

Situaciones cotidianas que permiten a las madres disfrutar más de una copa de vino; generalidades que pasan por la mente de este ilustrador y las plasma para aquellas que buscan una buena excusa de ausentarse del trabajo de maternidad.

Claro, también existe la versión paterna: “La cerveza vuelve fuerte a papá”.

¿Será?

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¿Comprar vino por primera vez?

La clave de una recomendación de vino para todo gusto: algo rico que puedas compartir incluye una botella: ellas nunca están vacías y se llenan de historias.

¿Qué es lo qué más recomendamos?

Para empezar, haz este Test, te ayudará mucho a saber qué vino va a ir mejor de acuerdo a tus gustos. Será más fácil que después de esto vayas a nuestras recomendaciones.

Sí sueles comer más dulce…


 

Empieza con espumosos, con blancos, algunos tintos como el lambrusco serán dulces y los espumantes que sean Sec o Doux (que es muy raro encontrar estos últimos) son buena idea. ¿Asti? ¡También irá perfecto. La mayoría de los vinos dicen que son más dulces al momento de leerlo.

Otra idea son los tardos o vinos de hielo (IceWine o eiswein); eso sí, lo ideal es que esperes a los generosos hasta que tengas una buena costumbre de vino (generoso son los Jerez, los Pedro Ximenez: tienen la aclaración).

Muy ácido…

 

¡Somos mexicanos! Podríamos ponerle limón al limón. Si te gustan los vinos con mayor acidez, intenta vinos jóvenes: Españoles, Argentinos y Mexicanos que no pasen de los 6 meses en barrica.

Los blancos igual son opción: Chenin blanc, algunos chardonnay; verdejo si encuentran, queda perfecto.

Eviten los vinos que sean muy tánicos: tannat, cabernet sauvignon, Tempranillo.

Si amargo…


 

¿Eres de los que se comen el chocolate así, sin nada más? ¿De los que dicen que el mejor chocolate es el cacao tostado? ¿Al café no le pones nada de azúcar? ¡Eres de las personas que gustan de sabores amargo.

Ahora bien, a contradicción: el amargo en el vino puede (y suele ser) un defecto. Por lo cual la recomendación se va encaminada a que sea un vino más robusto, de potencia y cuerpo: busca de jóvenes a crianzas pequeñas: que no sean mayores a 1 año. ¿Por qué no vamos a irnos a grandes vinos de grandes reservas? Estas en pañales, apenas inicias en el vino, vamos por partes y luego lo compras.

A todo le echas sal.


 

¿Eres de los que cuándo sales con la novia, la mamá, la pareja, el primo, los amigos te dicen “¿En serio te lo vas a comer con tanta sal? Aparte de recomendarte que le bajes a la ingesta de sal, pruebes los vinos mexicanos de Ensenada. Sí, muchas veces se les acusa injustamente de sabores salados; pero la realidad es que los vinos que se encuentran cerca de costas y de mares tienen un nivel de mineralidad (como se le dice en términos correctos) mucho mayor. Y hay algunos vinos en Ensenada que pueden dar esas características.

¿Es defecto? Sólo en exceso, por suerte, la mayoría de los viñedos ya no tienen ese problema (ni en México ni en el mundo).

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Las catas no son siempre.

Es normal que salimos con algún amigo que sabe de vino; peor tantito si nosotros somos el amigo que sabe de vino.

Y los ojos en blanco vienen cuando se nos ocurre iniciar a hablar del vino.

Sí, lo sabemos y no nos importa. Ilustramos la importancia de la copa diaria y para colmo de colmos (de los más grandes), empezamos con la explicación del vino.


“Este vino dice que es de aquí, entonces debe tener estas características; como es uva tal, debe oler así; si se dan cuenta tiene estos colores, aunque la luz del restaurante no es muy buena para catar”.

En una ocasión, en broma, empezamos a hacer la cata: Este vino es un espumante mexicano de Querétaro, con aromas a frutas frescas y un color rosa fuerte, brillante (sí, muchos ya han de saber de cual hablábamos).

De un momento a otro el debate de la seriedad: Que si el vino olía más a rosas que grosella; que si el color era pardo o no; la burbuja era rápida o muy desequilibrada; que no se dice “afrutado” (“¡Ignorante!”, gritó alguien), se dice “frutal”.

Esa noche sólo nos estábamos reuniendo; nada era con un propósito serio… ¡Nada!

Y alguien nos lo recordó: Venimos a chupar y a platicar.

No, la idea no era embriagarnos. Pero si darnos una buena copa de vino y dar una charla amena.

¿Entonces qué (diablos) estábamos peleando que si el vino era izquierdista o derechista?


 

El vino es para beberlo, no para catarlo. Esa parte de la cata, hay que dejarla para aprender, para momentos formales; para explicarlo.

¿En serio les importan los aromas compotados y la barrica de 6 meses?

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Si empiezas con el vino.

¿Quieres los consejos prácticos para la vida del vino? Estas son las mejores recomendaciones aunado a:
-No tomes en exceso. En serio, evítalo; la cruda de vino a muchos les duele más que otra.
-El agua como una amistad: copa de vino debe ir acompañada por vaso de agua.
agitar blancosatintos coctel espumoso jovenes mono secosadulces tomala

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¿La coctelería con vino es mala?

Siempre que ponemos algo de cocteles, la gente tira un grito ¡Eh, que el vino va solo!

Sí, tienen toda la razón, el vino va solo; si eso quieren.

¿Se les antoja ponerle fruta, agregar refresco de cola, combinarlo con otro vino?

Pues bien, es su elección.

Aquí el punto es que sea una buena copa de vino.

¿O acaso creen que la cerveza se debe mezclar? ¿Un vodka, tequila, ron?

La realidad es que un buen Whiskey no le vas a agregar nada, no prepararás desarmadores con un vodka especial. ¿A ese mezcal ponerle algo? ¡Por supuesto que no!

Lo mismo con un vino: cuando va para qué.

No abriremos un Petrus para ponerle fruta. JAMÁS (por ejemplo).

¿Pero tenemos una fiesta, muchos de nuestros invitados no toman vino? Una Sangría con vino de tetrapack no es mala idea.

Seamos honestos, una buena cerveza no la vamos a combinar con algo más: no le vamos a meter jugo de tomate o limón. Una buena cerveza va derecho.

Un buen vodka en las rocas, un buen Whiskey también; el tequila sin nada más (algunos dirán que con limón y sal, otros que tampoco lo lleva); el mezcal también, sin nada más que su esencia.

Si en otros destilados o fermentados no nos espantamos por hacer una combinación ¿qué derecho tenemos a privar al vino de una intervención?

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Razones para no enfriar las copas.

Como ya vimos, las copas tienen que ser lavadas de manera especial. Para muchos, el jabón es una parte indispensable, pero no es una buena idea ponerlo, ya que las copas se pueden impregnar de aromas o al momento de catar, el jabón quede en copas y no se pueda catar de manera correcta.

Ahora bien, las copas no se enfrían por razones parecidas; vasos, copas y otros no deben ser enfriados.

Tampoco los vamos a tener en algún lugar caliente, debe estar en algún punto donde se queden a una temperatura constante y lo más “ambiente” posible (no menos de 10ºC y no más de 25ºC).

Alguna alacena que no esté muy cerca de la estufa u horno es una opción.

¿Por qué?

Pues bien, las copas si se enfrían, pueden incluso romperse (sobre todo el cristal); también los aromas que puede obtener del refrigerador.

Seamos honestos, por más que limpiemos la nevera, está tendrá aromas de los alimentos y del aparato en sí.

Entonces cambiamos la porosidad de la copa, no permitimos que el vino se exprese (con la posibilidad de un cambio muy brusco de temperatura).

Y ese enfriar de vino o cerveza será corto: sólo nos servirá para una copa o vaso.

¿Qué debemos hacer?

Enfriar el vino en una hielera especial. Si no tenemos hielera, usamos una jarra. Si no tenemos jarra, una cubeta.

Y ponemos agua fría, hielo y sal de grano. Ponemos la botella y la dejamos refrescar al menos 20 o 30 minutos, dependiendo de cuanto sea necesario.

Podemos usar un termómetro; si es externo, el líquido se encuentra 2ºC menos de lo que nos marca; si es interno, el número es tal cual.

Si no tenemos, con que sintamos la botella fresca si es tinto (joven) y un poco fría si es blanco o espumante.

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