El vino de las mujeres.

En un interesante giro del destino llamado “soltería” conocí a un individuo. Realmente parecía algo lindo y tras conocernos en un bar, decidimos ir a cenar la siguiente noche.

Todo parecía bien, nos llevamos bien y la plática era fluida. En un momento se me ocurrió pedir una copa de vino; la cena incluía de entrada unos calamares fritos y una pizza de peperoni y 4 quesos. ¿Qué puedo pedir? Quise un vino tinto, joven.

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¿Por qué tomar un vino de cartón?

Mucho se ha discutido de estos vinos, pero ¿realmente los vamos a dejar pasar?

El problema es que generalizamos: pensamos que por tener buenos vinos, estos están fuera de nuestra liga. ¿Realmente?

La opción que podemos usar para estos vinos es hacer mezclas.

Sí, sí, muchos dicen ¡Qué espanto! Pero ¿lo es?

En otros países más acostumbrados a vino no ven ni mal la opción. Lo toman y ya.


 

Calimotxo, Tinto de verano, mimosas y más son una posibilidad a una tarde.

¿Pero qué vino vamos a usar?

Por lógica, no podemos irnos por esos grandes vinos, ni buenas añadas, ni lo mejor que tengamos.

¿Cómo nos atreveríamos a mezclar un Único con refresco de cola?

Por supuesto no pondremos un Petrus con refresco de limón o le pondremos fruta a un Grand Cru.


 

La recomendación es que existen vinos baratos: algunos que vienen en tetrapack (cartón) o botellas pero son de un precio accesible.

¿Echar a perder un vino?

No, lo vamos a combinar, a cambiar. Y no tiene nada de malo comprar estos vinos, al contrario que algunos llegan a pensar. Es sólo una opción para hacer una prueba.

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Cuando dudamos de un vino.

¿Regresarlo o no? ¿Está bien o no?

Les damos estos consejos para saber si en verdad la elección no es de su agrado o el vino no es bueno para su consumo. Algunas veces pensamos que el vino no se encuentra en buen estado y realmente es que no sabemos o conocemos de vino y podemos llegar a molestarnos por un vino sin saber que estamos errados.

  1. Si hay sedimentos.

Es normal que algunos vinos tintos tengas sedimentos; muchos vinos con grandes guarda lo tienen, como los Ribera del Duero. Por lo cual no nos podemos quejar que un vino tenga sedimentos. Si los tomas, no pasa nada malo, pero si te es muy molesto, puedes decantar y separarlos del vino.

  1. Astringencia marcada.

En algunos vinos jóvenes es posible encontrar una sensación de sequedad al momento de tomar el vino que sea de manera no grata. Si es en exceso puede ser defecto al momento de hacer el vino. Si nos cuesta trabajo “tragar” (la acción de pasar el vino por la garganta), es defecto.

Hemos visto varias veces que personas mencionan la acidez como un vino errado y puede que sea una característica del vino, sobre todo Rueda o Verdejo, que tienen una acidez marcada. Si este punto sobre sale no significa que el vino sea malo; si es molesto al paladar, esa es otra historia.

  1. ¿Quema?

Si sentimos que al tomar, tenemos como una sensación que quema, puede que con frío se quite o baje. En caso de que al tener un tinto, disminuir su temperatura y no se quite esa sensación, lo más seguro es que sea una mala elección.

  1. Los aromas no son lo que esperas.

Si es una botella que lleva mucho tiempo guardada, trata de airear el vino; debe desprender otros aromas y alejar los que no son agradables. En caso de que no se vayan y encuentres olores extraños o incluso no los encuentres, puede que sea mejor idea cambiar de botella.

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Maneras de enfriar rápido tu botella.

Cada uno de estos ejemplos te ayudarán a enfriar tu botella y por ende, el líquido. Debes entender que aunque va a ser más rápido, no va a ser cosa de segundos, pues puede que el envase se congele, pero el líquido tardará un poco más.
1. El trapo mojado.
Tomas un paño, una servilleta de papel y lo mojas. Tienes que acomodarlo alrededor de la botella y meterlo al congelador. No más de 10 o 15 minutos, ahora mete la botella al refrigerador. En menos de 20 minutos tendrás el contenido frío.

2. La cubeta de hielos con sal.
En una cubeta, hielera o balde pondrás la botella en medio y rodearás con hielo. Agrega sal primero y después agua a ¼ del hielo.
Si no es espumoso, puedes mover la botella como si fuera un molinillo, pero suavemente.

3. Aire comprimido.
Una botella de aire comprimido puede salir muy frío si volteas el envase (del aire).
Te dejamos un ejemplo.

 

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Como hacer una cena improvisada.

¿Se te olvidó? ¿Pensaste qué era en serio cuándo te dijo que no era importante celebrarlo? Te damos tips para ayudarte en esta noche.

  1. La cena.

Es rápido, entonces piensa en opciones rápidas. Desde comprar la comida ya hecha (no vayan por pollo rostizado, por favor), sino ver con algún restaurante si pueden mandarte la comida o ir por ella.

No olvides poner velas o rosas, para que se vea más adornado.

La excusa: Es la intimidad de hacerlo en el hogar y no salir donde está lleno de gente.

Trata de que sea la comida favorita de tu pareja.

  1. El vino.

Ve por dos espumosos: uno blanco y uno rosado. Los dos que sea jóvenes (no busques millesime o grandes añadas) para que vaya con todas las posibilidades culinarias que tengas en la mesa. El blanco va antes del rosado.

Que esté fría la champaña (no congelada).

La excusa: Podemos servirnos lo que queramos y espero que te encante.

Busca si hay paquetes con copas o algo extra.

  1. El postre.

Fresas con chocolate o macarrones. No quiebres la cabeza con más ideas o “hacerlo tú”; si ya tienes el tiempo encima, intenta tener algo delicioso y muy romántico.

La excusa: Darle el postre a tu pareja a la luz de las velas. ¿Algo más? Aparte combina perfecto con los espumantes.

Si te lo venden donde compras la cena, ¡ya la hiciste!

Busca velas blancas y sin aromas. Van a arruinar el encanto de la comida y el vino, así que debe ser sin aroma. Y blancas para que con lo que adornes quede mejor.

La excusa: Así es más romántico y podemos estar aquí sin que nadie nos moleste hasta que se acaben las velas.

El extra: Adornos.

Sí, las rosas son caras y puede que no hayan depositado aún… Pero puedes intentar buscar otras flores que sobresalgan. Haz un camino con esas flores: peonias, nube, lilis, claveles, crisantemos… ¡Vamos, que en caso desesperado hasta la flor de Jamaica funciona para hacer el camino y dar un toque aromático!

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México, país invitado al Concurso Internacional de Vinos Bacchus 2016.

Tras haber ganado medallas en años pasados, México es el país invitado en la XIV edición del Concurso Internacional de Vinos Bacchus 2016, que tendrá lugar en esta capital del 17 al 21 de marzo próximo.

La embajadora de México en España, Roberta Lajous, y el presidente de la Unión Española de Catadores (UEC), Fernando Gurucharri, dieron a conocer lo anterior y destacaron que con esta participación, México consolidará su firme apuesta por una vitivinicultura de calidad.

En el Instituto de México, Gurucharri resaltó la importancia y proyección de la gastronomía mexicana y sostuvo que ?el vino no es algo que acompaña la gastronomía, sino que es parte de la gastronomía?.

El Concurso Internacional de Vinos Bacchus, reconocido por la Organización Internacional de la Viña y el Vino, tendrá cuatro jornadas en las que los más de mil 500 vinos participantes y un centenar de catadores convertirán a Madrid en capital mundial del vino.

“Es un concurso serio y profesional, con miembros del jurado de Masters of Wine, prescriptores, periodistas, Masters of Sommelier, enólogos, y es un escaparte internacional”, recalcó.

Por su parte, la embajadora de México en España, Roberta Lajous, apuntó que la cocina mexicana es una expresión viva de la diversidad y riqueza de la cultura del país.

“Detrás de cada platillo se encuentra un modelo cultural completo, que comprende desde las actividades agrícolas y pecuarias y técnicas culinarias, hasta las costumbres y modos de degustación en una comunidad”, dijo.

Recordó que desde el 4 de agosto del año pasado, el presidente Enrique Peña Nieto y la entonces secretaria de Turismo del gobierno de México, Claudia Ruiz Massieu, presentaron la Política de Fomento a la Gastronomía Nacional.

Al hablar sobre los vinos mexicanos, indicó que comenzaron su participación en el Concurso Internacional de Vinos Bacchus en 2012 con nueve muestras y se obtuvieron dos medallas, una de oro y una de plata.

En 2015, se aumentó a 16 muestras y se lograron ocho medallas, seis de plata y dos de oro.

La diplomática puntualizó que en México, hay casi medio centenar de vinos que alcanzan la puntuación de corte para ser considerados “los mejores”, esto es 90 puntos en la Guía Peñín, lo que demuestra que con empeño y determinación se pueden elaborar grandes vinos en el país.

Explicó que la producción de vinos y el cultivo de viñas ocupan grandes extensiones de tierra en regiones emblemáticas de los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Nuevo León, Puebla, Querétaro y Sonora.

Vía Notimex.

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Cuando declinar un vino.

Cuando declinar un vino.

Estas en un restaurante y pides una copa de vino.

La regla general es que una de las personas decida si el vino se queda o no; el mesero o sommelier preguntará quien será el encargado y en él va a caer toda la responsabilidad si se queda o no el vino.

En caso de que seas esa persona, te ponemos las razones por las cuales puedes rechazar la botella.

No se vale decir que el vino “no te gusto” y por lo cual es malo. Hay que diferenciar una cosa de la otra.

Si el vino no te gusta, es válido, pero no es razón sufciente para tachar una botella con el pretexto de que te la cambien.

Estas si son las razones por las cuales puedes devolver una botella de vino en un restaurante.

  1. Es un espumante sin burbujas.

Puede que sea un vino magnífico, pero si no tiene burbujas, regrésalo. Champagne, prosecco, cava o sin denominación que se llame espumante debe tener burbujas. Puede que sea error al momento del encapsulado y no tengas lo que esperas. Sí, es muy, muy raro, pero puede llegar a pasar. Esto, por desgracia no aplica para vinos que tengamos en casa, pues el burbujear sólo dura un tiempo y en lo que llevamos el vino a la tienda, puede que sea una diferencia de opiniones.

  1. Es un vino tranquilo con burbujas.

El mismo caso que arriba: si es un vino tranquilo y tiene burbujas, es defecto y puedes cambiarlo. Puede pasar que la intención es que tenga un ligero efecto efervescente; pero si sabes que así no es el vino, puedes regresarlo.

Conoces el vino y no tiene un buen sabor o huele a moho, es razón más que suficiente para regresar el vino. Es defecto del corcho y puedes hacerlo. Claro, es muy, muy raro que esto llegue a pasar.

  1. Está “picado”.

Nos referimos a que el vino parece vinagre. No lo tomes; te hará escupir. Hay veces que desde el aroma nos damos cuenta, huele a vinagre o ácido y los colores son muy opacos. En este caso no hay poder humano que lo niegue. Vino picado se regresa.

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Placeres para tomar vino.

Si piensas en una copa de vino, alguna de estas posibles ideas asalta tu mente… ¿Para ti, cuál es la mejor?

Leer.
Un buen libro es la opción de un maridaje ocasional. Agarras una copa de tinto o blanco, una novela (larga o corta, dependiendo de lo que nos guste) y poder optar por la comodidad de un sofá mientras estamos degustando una copa.

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Pro: nos ayuda con la imaginación.
Contra: Si nos metemos mucho en la lectura, el vino puede terminar como vinagre.

Música.
Seamos honestos, siempre tendremos la gran gracia de la música para acompañar todos y cada uno de nuestros momentos. Es por eso que una opción ideal es poder maridar una copa de vino con música: Jazz, rock, pop, hip hop, clásica o lo que gusten de acuerdo a tu humor.

Pro: bailas.
Contra: sólo si no sabes bailar.

En compañía.
Piensas en que quieres una copa de vino, mandas un mensaje a tu amigo, le preguntas “¿qué te parece si….?” y la respuesta es “¡Acepto!”. Se van a la casa de alguno o un bar y disfrutan de una copa de vino para esa tarde. ¿Qué mejor para una copa de vino?

Pro: Las conversaciones y las amistades van bien con vino.
Contra: A veces tan bien que se te olvida que al día siguiente vas a trabajar.

Con comida.
Una sopa, una ensalada, un corte de carne; algo de pasta o quizá un bocadillo o baguette. Tapas, tal vez pizza. Nachos o alitas. Un flan o un pastel. Todo y todos van bien con vino.

Pro: Comida y vino… ¿Hay contra?

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¿Si mis amigos no toman vino?

No queremos aleccionar a nadie, pero es una buena idea acercar a más personas al mundo del vino; casi siempre funciona.

Lo primero que vamos a hacer es conocer el objetivo: ese amigo con el que siempre nos juntamos y con quien solemos cenar o comer: el punto es que hay comida de por medio. O las salidas casuales de los jueves-sábados y con quien compartimos un trago.

Teniendo el target en cuenta, vamos a ver las siguientes posibilidades.

Invita de tu copa.

Para que pruebe algo, lo que te gusta. ¿Cómo va a entender tu gusto si no lo acercas? No se trata de presionar, sino de invitar para que vean como es o a que sabe.

Toma en cuenta sus gustos.

Si ya sabes qué come, que suele tomar, busca algo que vaya concorde a eso: Si es de mariscos, piensa en un blanco o algo más joven; si van por pizza, comen tacos o son cuestiones por el estilo, acércalo sin espantarlo al respecto.

No lo que te gusta le va a gustar.

Conoce a la presa. Si él gusta de cervezas claras… ¿para qué le das vino tinto? Mira las posibles similitudes que él puede conocer.

Coctelería como iniciador.

Prueba los diferentes cocteles con vino que él puede intentar: Kir Royal, Sangría, clericot, mimosas para acercar a las personas al vino.

Entiende el no.

También es válido que no le guste… y siga sin gustarle. No presiones cuestiones ajenas.

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Cuando decir que no.

¿Sabes cuál es el momento en el cuál es preferible decir que no en una fiesta, evento o reunión?

Estás mareado.
Significa que debes dejar de tomar, no queremos que malcopees. Así que agarra agua y algo de comer para sentir mejor el estómago.

Te da sueño.
Hay personas que con el alcohol les da sueño. En este caso no hay mucho problema, la solución es dormir (y dejar de beber); en caso de que sientas también el mareo e incómodo el estómago (digamos, con ganas de vomitar), comenta con quien estás esta situación. Duerme de lado o en un sillón sentado.

Bailas mucho.
Y no sueles bailar. Es sinónimo de detenerse.

Te ríes mucho.
Y no sabes de qué ríes. Todo te da risa, desde lo más simple hasta lo más complejo. Y hay dos opciones: o nadie más ríe o todos ríen a gritos (en ambos casos, espera mejor un momento).

Ya no sientes la boca.
En este punto ya te perdimos. Significa que te pasaste con el vino o bebida. En ese caso lo mejor es sentarse y tomar mucha, mucha agua.

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