Que el vino (y el licor) sea legal.

De acuerdo con cifras oficiales de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), se estima que de cada 10 botellas presentes en el mercado mexicano, cuatro (40%) son de licor adulterado.

El cálculo de mercado ilegal anual en botellas, es de alrededor de 26 millones.


 

Simplemente, en lo que va de la presente administración, el volumen total de bebidas alcohólicas que ha incautado la COFEPRIS es cerca de 3,3 millones de litros. Eso significa un incremento del 800% en comparación con el 2012.

Las marcas aseguradas más comúnmente son vodka Kremlin, vodka Gran Zar, Moyahua de Tonaya, Añejo Club 45, Licor de Agave Cascabel, Ribereño Blanco y Oro, Anís Macao, Anís Chimpancé, Aguardiente de Caña 80, Jerez 5 estrellas, Fernet, León Dorado, Chavinda Oro, entre otras.

¿Cómo evitar comprar adulterado?

 
 

  • No compres en sitios clandestinos.

Evita ir a esas tiendas o locales donde sabes que no se ven de confianza.

Tampoco en mercados; evita adquirir productos de alcohol en mercados ambulantes o sobre las vías. Ve a tiendas especializadas o supermercados.

  • Precios.

Sí, todos queremos comprar a un precio más bajo; sin embargo, lo mejor es que veas que el precio oscila parecido en todos lados. Si de casualidad ves que una botella de $500.00 se encuentra en rebaja y la encuentras en $200.00, puedes preguntar la razón ¿Es un fin de lote, tiene algo? Puede ser que estén rematando lo que les queda de vino o en algunos lugares, esté en mal estado o adulterado.

  • La referencia fílmica.

Hay una película llamada Los Caifanes (la cual recomendamos ampliamente), donde explica que ir a ciertos lugares, no es bueno pedir licores o bebidas caras, pues son rebajadas. Por lo cual la recomendación: busca la bebida que esté en mejor relación de costo (la mayoría de las veces, es la cerveza); evita las barras libres.

¿Por qué evitar el alcohol adulterado?

Sabemos como suena la pregunta… Pero hay personas que piensan que “no pasa nada” porque no les ha pasado.


 

De acuerdo con Alcoholinformate, la manera de saber que tenemos una bebida adulterada en el organismo es la sensación de nausea, vómito constante y visión borrosa.

Para muchos este es el efecto normal de tener “una gran noche”; sin embargo, en caso de que se encuentren en dicha situación, podrán notar la diferencia.

Los síntomas son:

– Al ingerir el licor, éste se convierte en ácido fórmico (muy potente) que inicialmente provoca en la persona una sensación de estarse quemando vivo, sobre todo en el abdomen y tórax. El dolor es intenso en esas zonas.

– El químico llega luego al cerebro produciendo inflamación e hinchazón y provocando de inmediato un fuerte dolor de cabeza, que se vuelve intolerable.

– Las pupilas se dilatan y el afectado comienza a presentar visión borrosa.

– En casos más extremos, el nervio óptico y la retina se lesionan provocando distintos grados de ceguera.

– También se pueden presentar trastornos respiratorios y pérdida del conocimiento que progresa a convulsión en casos agudos.


 

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Que NO es una cata.

Vamos a revisar qué no es para entender lo que sí es una cata.
Si vamos a un evento que se le conoce como “cata”, ¿qué no debemos hacer?
1. La excusa de la borrachera.
Realmente, ir a una cata no es para irse a emborrachar; muchas personas agarran el vino como una “razón” para hacer eso, pese a que no es lo conveniente.

 
2. Una clase privada.
Si, el sommelier va a explicar, a dar información; pero ha pasado que hay quienes lo agarran de excusa para todas sus preguntas de vino y no dejan que el evento avance. Lo que recomendamos es guardar esas dudas al final y no “entorpecer” la cata con una duda de un evento que les quedó de manera anterior y que un amigo de un vecino les dijo que estaba mal el sommelier de esa ocasión.

 
3. La eterna sobremesa.
Es común que la cata ya terminó, el lugar incluso está cerrando y no piden nada. No es que acabe la cata y salgan corriendo, pero tampoco que ya es hora de cerrar y siguen ahí, haciendo sobremesa del vino y más de una hora están con la misma copa que ya no tiene. Entendamos que también los lugares donde se suelen hacer las catas (salvo ciertas excepciones), son para consumir y estar ahí es válido, pero no por más de 20 o 30 minutos de terminada la cata si no ordenamos algo.

 
4. El regalo del vino.
También es común ver quienes van a una cata y esperan todo el vino: que se rebose la botella. Ir a una cata, dependiendo si hay maridaje o no, es para probar y conocer el vino: cada una de sus características serán degustadas, no es para que les sirvan más y más vino. Claro que deben darles lo suficiente para que lo conozcan, pero ello no significa que sea una botella por persona.

 
5. ¿Propina o no propina?
Depende de si ya viene incluida y el servicio dado. Cada evento suele tener un costo entre $350.00 y $1,100.00 por lo cual, podría ser bueno dejar cerca del 10%.

 
6. La cita de dos.
Están enamorados y van a una cata. ¡Perfecto! Pero no es una cena privada (a menos que así lo hayan pagado); algunos románticos van y demuestran su amor mientras el sommelier trata de hablar y se vuelve un momento incómodo en el evento. Sí, se valen los besos, los arrumacos y agarrar la mano; pero eso de hacerlo una cena íntima frente a la comunidad se vuelve un tanto incómodo para los acompañantes.

 
7. La de amigos.
Algo similar a la anterior. No se trata de estar rígidos mientras la cata, pero tampoco es justo para los demás estar entre las risas a gritos que luego se dan. O mínimo cuenten el chiste para todos.

 

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La pedantería en la cata.

¿Eres de las personas molestas en la cata? ¿qué cuándo te dan una indicación, la niegas? ¿No te parece nada de lo que dicen los sommeliers? ¿Haz visto muchas caras haciendo muecas u ojos que giran cuándo hablas? ¿Has pensado qué no son las demás personas y lo probable es que eres un pedante?


Aquí te decimos como reconocer si lo eres:

Te enojas por la pronunciación.
Si alguien no pronuncia “como se debe” te molestas, haces muecas e incluso lo dices en voz alta; unos menos altaneros sólo lo repetirán de manera interna (¡Torpe, así no se pronuncia!). El punto aquí es que… ¿realmente importa cómo otra persona pronuncia? ¿Debes hacer la corrección?

Crees que el sommelier está mal.
No importa qué diga, está mal. No sabe, no entiende, no conoce. ¿Por qué no habla de manera correcta, pronuncia mal o no dice lo qué sabes? Simple, eres tú quien no sabe más. Es verdad, hay sommeliers que no son tan buenos (como otros), pero no significa que todos los sommeliers del mundo estén mal. No te quejes, mejor aprende, siempre hay algo nuevo.

Enojarte del maridaje.
¿Cómo ponen un tinto con mariscos? ¡Está mal!
Si esta es tu reacción ante dicho evento, lamentamos decir que no sólo eres pedante, sino arcaico.

Ni vives ni dejas vivir.
Te molestas, dices a los demás, te la pasas corrigiendo… ¿quién eres para hacer eso? La mayoría de los sommeliers van y conocen el vino, lo catan y disfrutan, pero tú, parece que más que degustarlo, vas a armar pelea. Así no se puede.

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El brindis de navidad.

Ya lo estamos planeando… ¿y ustedes?
La recomendación es la de siempre: se disfruta mejor sin exceso. Por lo cual sugerimos que piensen en las cantidades necesarias y posibles.
El orden de los vinos no altera el producto, pero si es bueno tener la manera correcta de tomarlos:

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¿Regalo vino si no toma vino?

Todos tenemos un amigo que no toma vino… Sí, pasa.

Entonces ¿qué procede? ¿le regalamos vino?

Las opciones son las siguientes.


 

  • Vino:

Busca vinos jóvenes que le agraden a su paladar.

  • Cerveza.

Pero busca una cerveza artesanal o algo diferente; incluso en algunos lugares puedes mandarlas a hacer; intenta algo nuevo para ese amigo especial.

  • El mexicano.

Un buen mezcal o tequila son una opción que se ha encontrado de moda en los últimos años. Depende del gusto de tu amigo, puedes intentar uno u otro; va variando de acuerdo a como quieres dar el regalo. Nosotros sugerimos un mezcal o un tequila joven.

  • El Whisky

En estos casos, la calidad va muy ligada al precio: la calidad se vera reflejada gran parte en el precio; ¿cuánto vas a invertir?


 

  • Sidra.

Más conservador; para nosotros sólo es un gran regalo de épocas navideñas. No requiere una gran inversión y es delicioso.

  • Sake.

Innovando con un sake o un vino de arroz. Claro, esto es para los conocedores o que gustan de comida oriental (japonesa); no es que otra persona no lo aprecie, pero es una forma de hacer un correcto maridaje.

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Tipos de personas en una cata.

Tipos de personas en una cata.

¿Has ido a una cata? Tal vez te ha tocado estar junto a una de estas personas o ser una de ellas. Nunca falla y siempre los vamos a conocer.

El que busca emborracharse.
Hemos escuchado infinidad de veces eso: personas que van a una cata para ver “qué tanto pega” o “cuanto aguantan” con el vino. ¿Por qué hacen eso?

El sujeto mamón elitista.
Personas que van a presumir que saben de vino cuando se dirigen a una cata. Nunca falta que el sommelier pregunta si han estado en una y esta persona, sin perder la oportunidad, levanta la mano con un ánimo asombroso. No hay palabra que diga el sommelier que no sea arremetida por este individuo. Mayoritariamente hombres (poas mujeres hemos visto así).

El que no sabe de vino.
Fue, lo llevaron, incluso se queja durante el evento; al menos las primeras dos copas, la siguiente ya anda de animoso y en la cuarta, si hay, platica con todos.

La persona que le da pena.
Sabe, es más, suelta comentarios con su acompañante, que suele ser la persona que no sabe de vino; pero le da pena. Cuando preguntan se calla. Es más, parece que más que pena, le da miedo. Hasta que al fin accede a su impulso y habla y buenos comentarios.

El que le gusta el vino.
Él sólo va a pasarla bien con personas que les gusta el vino; se suele desesperar del elitista y termina platicando con el sommelier; accidentalmente lo distrae, pero es divertido y nadie se queja. No es experto, pero lo que sabe, le gusta compartirlo.

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Como saber que vino regalar.

Ya tomaste la decisión, vas a regalar un vino; ¿Cómo sabes cuál es la opción para poder dar ese vino?

1. Piensa en un vino tinto.
Vamos a los básicos: el vino tinto es uno de los más consumidos y la mayoría lo toma; entonces puede que sea una de las mejores opciones para regalar.

2. El vino espumante.
Este caso tampoco tiene pierde: es para todo, sobre todo festejar. Pensamos que dar un vino espumoso es algo más íntimo, por lo cual sugerimos darlo a personas con un aprecio que no sea solamente laboral (amigos, familiares, etc); obviamente si con tu jefe te llevas muy bien, también es buena idea. Pero no para el de contabilidad con el que nunca hablas.

3. El blanco y el rosado.
Son la versión más arriesgada; esto será para personas que conoces sus gustos. Si sabes que le gustan este tipo de vino o no son muy afectos, es una manera de atraerlos suavemente al mundo del vino.

4. El costo del vino.
Realmente depende de tu bolsillo; hay vinos muy económicos de gran calidad (cavas, mexicanos, argentinos, etc) que puedes ver en los aparadores. También vinos de mayor precio. Lo que nosotros recomendamos es que marques tu estándar: no más de 300 y no menos de 150 podría ser un aproximado; aunque insistimos, depende de a quien le vas a regalar y el aprecio que se tenga.

5. Los diferentes tintos.
Hay tintos jóvenes, con barrica, con diferentes sepas y combinaciones que puede ser complicado pensar que dar. No te quiebres la cabeza: piensa en nacional y en una cepa, así reducirás la búsqueda. Con barrica o sin barrica depende del gusto de la persona que vayas a regalar.

6. El que me gusta ¿lo puedo regalar?
Si, es una manera de dar algo que quieres para que otra persona lo pueda apreciar. Pero tampoco exageremos. Si eres alguien que ya toma cierto tipo de vinos (más tánicos, más barrica, más uvas) y a quien le vas a dar el regalo no suele tomar, mejor ve por algo más sencillo (eso que tomabas que ya no te gusta, por ejemplo).

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Razones para regalar un vino.

¿Estas dudando entre el vino y los filtros de aspiradora? Nosotros recomendamos que des un buen vino.

1- Es un regalo personal.
Implica más de lo que pensamos: no son calcetines o una corbata: implican que conocemos más a la persona que estamos dando un vino.

2- Implica más inversión… no necesariamente económica.
Pensar en regalar un vino va con todo: si no la comida, la sugerencia; dar algo especial que indique cuándo lo pueden probar o si se reúnen nuevamente para abrir la botella.

3- No sólo es el vino.
También regalas la experiencia: de conocerlo, de vivir otro momento con él, de poder mostrar aprecio por la persona.

4- Siempre es un buen regalo.
¿Amigo, jefe, compañero de trabajo? Lo que va a variar es el tipo de regalo que quieres dar: costo, si es tinto, blanco o espumante.

5- Las opciones para no equivocarte.
Intenta ver vinos espumantes que no tengan denominación o Cavas (son más económicos que las champañas); siempre son buena opción de consumo y no tienen pierde.

6- Vinos tintos.
Son los más consumidos, por lo cual también son una oportunidad; sin embargo piensa en la gran gama de vinos tintos que existe.

7- ¿Regalar vino si no toma vino?
Intenta con blancos, espumosos y jóvenes, por cualquier cosa no tengas pierde.

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Una recomendación para una Fiesta.

¿Piensas en una fiesta, un reunión, tal vez algo en el trabajo?

Puedes tener todos los vinos que se te antoje para acompañar: dulces, espumosos, secos, algunos tintos o blancos. ¿Cuál es tu plan?

Todo depende de lo que vayas a hacer ¿planeas coctelería, una sangría, un clericot?
Tomando en cuenta que con una sangría y las diferentes maneras de prepararlo, no sólo saldría más barata, sino rendiría más.

Puedes ver entre los vinos que tienes en casa si alguno está listo para este propósito. Claro, no vayas por vinos que sean para “eventos importantes”; no tiene caso que uses el vino caro que has estado guardando; busca alguno que sea más económico, que no te duela ponerle la fruta y el jugo.
Esto hará que si una botella te alcanzaba para 6 personas, pueda rendir hasta unas 11 o 12 (si, el doble de ser posible) y a los amigos que no toman vino les vendrá de maravilla para acercarlos.
No olvides el agua.

Antes de que tengas un problema, ten agua cerca. Algunas personas, por lo dulce de estas bebidas no saben qué tanto están realmente tomando en alcohol, pues “lo sienten ligerito”; lo recomendable es tener agua a la mano para que no se pasen las copas.

Pero si ya pasó…
Puedes hacer tu propio suero: agua, sal, gotas de limón y la persona poco a poco se sentirá mejor. Evita el café, sólo va a provocar acidez.

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