Esos tips que siempre nos caen de maravilla para cuidar mejor esa botella de vino que tanto nos gusta.
- No ponerlo en la cocina.
Casual que vas a la casa de tu amiga, saca el vino y sabe horrible (o está caliente) ¡Que raro! Exclama; estaba bien bueno la semana pasada. ¡Pues sí, pero lo tenías sobre el refrigerador!
- Sol, sol.
Evita que esté en un lugar donde le de mucho el sol o tenga contacto con la luz muy seguido; si tienes sótano, ahí es un lugar perfecto. Un mueble donde lo puedas colocar y no esté en contacto con el paso para evitar que el prender y apagar muy seguido las luces esté haciendo daño a su contenido.
- Bailando vamos.
Tampoco cerca de las escaleras. Recuerda que tu vino esta durmiendo; no necesitas estarlo “despertando” cada 5 minutos pasando o dejándolo cerca de escaleras o abajo del mueble donde cada tarde haces tu trabajo o abres mucho ese lugar. Regresamos a un lugar donde no pasen las personas muy seguido.
- Acostado/Parado.
Lo mejor es que siempre este en manera horizontal, o al menos esté tocando el corcho de manera constante. No debe estar de pie a menos que sea un vino de corcholata (los cuales ya comentamos no tienen nada de malo).
Los espumosos de preferencia de pie; sin embargo, no pasa nada con tenerlos acostados siempre y cuando cumplan todo para estar cómodos: que no los muevan mucho, por favor.