A oscuras.
Se recomienda tenerlo en un lugar obscuro; podemos taparlo con papel periódico y así lograr que no entre luz a él.
Otra opción es meterlo en una caja de cartón cerrada, en un lugar que esté fresco: evitar que esté en la cocina o cerca de luz o calor. En caso contrario, podemos “matar” un buen vino.
La opción de un refrigerador limpio, puede ser un gran lugar para guardar unas botellas. Sin embargo, no es lo más recomendable (a menos que sea un refrigerador-cava, que es especial para ellos).
Lo que si, evitemos a toda costa meter los tintos al refrigerador (en especial cerrados), pues pueden perder características de aroma y sabor al momento de estar muy fríos.
Si vamos a un restaurante, debemos revisar el color del vino: que sea brillante, que no se encuentre en tonos marrones (oporto, tú no entras en esta clasificación). debemos encontrar tonos claros y limpios.
Nota: un vino blanco no te aguantará más de 4 años, 5 ya son muchos y en 3 empieza a caer en su curva de vida. Son pocos, muy pocos los vinos que podemos guardar más; aunque hay registros de vinos blancos que aguantan hasta 10 años, son los menos comunes.