Corchos.

Para los amantes de coleccionarlos o tener todos listos, han de saber que el corcho puede escasear.

España es el segundo productor de corcho, después de Portugal y antes de Italia: ambos con un gran detalle: es necesaria la plantación de alcornoques, que son la materia prima.

Sin embargo, para poder usar el corcho como tapón es necesario que ocurran 20 años antes de poder lograr las cualidades que se necesitan.

Es un producto natural, ligero e impermeable de gran resistencia a la compresión.

Con él, se logra impedir la entrada de agentes como oxígeno o bacterias que contaminen el vino: aunque algunos tienen TCA, que es un hongo que afecta algunos vinos, pese a que es poco común.

La vida promedio de un corcho son 10 años, máximo 15; a partir de este momento va “envejeciendo” y pierde su elasticidad progresivamente: es necesario cambiarlo.

Este cambio no se hace en casa, sino las bodegas lo hacen y comprueban la calidad del vino.

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