Cuando declinar un vino.
Estas en un restaurante y pides una copa de vino.
La regla general es que una de las personas decida si el vino se queda o no; el mesero o sommelier preguntará quien será el encargado y en él va a caer toda la responsabilidad si se queda o no el vino.
En caso de que seas esa persona, te ponemos las razones por las cuales puedes rechazar la botella.
No se vale decir que el vino “no te gusto” y por lo cual es malo. Hay que diferenciar una cosa de la otra.
Si el vino no te gusta, es válido, pero no es razón sufciente para tachar una botella con el pretexto de que te la cambien.
Estas si son las razones por las cuales puedes devolver una botella de vino en un restaurante.
- Es un espumante sin burbujas.
Puede que sea un vino magnífico, pero si no tiene burbujas, regrésalo. Champagne, prosecco, cava o sin denominación que se llame espumante debe tener burbujas. Puede que sea error al momento del encapsulado y no tengas lo que esperas. Sí, es muy, muy raro, pero puede llegar a pasar. Esto, por desgracia no aplica para vinos que tengamos en casa, pues el burbujear sólo dura un tiempo y en lo que llevamos el vino a la tienda, puede que sea una diferencia de opiniones.
- Es un vino tranquilo con burbujas.
El mismo caso que arriba: si es un vino tranquilo y tiene burbujas, es defecto y puedes cambiarlo. Puede pasar que la intención es que tenga un ligero efecto efervescente; pero si sabes que así no es el vino, puedes regresarlo.
Conoces el vino y no tiene un buen sabor o huele a moho, es razón más que suficiente para regresar el vino. Es defecto del corcho y puedes hacerlo. Claro, es muy, muy raro que esto llegue a pasar.
- Está “picado”.
Nos referimos a que el vino parece vinagre. No lo tomes; te hará escupir. Hay veces que desde el aroma nos damos cuenta, huele a vinagre o ácido y los colores son muy opacos. En este caso no hay poder humano que lo niegue. Vino picado se regresa.