Cuando dudamos de un vino.

¿Regresarlo o no? ¿Está bien o no?

Les damos estos consejos para saber si en verdad la elección no es de su agrado o el vino no es bueno para su consumo. Algunas veces pensamos que el vino no se encuentra en buen estado y realmente es que no sabemos o conocemos de vino y podemos llegar a molestarnos por un vino sin saber que estamos errados.

  1. Si hay sedimentos.

Es normal que algunos vinos tintos tengas sedimentos; muchos vinos con grandes guarda lo tienen, como los Ribera del Duero. Por lo cual no nos podemos quejar que un vino tenga sedimentos. Si los tomas, no pasa nada malo, pero si te es muy molesto, puedes decantar y separarlos del vino.

  1. Astringencia marcada.

En algunos vinos jóvenes es posible encontrar una sensación de sequedad al momento de tomar el vino que sea de manera no grata. Si es en exceso puede ser defecto al momento de hacer el vino. Si nos cuesta trabajo “tragar” (la acción de pasar el vino por la garganta), es defecto.

Hemos visto varias veces que personas mencionan la acidez como un vino errado y puede que sea una característica del vino, sobre todo Rueda o Verdejo, que tienen una acidez marcada. Si este punto sobre sale no significa que el vino sea malo; si es molesto al paladar, esa es otra historia.

  1. ¿Quema?

Si sentimos que al tomar, tenemos como una sensación que quema, puede que con frío se quite o baje. En caso de que al tener un tinto, disminuir su temperatura y no se quite esa sensación, lo más seguro es que sea una mala elección.

  1. Los aromas no son lo que esperas.

Si es una botella que lleva mucho tiempo guardada, trata de airear el vino; debe desprender otros aromas y alejar los que no son agradables. En caso de que no se vayan y encuentres olores extraños o incluso no los encuentres, puede que sea mejor idea cambiar de botella.

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