Años de historia llegan a nosotros en forma de Whisky. Sin embargo, el antecedente de esta historia es otra: John Walker venía de una familia campesina que vendió su granja para tener su propia tienda de abarrotes en Kilmarnock.
Su primer trabajo era con una marca de té propia y que lo vendía en la tienda de la familia, poco después, creó su propia marca de Whisly, que en un principio se llamaba Walker’s Kilmarnock Whisky.
La segunda generación, Alexander se quedó a cargo del negocio, y en pleno corazón de la Revolución Industrial era más fácil enviar sus productos al mundo, pues ya contaban con ferrocarril en Kilmarnock y en las costas se encontraban grandes barcos que navegaban a nivel mundial.
Estos no sólo fueron los cambios más importantes: Alexander empezó a usar botellas cuadradas para evitar el riesgo de ruptura e hizo la etiqueta de la botella distintiva, al inclinarla 24 grados.
El negocio llegó a la siguiente generación: Alexander II y George, quienes se dividían las tareas como un maestro mezclador y el segundo como un experto en negocios. Fue cuando los hermanos decidieron renombrar la marca así como la nueva variedad de whiskies que manejarían: Es cuando nace Red Label y Black Label.
Nota chistosa: John Walker nació el 25 de julio de 1825; por eso esa fecha se considera como el día del Whisky.
