La mayoría de las botellas son de color por una razón: Proteger el vino.
El vino debe mantenerse de manera adecuada para que no siga evolucionando; de alguna manera, el vino está vivo, por lo cual es necesario ser cuidadoso en su manejo, de lo contrario, este seguirá su proceso y puede “envejecer” antes de tiempo.
Decimos envejecer en lugar de madurar, pues puede llegar al fin de su curva de vida en un menor tiempo.
Por su manejo de un lado a otro, las botellas tienen ese color para evitar que la luz lo dañe, pues es un factor que puede lastimar su evolución.
¿Se dan cuenta cómo un poster en las afueras de un lugar va perdiendo su color?
Algo parecido pasa con el vino, sólo que no sólo es el color, que es parte importante en una cata, sino su estructura será diferente, por lo cual la calidad del vino será deficiente.
No es que los vinos de botellas obscuras sean mejores, pero un vino de calidad no va a permitir que su vino se vea afectado ante esos factores ambientales.
Nota: Muchos vinos jóvenes (de pronto consumo), rosados y algunos blancos suelen usar botellas incoloras, eso tiene que ver con que no deben ser guardados por mucho tiempo, por lo cual su riesgo es menor.