Como sabemos, cada vino tiene un color diferente, esto se debe principalmente a la cantidad de antocianinas que una uva contiene en sí.

Las antocianinas son pigmentos de color azulado, rojo o morado que se encuentras en las células, que dan color y antioxidantes.

Estas antocianinas permiten que el vino, dependiendo de otros factores que veremos más adelante, tengan un color característico.

Algunas uvas, por sí mismas tienen mayores cantidades de flavonoides y antocianinas. ¿Muy técnico? Podemos verlos como los pigmentos que cada uva tiene en la piel, que en algunas ocasiones son muy pocos, como muchos.

Estas moléculas aportan parte del color al vino de manera inherente: aunque también depende del proceso que se usa (como la fermentación) y el tiempo de reposo con hollejos.

¿Esto qué implica? El color, muchas ocasiones, tiene que ver con la potencia que un vino tendrá: mientras más claro sea, menos tanicidad tendrá.

En otras palabras, esta es una guía rápida para vinos “ligeritos” que te puede ayudar al momento de pedir un vino.