En la región que rodea al pueblo de Tequila, Jalisco, se expanden campos azul-verdes de agave, kilómetro tras kilómetro, a lo largo de colinas y terrenos escarpados. Todo el tequila del mundo, unos 200 millones de litros al año, se produce en esta región, la cual incluye partes de los estados de Guanajuato, Nayarit, Michoacán y Tamaulipas. En 1978 se instituyó la “Denominación de Origen Tequila”, un decreto que establece que cualquier bebida de agave que se produzca fuera de esta región no puede etiquetarse como tequila.
En tu visita a Tequila observarás la iglesia del siglo XVIII del pueblo, el Museo Nacional del Tequila y disfrutarás un tour por una o dos destilerías donde aprenderás todo sobre el proceso de fabricación del tequila, y además podrás probar diferentes variedades del licor. En La Rojeña, la destilería José Cuervo, un tour guiado explica paso a paso el proceso de transformación del agave en tequila.
Otra opción para explorar la región productora de la bebida mexicana más famosa en el mundo, es a bordo del tren turístico Tequila Express. Este tren parte de Guadalajara e incluye un tour guiado por la destilería Herradura, una comida en una hacienda mexicana, mariachis en vivo, bailes tradicionales, y por supuesto, muestras de tequila. En una parada en la Hacienda San José del Refugio, hogar del Tequila Herradura, observarás cómo la producción de tequila ha cambiado con el paso del tiempo, desde las pequeñas producciones artesanales, hasta las bebidas consumidas internacionalmente y producidas bajo estrictas normas.
Sin embargo, algunos aspectos permanecen prácticamente sin cambios, como la forma en que se cosecha el agave. Llamado “jima”, la cosecha aún se realiza manualmente con la misma herramienta que en el pasado; otras partes del proceso se han modernizado. Probablemente ya has probado el tequila, pero tomarlo en el pueblo de Tequila es una dimensión totalmente nueva. La mayoría de las personas regresan con un nuevo respeto por el licor nacional de México.
Vía VisitMéxico.