La indicación de que un vino es dulce ¿qué tan real es?
La mayoría de los vinos, por definición, son secos. Son pocos los vinos que podemos encontrar dulces. Sin embargo, muchas personas alegan que quieren un vino dulce.
Pasa en tiendas, con sommeliers y más. Cuando piden recomendaciones, nunca falta el comentario que quieren uno dulcesito, como uno que probaron en una cata de una etiqueta –naranja, roja, negra, azul-.
Revisando el vino (o el que pensamos que es el vino) descubrimos que no es un vino dulce; es un vino frutal.
Los vinos dulces, realmente son pocos: tardos, algunos generosos y algunos espumantes; y aun así no tienen el suficiente dulce para lo que la mayoría de las personas consideran dulce.
Otra cosa que suele pasar, es que dicen que no quieren vinos “amargos”. Los vinos amargos son aquellos que ya pasaron su tiempo: Ya no son aptos a su consumo.
Y no es que los probados con anterioridad estén en mal estado; lo más seguro es que no fue amargo, sino “fuerte” o “seco”; vinos que son más astringentes o de mayor acidez (que es diferente a “amargo”).
El dulce lo vamos a sentir en la lengua, en la punta. Ahí es donde notaremos si es dulce.
Si salivamos mucho, el vino tiene un mayor nivel de acidez.
Si sentimos los dientes secos, son los taninos.