Ese momento donde la copa de vino se vuelve la mano amiga.
El vino tiene diferentes nutrientes que nos ayudarán al día con día; sin embargo, cuando estamos en malos momentos y disponemos de más estrés, es normal querer encontrar un punto de escape.
Es por eso, que proponemos uno que aparte de todo, es sano: El vino.
Para disminuir el estrés, especialistas recomiendan el consumo de una a dos copas de vino (tinto, blanco, espumoso). ¿Esto por qué?
El vino tiene componentes que ayudan a la presión arterial, así como antioxidantes que permiten que disfrutemos una copa que nos disminuya la sensación de estrés y de ansiedad que pudiéramos tener. Olvidemos también el enojo acompañados de una copa de vino que puede venir con un buen aperitivo o algo más para degustar.
Claro, ante todo la sugerencia importante: no tomar en exceso.
Se trata de poder ayudar al cuerpo y a la mente a tomar un respiro y seguir adelante y no perderse de los acontecimientos o usar los problemas cotidianos como pretexto para empinar el codo.
En estos casos, lo importante es poder tenerlo a la mano, listo y no sobrepasarnos, para poder estar consiente en nuestras decisiones y dificultades sin que el vino se vuelva parte de esos compromisos.