Es sidra de Asturias símbolo de arraigo e identidad

Con Denominación de Origen Protegida (DOP), la sidra asturiana es un símbolo de identidad, muy arraigado y diferencial con otros territorios y culturas. Uno de los frutos más característicos de Asturias es la manzana, y allí existen más de 500 tipos, lo que constituye la esencia de la sidra.

En Asturias se producen más de 45 millones de litros de sidra, repartidas entre los 80 lagares (lugar donde se machaca la manzana) de la región, ubicados sobre en Gijón, Villaviciosa, Nava y Siero.

De toda esta producción, el 95 por ciento se consume en Asturias, que a su vez es la Comunidad Autónoma elaboradora del 80 por ciento de la sidra hecha en España. El consumo se realiza preferentemente en restaurantes, sidrerías, llagares (sitios donde se produce la sidra) donde se celebran habitualmente las fiestas gastronómicas típicas conocidas como “espichas”.

La “espicha” es una reunión festiva asturiana en la que se bebe sidra. Se juntan varias personas para abrir un tonel con la bebida alcohólica, en la que el jugo de manzana ha evolucionado durante dos o tres meses.

También es muy común, sobre todo en la primavera y el verano, el consumo de la sidra en romerías y verbenas.

Según los últimos datos correspondientes a la campaña de este 2016, se produjo un aumento en contra etiquetas del ocho por ciento de la Sidra de Asturias con respecto a la campaña anterior. Un crecimiento que se traduce en un aumento de las ventas y que es un reflejo del buen momento que vive este producto.

El gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP), Daniel Ruiz, explicó a Notimex que lo que hace esta instancia es verificar y controlar que efectivamente la sidra está hecha con procesos de elaboración tradicionales, históricamente admitidos, y cumple un pliego de condiciones que incluye el origen de la manzana.

Precisó que son 22 tipos de manzana los que son aptos y amparados dentro del pliego de la DOP para poder producir Sidra de Asturias. “Es una bebida muy tradicional, con un arraigo brutal con la cultura de Asturias, y con una tradición muy importante de muchos años atrás”, dijo. Agregó que “es una bebida ácida, muy saludable, es un producto natural y tiene aproximadamente de cinco a seis grados de graduación alcohólica.

Ahora se lleva mucho esta tendencia de lo natural y creo que es algo que podemos aportar como valor añadido desde la Sidra de Asturias”.

La sidra asturiana tiene la singularidad de que es la única que se escancia en el mundo, o sea que se sirve echándola con el brazo erguido, cogiendo la botella con la mano derecha y el vaso con la izquierda, con el pulgar y el índice rodeando el vaso y el corazón al fondo.

Tras adoptar esta posición la sidra cae desde una altura considerable de forma brusca y “espalma”, es decir, rompe en forma de espuma al golpear con el borde del vaso. De esta manera, la adecuada “oxigenación” está asegurada y la sidra lista para beber de un trago o “culin”, tal como se dice en el argot para referirse a una cantidad del líquido que no supere los tres dedos.

Además no se bebe todo el contenido del vaso, sino que se deja un poco para limpiar por donde se ha bebido, ya que en la sidra natural se comparte vaso. Se trata de todo un espectáculo lleno de técnica y tradición.

Desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegido (DOP) se ha detectado una tendencia de consumo a la alza en mercados nacionales e internacionales, como Estados Unidos, Canadá, Irlanda y Reino Unido, teniendo interés de poder llegar a México.

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