La diferencia entre premios y nombres.

En el mundo del vino, hay quienes califican o clasifican los vinos de acuerdo a un prestigio otorgado: ya sean las medallas que gana (enólogo, vino, viñedo) o lo que alguien dice de él (que puede variar desde los amigos, alguien que conozca de vinos o grandes nombres que se encuentran detrás de las listas).

Este fenómeno se extiende al mundo gourmet: restaurantes, tequilas, hoteles, y más son catados por conocedores.

En la columna de René Rentería en el periódico El Financiero (conocido en el mundo del vino en México), explica un punto bastante interesante.

Si analizamos con cuidado, es más confiable y certero el criterio de varias personas -todas ellas profesionales-, que entre sí acuerdan galardonar un vino por su calidad, que el de una sola persona que como Robert Parker (por citar al más influyente crítico de vinos del mundo), con una sola puntuación favorable, no sólo posicionan el vino evaluado en muchos mercados sino que la Bodega entera se reevalúa.
La crítica puntual a Parker es: Cómo es posible que el criterio de una persona, influya en el gusto de un consumidor totalmente ajeno a los hábitos alimenticios de este abogado norteamericano. Nadie niega el peso de Parker y siendo realistas su influencia en el mundo del vino es mayor que la de los concursos más importantes, sin embargo la participación de productores de vino en los concursos de prestigio se incrementa considerablemente cada año. En qué criterio confiarían más, ¿en la puntuación de una sola persona, cuyo posicionamiento e influencia son irrefutables? o bien ¿en el de una medalla concurso internacional de prestigio, avalada por la experiencia de personas de diferentes nacionalidades y gustos, pero todos ellos profesionales que anónimamente, otorgan un reconocimiento a un vino, sin importar su procedencia?

Entonces… ¿ustedes qué piensan? La mejor decisión para saber de un vino, ¿basar la opinión de una persona, en la de muchas o los gustos personales?

Podemos decir, que un premio suele ganarse cuando un vino ha cumplido con parámetros dentro de cata y sin saber más de ello (el vinicultor, la zona y más). En cambio, las listas personales como la de Parker, tienen ese detalle: se sabe del vino en todo sentido.

Algunos mencionan, que hay vinicultores que hacen los vinos a manera de agradar al paladar de aquellos que hacen esa lista.

No estamos diciendo que los personajes tras esas listas no sepan tanto como quienes se encuentran en los concursos, pero estamos limitando un paladar a calificar un vino.

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