Una de las partes más importantes al catar un vino es la fase olfativa. ¿Esta cómo la revisamos?
Estos son los pasos a seguir para hacer una cata.
La calidad aromática: ¿los aromas que encuentras en tu copa son buenos? ¿Es deficiente? ¿Encuentras olores a corcho marcado o humedad? En caso de que así sea, lo más seguro es que sea defecto -sólo comprobable al probar el vino-.
Una regla no escrita es que mientras más lejos tengas la copa y sigas oliendo el vino, tendrá una mayor intensidad: mientras más cerca de la nariz, su intensidad es menor.
En caso de que sea poca o muy elevada, no es defecto.
Esto es un resumen de los aromas más comunes que encuentras; hay más.
¿A qué huele? Se describe la familia y después cada una de las que encuentras: si tiene aromas a frutas especificas si es fruta fresca -habla de la juventud del vino-, compotada -implica maduración-, si son bayas, frutos rojos -vinos tintos o de cepa tinta- o si tiene frutas tropicales -vinos de cepa verde/blanca-.
Mientras más frescos los aromas, más juventud tiene el vino. Más evolucionado son aromas más maduros. Si huele a corcho o “podrido”, lo más seguro es que se encuentre en defecto y hay que probar el vino.