El consumo de vino es un placer que se reconoce desde la antigüedad por evocar la fraternidad, celebración y acentuar los sabores de la comida. El dios Baco es el hijo de Júpiter dentro de la mitología romana, y dio majestuosas clases a los mortales para enseñarles cómo cultivar la vid y hacer vino; un ritual que existe hasta la época reciente.
Según The Wine Institute, el mayor consumo de esta bebida es en Ciudad de Vaticano, donde se registran 55 litros por persona al año, e Italia, aparece con 33 litros en promedio. Sorprenden las cifras de consumidores, mas no la producción. Es la Toscana, la región italiana, que enmarca la belleza suprema de sus paisajes, y donde los turistas saben muy bien que allí están 36 vinos que producen estas tierras.
Los tintos más apetecidos son el Brunello di Montalcino, el Chianti y el Carmignano; que no se pueden pasar por alto
La mayoría de los vinos de la Toscana, tienen el reconocimiento DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada), que otorga el país, para que cada botella llegue al consumidor con la etiqueta de distinción. “Los tintos más apetecidos son Brunello di Montalcino, Chianti, Vino Nobile di Montepulciano y el Carmignano; que no se pueden pasar por alto en la visita a esta región italiana”, señaló Daniela Mattes, gerente comercial de HiperTravel.
Otro recorrido maravilloso está en Francia, precisamente en Burdeos. Esta zona está conformada por 118 mil hectáreas de viñedos que dan uvas para 14 mil productores de vino y los recorridos de las 9 mil bodegas son una experiencia vinícola que cuenta con las mejores catas de 57 denominaciones de origen controlado. Cabe destacar a este destino por dar 700 millones de botellas de tinto, blanco, rosado y espumosos a los paladares más exigentes del mundo.
En el continente africano, Sudáfrica abre las puertas a los sibaritas amantes de los tours de un día. Esta modalidad turística recorre las emblemáticas ciudades de Stellenbosch y Franschhoek, donde las catas y maridaje, gozan de fama mundial.