Hablar de vino también incluye esa “mamonería” conocimiento que necesitamos saber para hablar correctamente de él. Sí, en general sirve para vernos más mamones conocedores, por lo cual les dejamos los términos correctos para hablar de vino.
No es viejo, es “vino de guarda” o con crianza.
Si tu vino tiene mucho tiempo desde que lo tienes, no es un vino viejo, como muchas veces se le dice, son vinos de guarda o que tienen una larga crianza.
No es echado a perder (mucho menos hechado a perder, eso está mil veces peor), es picado u oxidado.
Para hablar de un vino “picado”, es que se encuentra en declive de su vida útil y ya no es un buen vino: ya es vinagre. También puedes mencionar que se avinagró, pero no que está “echado a perder” o “caducado”.
No es enfriar, es refrescar.
En términos de servicio, la manera correcta de mencionarlo, es “refrescar”: si vas a meterlo a refrigeración, cava o en hielo se dice “refrescar”.
Nota: no necesitan decir “refréscame el vino”.
No está amargo, ni duro, ni difícil. Es astringente.
Prueben bien el vino, aprendan a diferenciar el vino astringente (la parte tánica, lo que se siente “rugoso” en los dientes) que tiene un vino tinto a lo amargo (la cerveza es amarga, el chocolate amargo, el limón).
No sabe a (manzana, pera, limón, zarzamora), huele a.
Los sabores son 5: ácido, dulce, salado y amargo (decimos 5 porque la combinación en perfección es Umami). Los aromas sí son de manzana, de cuero, de tierra mojada, naranja y piña.