Tipos de cata: Por varietal.

Al referirnos a una cata por varietal hablamos de tomar diferentes vinos con la misma varietal.

Digamos que es una cata de merlot. Pues bien, todos los vinos que esa tarde probemos serán de merlot. Puede cambiar la región, la bodega, el año o la crianza que tiene el vino.

Esto es para ver la misma evolución o diferencias de una cepa.

Para un ejemplo (si queremos armar una en casa).

  1. Vamos a tomar vinos que sean 100% nuestra cepa favorita.
  2. Estos vinos serán de diferentes partes del mundo: España, Sudáfrica, México, Argentina, de USA, etc (que no sean más de 3 o 4)
  3. Misma crianza: Que todos tengan el mismo tiempo en barrica (si es que lo tienen), el mismo tiempo en botella (de la misma añada).

Ahora iniciaremos a probar cada uno. Si vamos a hacer maridaje, de preferencia que sea el mismo para los tres o cuatro vinos que probemos.

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Como evitar una resaca.

Tips para estar sanos a la mañana siguiente.

  • No conducir si tomaste.

¿Cómo evita esto la resaca? Fácil, si tienes que conducir no tomas, entonces no tienes resaca.


 

  • Toma agua.

Mucho agua. Siempre agua. Esto te ayudara a sentirte bien al día siguiente. Si tu cuerpo se encuentra hidratado, es más sencillo que no sufras la resaca.


 

  • Come bien.

Antes del evento, durante el evento, come bien. Algo con proteínas te ayudará a sentirte lleno y a tomar una menor cantidad de alcohol, además de que tu cuerpo no lo absorberá como si lo tuvieras vacío.


 

  • No tomes mucho.

¿Para qué tomas tanto? El principal punto es no excederse. Suena a papá regañando pero ¿en verdad no se han preguntado para qué tomar hasta el punto de sentirse mal de uno a dos días? ¡Para colmo con cualquier bebida, casi el “trago del trapo”! Evítense la vergüenza de esa noche y el malestar del día siguiente.


 

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Las diferentes barricas.

Cada una de donde proviene.

La madera de barrica suele ser de roble. Esta tiene diferentes orígenes, que puede ser Americana o Francesa (La de roble francés del Allier y del Limousin).

Cada una tiene propiedades diferentes.

La de roble americano, al tener poros más finos, la penetración del aire es más lenta, por lo cual su crianza también lo es. Suele ser más aromático y el vino llega a estos olores de vainilla y coco más rápido.

En este caso convienen los vinos de poco contenido tánico, ya que así no se oxigenan tanto y en corto tiempo toman el gusto de la madera.

El roble francés, por su lado, tiene poros más grandes y aporta aromas más finos pero menos intensos. Aquí pueden ir los vinos más tánicos que permiten una guarda mayor.

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Masa para crepas.

Ya sean de comida o desayuno, puedes preparar unas exquisitas crepas.

Ingredientes

1 huevo entero

1 taza de leche fría

1 taza de harina común

1 cucharadita de sal

2 cucharadas de azúcar. (si quieres crepas saladas, evita este paso)

1 cucharadita de mantequilla derretida

Preparación: 

En un bowl mezcla la leche, el hueco, la harina junto con la sal y el azúcar (opcional).

En un sartén liso y largo antiadherente pon un poco de mantequilla a derretir.

Vacía la mantequilla sobre la mezcla y mezcla bien.

Con una cucharón, toma una porción de mezcla y vacíala rápidamente sobre el sartén, dando vuelta con el mango para que se pueda expandir sin problemas.

Espera unos 15 segundos y cuando veas que se encuentra firme, voltea (antes no, o se romperá).

Puedes poner en este momento el relleno, si es salada, o servir y agregar, si es dulce.

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Lo pronto de un vino joven.

Un vino que no va a “aguantar” mucho.

Revisar una etiqueta nos va a ayudar y servir para el servicio de nuestro vino.

Muchos vinos en la actualidad tienen etiquetas más modernas que nos dan la información necesaria: cuánto tiempo podemos guardarlo en la botella, a qué temperatura lo debemos servir, con qué podemos maridarlo.

En otros casos sólo nos dirá qué uvas contiene, la denominación (en caso de Españoles) y su tiempo en barrica (o si es reserva, gran reserva, crianza, joven bajo la legislación española).

Por lo cual sabremos que el vino que tomamos, no lo podremos tener más de un par de años en el caso de los jóvenes, 3 o 5 en los que tienen crianza; pocos más rebasarán los 5 años y algunos con más barrica y uvas como tannat, tempranillo, cabernet sauvignon podrán estar mucho más tiempo.

Claro, esto depende del cuidado que se le dé al vino: ¿Estas cumpliendo las características para cuidarlo?

En ese caso podrás tenerlo el suficiente tiempo; de lo contrario, lo mejor es tomar el vino al comprarlo.

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¿Debo guardar mi botella?

Eres de las personas que piensan que el mejor vino se mejora con los años; puede que sí, pero ¿qué necesitas para lograrlo?

También puedes ver: No todos los vinos se guardan.

Y como saber cuales se guardan.

Si son quienes tienen la intención de comprar vinos para guardarlos, estas son nuestras recomendaciones para lograrlo de la mejor manera.

  • Como comprar el vino.

Revisa que la botella esté en óptimas condiciones para poder comprarla: que no se encuentre el corcho fuera de lugar, los sellos se encuentren bien, la botella no esté manchada (significaría que no tuvo un buen manejo o traslado); al momento de buscarla, que no tenga polvo en los hombros (significaría que estuvo de manera vertical y no horizontal durante mucho tiempo).

  • Compra de 3 a 4 botellas.

La razón es que tengas una para ver o verificar hasta cuánto tiempo podrás guardarlos; también si te gusta realmente o si valdría la pena hacerlo.

Claves para elegir tu botella de vino.

Entonces:

1 de las botellas la probarás al momento de comprarlo. Verificarás que el vino se encuentre en buen estado y sea de tu agrado.

La segunda botella la probarás en el tiempo que designes como el “aproximado” o un poco antes. Por ejemplo, si calculas que tu botella aguantará 10 años, intenta dentro de 6 para verificar que en verdad el tiempo destinado sea el correcto.

La tercera y cuarta son por posibles defectos: si uno de ellos tiene un problema, el otro no.

Cómo saber la curva de tu vino

  • Anota las fechas.

De compra, de consumo preferente, de revisión. Todas las anteriores explicadas, tenlas a la mano cerca de las botellas. No uses Post it, pues pueden desprenderse de las botellas con el tiempo y posible polvo.

Consejos para armar tu cava.

  • Ten en cuenta los cuidados que necesita tu vino:

cava ideal

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¿Por qué tomar una copa de vino?

5 Razones para abrir una botella y compartirla.

  • Es para compartir.

Sabemos que algunos lo intentan, pero quienes saben apreciar el vino, realmente no se toman una botella solos; en cambio, los que gustan de degustar sus secretos, normalmente compartirán esa copa de vino con las personas cercanas a ellos.

  • Es saludable.

Una copa al día es saludable; nos ayudará en muchos beneficios que a la larga agradeceremos: control de peso, de presión y de envejecimiento en una copa de vino tinto.

  • Hay opciones.

Vinos, combinaciones, cepas, si es tranquilo o espumoso; tinto o blanco, dulce o seco. Las opciones no se limitan y para cada gusto hay una botella.

  • Siempre es diferente.

Cada copa va a ser diferente; al servirla, el vino seguirá evolucionando, por lo cual veremos un vino diferente cada sorbo que damos.

  • El precio ¿importa?

Hay excelentes vinos desde los $100.00 hasta el precio que decidamos invertir en una botella.

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El posible fraude del vino.

El millonario alemán Hardy Rodenstock, que hizo fortuna como promotor de música pop, presumía de poseer una gran colección de valiosas y únicas botellas de los siglos XVIII y XIX. Alcanzó fama mundial en los años ochenta organizando catas muy exclusivas de vinos raros y extremadamente caros. Se cuenta que fueron actos muy solemnes, que duraban fines de semana completos, en los que gobernaba el lujo y la suntuosidad. Invitaba a estos singulares eventos a amigos, periodistas y grandes personajes del paisaje enológico mundial. En aquellas catas no se podían escupir los vinos y solían ofrecerse los mejores al final de cada episodio.

La más famosa de esas fiestas fue sin duda la impresionante cata de 125 añadas de Château d’Yquem. El precio de una botella de este blanco dulce de añada reciente ronda o supera los mil euros y se dispara con el paso de los años. La macro-cata se celebró en Múnich en 1998 y duró siete días con siete fastuosas cenas. La famosa Master of Wine Jancis Robinson fue invitada y comentó las añadas 1784 y 1787 –figúrense el precio de semejantes tesoros- de las que destacó que, tras producirse el milagro de los muy viejos y muy grandes vinos, dejaron exquisitos aromas otoñales, de rosas y de azúcar quemada.

Otro de los grandes jueces enológicos del planeta, el también célebre Robert Parker, acudió a una de las reuniones de Rodenstock. Parker se mostró en varias ocasiones reticente a acudir a este tipo de fastos desmedidos y criticó la prohibición de escupir del extravagante y acaudalado anfitrión alemán. Sin embargo, no pudo resistir la tentación y en 1995 terminó calificando una magnum de Château Petrus de 1921 con sus cien famosos puntos describiéndolo, además, como “fuera de este mundo”. Gracias a semejante publicidad, los vinos de Rodenstock se hicieron famosos y alcanzaron muy altas valoraciones en subastas.

En una subasta celebrada en Londres en 1985 en la casa Christie’s , Christopher Forbes adquirió una botella de Château Lafite de 1787 desembolsando la cifra récord de 105.000 libras -sumando IPC (Índice de Precios de Consumo) hasta 2013, unos 335.000 euros-. La botella era doblemente especial porque perteneció a un ilustre y antiguo enófilo, Thomas Jefferson, que grabó sus iniciales en el vidrio. La joya procedía de la colección de Rodenstock que dijo encontrar un lote completo en una bodega de París, tapiada para ser protegida de los nazis, que le indicó un anónimo informador. Tres años después, el millonario californiano William Koch compró a Rodenstock, a través de intermediarios, cuatro “Jeffersons” por medio millón de dólares.

Los problemas comenzaron cuando Koch quiso exponer las botellas en el Boston Museum of fine arts y le preguntaron por la procedencia de las mismas. Se dio cuenta de que no podía justificar su origen y empezó a sospechar. Contrató los servicios de un agente jubilado del MI5 y de otros especialistas que concluyeron que las iniciales “Th. J.” fueron grabadas con ¡instrumentos modernos de dentista! Los análisis del líquido contenido en una de las botellas no resultaron concluyentes y tan solo pudieron certificar que era anterior a 1945.

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¿Recuerdan los cien puntos Parker al Petrus de 1921? Tras otra investigación digna de una buena novela negra, que terminó en el mismísimo y mítico château, se llegó a la conclusión de que la longitud del corcho de una de aquellas supuestas magnum era incorrecta, que el tapón no coincidía con los auténticos y se descubrió, además, que era casi seguro que Petrus no embotelló magnums hasta después de la guerra. Entonces ¿qué demonios probó Parker?

Y es que el negocio del vino fraudulento es muy tentador. Los beneficios potenciales superan con mucho las posibles penalizaciones porque ¿qué posibilidades tiene el falsificador de ser descubierto? Realmente muy pocas ya que seguramente pasará mucho tiempo antes de que el coleccionista se decida a abrir “su tesoro” para comprobar sus virtudes. Además, existen botellas en las que tan solo se ha falsificado la etiqueta, modificando la añada para elevar el precio, y el corcho, siendo muy difícil detectar el fraude incluso para los expertos más reputados. ¿Y los supercatadores? Las posibilidades que tienen de detectar estas adulteraciones son escasas ¿Quién en este mundo es capaz de diferenciar e identificar con certeza viejas añadas de vinos de primera categoría? Por muy entrenados que estén sus sentidos siguen siendo seres humanos imperfectos, influenciables y sometidos a cambios físicos, anímicos y de percepción. El mismo Robert Parker, que no es ningún estúpido, cayó en uno de estos engaños aunque hay que reconocer que aquellas fiestas seguramente estarían a kilómetros de distancia de las condiciones ideales de una cata seria. De todas formas, Parker insiste en que, fuera lo que fuera, aquella botella era espectacular.

Esta maravillosa historia dio para un libro de éxito, The Billionaire’s Vinegar, cuyos derechos compró el actor estadounidense Will Smith, que será llevado a la gran pantalla. Se ha especulado con que el protagonista podría ser Brad Pitt pero en esta historia de ardides nada es seguro. En este mundo casi nada es lo que parece así que, si van a aflojar miles de euros en una de esas impresionantes botellas, tomen precauciones.

Información de Enoarquía.

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