Siempre nos dicen que cuidemos la temperatura de un vino; que los blancos van fríos y los tintos al tiempo.
Y con el tiempo sabemos que eso es un error y que cada uno de los vinos tiene una temperatura de servicio. Que sí, que el tinto va a una mayor temperatura que los blancos; pero es más fresco el joven que uno con mayor guarda.
Sin embargo, poco se nos ha explicado la razón de ello.
Cada una de las cualidades del vino se podrán expresar de mejor manera: Los aromas, las cualidades del vino en boca tendrán su mejor expresión si los dejamos en su temperatura.
Al contrario, si la cambiamos, podemos:
- Si lo enfriamos de más, podremos tapar defectos.
- Si lo dejamos más “caliente”, tendremos mayor acidez.
- Un vino que no se encuentre a su temperatura, podrá tener un nivel de amargor superior al que realmente tiene.
Por ello, para tomar bien un vino, catarlo de manera óptima, es necesario tomar la temperatura unos minutos antes de servirlo.