Cuando compras un vino y tiene sedimentos… ¿qué hacer? ¿qué hice para merecer eso?
Antes de que pienses que es una plaga mandada por el Karma y el chicle en el pelo que pegaste a alguien a los 10 años, te diremos qué son los sedimentos.
Son partículas sólidas que quedan en el vino, son producto de la fermentación y el añejamiento que se juntan y se quedan: podríamos decir que mientras más tiempo tiene el vino más es la posibilidad de encontrarlos.
Como les hemos comentado en otras ocasiones, no son malos ni tiene problema que lo tomen.
Sin embargo, para evitarlos, es bueno o posible decantar o servir con cuidado el vino sin moverlo.
Si es un vino de mucho tiempo, se puede poner uno o dos días antes de tomarlo de pie y esperar a que la sedimentación esté abajo.
Al momento de servirlo, se debe cuidar que queden en el cuello: descorcharemos despacio, servimos lentamente y no agitamos en ningún momento la botella: lo sedimentos quedarán en la botella.
Claro, la opción de que “todos” tengan la misma cantidad de sedimentos también puede estar disponible: no dejes que se asienten y sírvelos: esto no es una buena opción en servicio de restaurante.