¿No les ha pasado qué están con alguien qué inicia en el vino, le gusta el vino “fresquito” y le pone hielo?
¡Qué cosa tan más nefasta pasó cuando vi que pedía hielo y lo usaba para su copa!
Resulta que esta persona en cuestión fue a cenar con una amiga mía. Nos encontramos de casualidad y tomamos una copa todos juntos. Ella quiso un vino blanco y como “no estaba frío”, pidió hielo.
Se me hizo una apuesta curiosa hasta que vi que usaba el hielo dentro de su copa. ¡Oh, por Dios! Casi grito en ese momento. Le pregunté tranquilamente porqué hacía eso.
“Me gusta frío el vino”.
Realmente no supe qué responder… ¿qué pasaba? ¿no sabía qué el vino no lleva vino, qué pierde propiedades, qué estás matando una parte de él al hacer esto?
Entiendo que cada quien tiene su forma de tomar el vino, incluso que al hacer bebidas preparadas como sangría o clericot va con hielo… ¿Pero en el vino solo? ¿Por qué? Incluso he enfriado el vino con la fruta congelada, lo acepto. ¿Pero hielo en tu vino?
La cuestión es que si te gusta un vino “fresco”, lo enfrías más y ya. ¡Pero a su temperatura de servicio! No más. A menos claro, qué tu intención no sea tomar un buen vino.
Y pues no, no se lo dije en ese momento, la verdad me fui de ahí. Espero le llegue esta nota.