Vas a tomar un vino en tu casa y no te gustó ¿qué haces en esos casos?
La verdad es que no hemos encontrado el vino que nos gusta: muchos de los tomadores asiduos de vino encontramos un vino y no quedamos ahí: el chiste de los vinos más comúnmente tomados tiene que ver en ello: Que Las Moras, Casa Madero, La Cetto, Matarromera, Concha y Toro, Casillero del Diablo y ya: no salimos de esos nombres y poco es lo que consumimos fuera de esos vinos.
Repasemos que esos vinos, suelen ser tintos (poca es la producción de blancos) y nosotros vamos, le damos a nuestro amigo que no toma vino un Ribera del Duero Crianza… ¡Obviamente no le va a gustar! Es complicado que a una persona que no toma vino, mexicano y es de sus primeros vinos no le guste ese vino.
Antes de que tomen ataque por el término “mexicano”, les decimos la razón:
La cerveza es amarga, es de los productos que más tomamos y por alguna razón “nos gusta”: recuerda si el primer trago de cerveza de tu vida te gustó ¿la verdad?
En segundo: somos de los primeros lugares en tomar refresco; el refresco es dulce. ¡Muy dulce!
Nuestra comida es altamente condimentada: Salada, agridulce, amarga y combinaciones; no es parecida a la dieta mediterránea si damos un ejemplo.
Aclaramos con esto que no es bueno ni malo (lo del refresco sí, pero es a criterio de cada quien y de su salud), entonces ¿cómo vamos a iniciar a beber algo como el vino que es seco y astringente?
Las opciones de vino no deberían ser limitantes a las marcas ya conocidas: presupuestos sobran y en los mismos rangos de calidad y producción.
Tampoco estamos diciendo que dejen de tomar esos vinos que les gustan, estamos diciendo que aparte de su botella clásica que ya conocen, que siempre beben y recomiendan, busquen más ideas de vino tanto para ustedes como para recomendar.
En caso de que tomen un vino y no les guste, no es que el vino, en general, no sea para ustedes, es que hay que encontrar el vino ideal para ustedes.