En la antigua Roma, el vino era mezclado con agua poco antes de ser consumido, ya que la fermentación no era controlada como lo es en la actualidad y su concentración de alcohol era muy alta.
En algunos casos, se mezclaba con otros ingredientes, como el pássum, vino fuerte con dulce de pasas.
Se han encontrado varias recetas al respecto, como el muslum, vino dulce fermentado con miel.
No debe ser demasiado denso y se puede cambiar la canela por vainilla.